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Aristóteles. (1999). Política. Editorial Gredos

Published by zsyszleaux.s2, 2017-06-09 02:10:05

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70 Poética de AristótelesEstudios H elénicos en España, Madrid, 1874, se lee: «Citanalgunos escritores una traducción de la 'Poética' de Aristóte­les hecha por Juan Páez de Castro, de la provincia de Gua-dalajara, cronista y secretario de Felipe II; pero nadie danoticia de ella. Tal vez sea la parafrástica que tomó por textode su 'Ilustración’ D. José Antonio González de S alas...».Este apunte de Apraiz parece calcado sobre lo que escribeGoya y Muniain en la página III del prólogo «Al que leyere»de su edición bilingüe de la Poética, de que hablaremos luego:«Se suele citar otra traducción Española anterior á éstas[a la de Ordóñez y a la de M ariner], hecha al parecer porJuan Paez de Castro: mas yo no la he visto; sino es quesea la parafrástica que tomó por testo de su Ilustración DonJoseph Antonio González de Salas». Menéndez Pelayo apostilla así el apunte de, Apráiz: «Noes exacto. Juan Pablo Mártir Rizo hizo otra versión de la“Poética\", valiéndose de la latina de Daniel H einsio». Y en laHistoria de las Ideas Estéticas en España, t. II, pág. 209, dicemás explícitamente, hablando de M ártir Rizo: «volvió a tra­ducir la Poética de Aristóteles; pero como no sabía griego,se valió de la traducción latina de Daniel Heinsio, a quiensiguió paso a paso en la distribución de los capítulos, que(com o es sabido) difiere en la edición heinsiana del ordengeneralmente adoptado». Don Marcelino no vio por dentro elm anuscrito de Rizo. Sin duda se dejó engañar por la relaciónde Bartolom é José Gallardo en el Apéndice al tomo II de suEnsayo de una Biblioteca Española de Libros Raros y Curio­sos, Madrid, 1866 (ed. facsímil, Madrid, Gredos, 1968). Endicho Apéndice, titulado «índice de Manuscritos de la Biblio­teca Nacional», cuyas páginas a dos columnas llevan numera­ción independiente y van de la 3 a la 179, Gallardo incluye,entre los manuscritos de comentarios a obras de Aristóteleso de obras de Aristóteles traducidas, tres que relaciona así(pág. 9, col. 2.a): — Poética, traducida del latín al castellano (M, 105). — Poética, traducida por D. Alonso das Seixas y Tovar, dedicada al Conde-Duque de Olivares (original) (M, 211). — Poética y Retórica, traducida por Vicente Mariner (Ff, 51).

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 71 E l m anuscrito relacionado en prim er lugar es el mismocuyo título reproduce en la pág. 102, col. 1.a, de dicho Apén­dice: MÁRTIR RIZO ( J uan Pablo). Poética de Aristóteles, tra­ ducida del latín, ilustrada y comentada. Epílogo de la misma poética, por Daniel Heinsio, traducida al castellano (M. 105, pág. 59). Aquí repite la signatura (M, 105) y cuenta al manuscrito59 páginas. Y todavía lo reseña de nuevo en el tomo III delEnsayo, pág. 671, del siguiente modo: MÁRTIR RIZO ( J uan Pablo). 2963. Poética de Aristóteles, traducida de Latin, ilustra­ da y comentada por Juan Pablo Mártir Rizo. Ms. original en 4.° marquilla. — 64 h. P or la descripción que hace luego vemos que los folios59-64 contienen: Epílogo de la Poética de Aristóteles compuesta en latin por Daniel Heinsio, a quien llamó Ordo Aristotelis; y tra­ ducida en castellano por J. Pablo Mártir Rizo. Gallardo anota que el manuscrito acaba (de otro puño):«He hecho ver este libro : no tiene cosa contra la fe : y bue­nas costumbres : y ansí siendo servidos los señores del Con­sejo de S. M. se podrá dar licencia para que se im prim a.—E n Madrid a 14 de hebrero de mil y seiscientos y veinte ytres. — Doctor Diego Veía. — Ante mi, Sim ón Jim enez, secre­tario». Lleva uha dedicatoria «Al Duque Adelantado Mayor»,fechada el 17 de julio del mismo año 1623. Y, en el frontis,esta curiosa nota del bibliotecario Pellicer: «Creo que es elautor verdadero Pedro Torres Ramila que escribió la Spongiacontra las obras de Lope y de otros Escritores; y en la Res­puesta de Francisco de Aguilar a esta Spongia se dice queRam ila se ocultó con el nombre de Juan Pablo Mártir Rizopara escribir contra Lope. Y en efecto para disimular se citaa si mismo com o si fuera otro, en el fol. 31. — P ellicer.—21 de abril de 1791».

72 Poética de Aristóteles Gallardo examinó el manuscrito en cuestión. En las pági­nas 671 s. del citado tomo III reproduce, además de la apro­bación mencionada y la dedicatoria al Duque Adelantado, ladefinición de arte y breves pasajes de los folios 29 y 31 enque se critica la Jerusalén conquistada de Lope, y otro enque se elogia a éste. Pero Gallardo no aclara que, a pesar desu título, esta obra acogida al nombre de M ártir Rizo no esuna traducción castellana de la traducción latina de la Poéticahecha por Daniel Heinsio, sino una verdadera Poética al usoitaliano renacentista (imitado con algún retraso en España),para la cual Rizo tomó como base la obra publicada porHeinsio en 1611 Aristotelis de poética liber graece et latinecum dissertatione de constitutione tragica secundum Aristo-telem, pero sin pretender de ningún modo traducirla. Mar-garete Newels, en la Introducción a su edición crítica delm anuscrito de R izo 85, observa atinadamente que la divisiónmisma de la obra en tres partes de amplitud igual, sobrela Tragedia, la Epopeya y la Comedia, manifiesta la voluntadde su autor de añadir a las Poéticas del Pinciano, de Carvalloy de Cascales (aunque Rizo no las nom bra) una teoría poé­tica más. El autor baraja las ideas de Aristóteles con las deotros tratadistas, y las combina a su gusto o de acuerdo conel orden que se ha trazado. Aun sin haber leído la Poética deAristóteles, sólo con hojear el manuscrito de Rizo y ver concuánta frecuencia aparecen en él nombres de autores latinosposteriores en siglos al Estagirita, y hasta de autores espa­ñoles contemporáneos, basta para comprender que no puedetratarse de una traducción de la obra aristotélica. Lo únicoque Rizo pretende traducir de Heinsio es su Ordo Aristotelis,nota larguísima (en la edición de la traducción de Ordóñezpor Flórez Canseco llena las páginas 303-315 y va destacadaen cursiva) precedida y seguida de otras notas, y destinadapor Heinsio a remediar «la feísima trasposición de algunoscapítulos» de la Poética que él creyó haber advertido el pri­m ero, y a restablecer el orden que, según él, sería el de Aris- 85 Poética de Aristóteles traducida / de latin ¡ Ilustrada y comentadapor Juan Pablo Mártir Rizo / Bearbeitet und eingeleitet / von / MargareteNewels. Westdeutscher Verlag. Koln und Opladen, 1965. Einleitung, pág. 1.

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 73tételes antes de que se introdujera tan grave alteración en laobra w. La omisión de Gallardo fue sin duda la fuente del errorde Menéndez Pelayo, en el que luego han reincidido o tr o s 87.Cejador, en cambio, al enumerar las obras de M ártir Rizo, serefiere a la Poética de Aristóteles con gran cautela y no dicede ella m ás que el títu lo 88. 4 . Goya y M uniain La traducción castellana de la Poética por Don JosephGoya y Muniain apareció en Madrid el año 1798, cuatro lus­tros después de la reimpresión de la de Ordóñez revisada porFlórez C anseco89. Menéndez Pelayo parece considerar la deGoya y Muniain superior a ésta, pues, como v im o s90, al reco­ se Cf. supra, pág, 52. 87 Joaquín de Entrambasaguas, que, para su tesis Una Guerra Literariadel Siglo de Oro (Madrid, 1932), en la que reprodujo los pasajes más inte­resantes de la crítica contra Lope, manejó y utilizó el manuscrito de MártirRizo, en sus Estudios sobre Lope de Vega, tomo I, Madrid, C. S. de I. C.,1946, pág. 291, atenúa el quid pro quo diciendo que la Poética de Rizo es«una traducción libre de la ‘Poética' de Aristóteles». Según Margarete Newels(o. c., pág. 16, n. 43), María Rosa Lida, en Nueva Revista de FitologíaEspañola, vol. V, pág. 208, extremó la fantasía escribiendo: «...De comienzosdel Siglo XVII es la versión de la Poética (de Aristóteles) al latín ( !) deJuan Pablo Rizo». 88 Cejador, Historia de la lengua y literatura castellana, tomo V, pág. 43-44, trae lá siguiente ficha: J uan P ablo M á r t ir R iz o , conquense, publicó Historia de la vida de L. An.Séneca, ibid. [Sevilla], 1625. Historia de la muerte de Enrico el Grande,Quarto Rey de Francia, ibid., 1625. Historia de la prosperidad infeliz deFelipa Catanea la lavandera de Ñápales, del fr. (Pedro Matheo), ibid., 1625,1736. Vida del dichoso desdichado, vida de Elio Seyano, ibid., 1625. Estastres últimas obras están traducidas del francés, de Pedro Mateo, cronistadel Rey Cristianísimo. Historia de la vida de Mecenas, ibid., 1626. Norte dePríncipes, ibid., 1626. Historia... del Duque de Birón, Barcelona, 1629, 1635.Defensa de la verdad que escrivió D. Francisco de Quevedo.,, en favor delPatronato de Sant-Iago, Madrid, 1628. Historia de Cuenca, Madrid, 1629.Historia de las Guerras de Flandes, del francés Pedro Matheo, Valencia,1627. Poética de Aristóteles (ms. Gallardo). 89 El Arte Poética / de Aristóteles / en Castellano. / Por D. Joseph Goyay Muniain. / De órden superior / En la imprenta de Don Benito Cano /Año de 1798, 90 Supra, pág. 63.

74 Poética de Aristótelesmendar la publicación de las traducciones de autores grie­gos debidas a Vicente Mariner, propone sustituir la de laPoética, no por la de Ordóñez, sino por la de Goya y Muniain,«hecha en vista de textos más correctos, y en estilo mássuelto y desem barazado»91. Goya y Muniain confiesa honradamente: «Para ésta nuevatraducción castellana he tenido á la vista, y me han ayudadograndemente, las dos que ya temarnos: una de Ordóñez dasSeixas reim presa el año de 1778. con suplementos, emiendasy notas de Don Casimiro Florez Canseco; y otra de VicenteMariner, que se halla m anuscrita entre la muchedumbre desus obras originales que se conservan en esta Real Biblio­teca» 92. Si él se ha determinado a hacer otra tercera, ha sido«creyendo que las dos versiones que tenemos podrían todavíam ejorarse algún tanto» 9\ La suya ha recibido, antes de im­primirse, . el refrendo de personas entendidas residentes enRom a: «Acabada que fué, se remitió original á exámen deinteligentes en Roma: como allí les hubiese parecido bien,quiso el Bibliotecario mayor, y S. M. mandó, que se impri­miese á espensas de la Real B iblioteca»94. E stá convencido,sin embargo, de que «no estará libre de defectos», pero «consolo que sean ménos que en las otras traducciones anteriores»se dará por co n ten to 95. No teme Goya y Muniain el juicio de los entendidos quequieran exam inar de cerca su trabajo; desprecia, por otraparte, las críticas infundadas: «Por si alguno quisiere carearmi versión con el testo, y fallar sobre la fidelidad y méritode ella en com paración de otras, ha sido preciso im primir elGriego á par del Castellano: que el juicio adefesios ó á bulto,qual suele de ordinario ser el de muchos, no es para muytemido, ni aun siquiera para respetado»96. A fin de no me­recer este justo desprecio, vamos a examinar siquiera los 91 Bibt. de Trad. Esp. III 85. 92 «AI que leyere», III. 93 Dedicatoria «AI Excelentísimo Señor D. Gaspar Melchor de Jovellanos». m Jbidem. 95 «Al que leyere», V. « Ibid., IV-V.

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 75mismos pasajes sometidos a crítica en las traducciones deOrdóñez - Canseco y de Mariner, com parando con éstas la deGoya y Muniain. Para abreviar, reproduciré sólo las primerasy las últimas palabras de cada pasaje del texto griego, y,seguidamente, la traducción de Goya y Muniain. 58a30-31: kocI toc xoiauxa... pappapiajióq: «y semejantesacertijos. De la confusion de dialectos procede el barbarís­imo». E l traductor m uestra aquí el deseo de determinar loque en el original no está determinado: 1.° Aristóteles noha dicho xai xá xoiaGxa atvÍY[Jicxxcc, sino tan sólo Kcd xá xolo:Gxoc;bastaría, pues, traducir «y otros semejantes»; pero, en estecaso, la determinación no daña a la traducción. 2.° Tampocohay en el original nada que corresponda a «de la confusión»;de suerte que, si aceptásemos la traducción de yXókxcc por«dialecto», la traducción debería decir: «De los dialectos pro­cede el barbarismo»; más que de la «confusión» de los dia­lectos, se trataría aquí de su abundancia (sobre esto, cf. elcom entario a la traducción de Ordóñez - Canseco, supra, pági­na 57). 3.° La traducción de yXcoxxa por «dialecto» no eli­mina la ambigüedad de la traducción de Ordóñez - Cansecopor «lengua», ni corresponde al sentido del original. «Dia­lecto», en el sentido que recoge el Diccionario de Autoridades,no correspondía al de «palabra extraña», sino al de «propie­dad de cada Léngua en sus voces, explicación y pronuncia­ción», como se ve por este ejemplo de B. Ximénez Patón,Eloqüencia Española, f. 49: «La propiedad de una Léngua,no solo se conoce en que tiene vocablos próprios, sino en quetiene dialecto y phrases próprias», y por estos versos deThomé de Burguillos, Son. 139: Ampliar la lengua propria, es cosa urbana, Adulterarla es bárbaro defecto. Porque su idioma y cándido dialecto Con voces peregrinas se profana. E sta acepción de dialecto tiene, pues, sentido opuesto alde voz peregrina, que sería otra traducción posible parayXcoxxa. Tampoco respondería al sentido de este término

76 Poética de Aristótelesaristotélico dialecto en su uso moderno, como «variedad deuna lengua hablada por un grupo menor que el que hablala considerada como principal», pues yX&Tia no se refiereaquí al conjunto de palabras usadas por un grupo de hablan­tes, sino a una palabra aislada, de suyo ajena a la lenguaen que se usa. 59b22-31: £x£l Ttpóq tó én£KT£ÍVEo0oa... Táq xpccycpSCocq:«Es así que la Epopeya tiene mucho á su favor, para poderalargarse mas; por quanto en la Tragedia no es posible imi­tar muchas cosas hechas á un tiempo, sino solamente aquellaparte, que requieren la escena y los representantes. Mas enla Epopeya, por ser m era narración, cabe muy bien el uniren verso muchas partes con sus cabos, por las quales, siendopropias, crecerá la estructura del Poema. De m anera que tieneesta prerogativa para ser mas grandiosa, y divertir al oyente,y variar los episodios; puesto que la uniformidad, saciandopresto, es causa de que las Tragedias desagraden». Puedenoponerse a esta traducción algunos reparos: 1.° No es apro­piado el giro «es así que» para traducir hk, que aquí expresaleve oposición a lo que acaba de decirse. 2.° Sobra el califi­cativo «mera» aplicado a «narración». No tiene corresponden­cia en el original, y, además, Aristóteles ensalza a Hom eroporque sus epopeyas no son «meras» narraciones, sino quetienen carácter dram ático (cf., p. ej., 48b37), y al comienzodel cap. 23 (59al7-19) recomienda para «la imitación narra­tiva y en verso», es decir, para la epopeya, que se estructurenlas fábulas, «como en las tragedias, de manera dramática».3.° Tampoco es feliz la traducción de ttoXXo: jiépr} Óc[ict noieívTiEpaivó^Eva por «el unir en verso muchas partes con suscabos»; en Ordóñez-Canseco leíamos: «unir muchas partesde cosas que hayan pasado»; en ambas traducciones se aso­cia ófyo: con noteív. Yo creo que aquí, lo mismo que en ¿fyuxTipccxTÓ^evcc (lín. 24), Sqia debe asociarse con 'irepcavó^evcc ytraducirse: «realizándose simultáneamente» o de algún modoequivalente. Si comparamos más en detalle la traducción deeste pasaje por Goya y Muniain con la de O rdóñez-Canseco(cf. supra, pág. 57), vemos que, efectivamente, aquélla es

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 77deudora de ésta. Le debe incluso alguna desviación; porejemplo, lo de «mera narración» estaba ya en Ordóñez; tam­bién es de Ordóñez la expresión «tiene esta prerogativa» (asíse escribía entonces esta palabra) para traducir t o u t ’tó áyccGóv, y probablemente «la uniformidad» para traducirtó 8p.oiov. Pero, en conjunto, la traducción de Goya y Muniaines aquí m ejor que la de Ordóñez - Canseco, sobre todo esti­lísticamente. 60a20-22: otovxai y á p ... elvai ^ yiveaBai: «creyendo vul­garmente los hombres que dada ó hecha esta cosa, resultaordinariam ente esotra: y si la últim a existe, también debióexistir ó hacerse la prim era». No es buena la traducción deoíovtocl yáp por gerundio, y «vulgarmente» no tiene corres­pondencia en el original. Además, como Ordóñez - Canseco(cf. supra, pág. 58), Goya y Muniain cam bia el valor condi­cional de 6 to c v yCvrycoa (tanto el texto de Canseco com o el deG. y M. tienen ylvExai); si aquéllos lo convertían en causal,éste lo sustituye por una oración completiva. Con todo, latraducción de Goya y Muniain es también aquí m ejor quela de Ordóñez - Canseco, y mucho m ejor, en este caso, que lade Mariner. 61b27: et yáp fj t)ttov $opTi.Kr) (SeXtítóv: «Que si la menosmecánica es la mejor». Goya y Muniain pone (pág. 132) a«mecánica» la nota siguiente: «Esquilo es el prim er Trágicoconsum ado, de quien tenemos noticia: y empezó con tantoaparato, que no habia Coliseo capaz para sus Héroes, ni cau­dales para los gastos de la escena. Testigos el Prometeo sobreel Caucaso, y los Siete sobre Tebas. Horacio en su Arte Poé­tica habla así de Esquilo: Et docuit m agnum que loqui^niti'que cothurno. Vers. 279. Y el mismo Horacio en la Epístolacitada [no en la epístola a los Pisones o Arte Poética, sinoen la prim era del Epistularum liber II; el verso aducidoluego es el 194] dice, que era tan disforme á veces el aparatodel teatro Romano, tan desmesurada la balumba de tropasde á pie y acaballo, de triunfos, carros, naves, trofeos que

78 Poética de Aristóteles Si foret in terris, rideret Democritus».La reproduzco entera por su interés objetivo y porque de­m uestra que su autor no entendió aquí el significado de<j>optiKr¡, que no es el de «mecánica», sino el de «vulgar» o«grosera», como se ve por el contexto, pues Aristóteles no serefiere al aparato escénico, sino a la imitación total de lasacciones en cuanto representadas por los actores y no sim­plemente narradas; imitación que puede hacerse con mínimoaparato escénico, incluso sin él. Por o tra parte, Goya y Muniain traduce el com parativo[isÁTÍcov por un superlativo: «la m ejor». Aquí, su traducciónes inferior a la de Ordóñez - Canseco, y muy inferior a la deM ariner. 61b28-29: 6rjXov... cj>opTiKr): «claro está que la que todolo remeda es bien mecánica». Prescindiendo de la traducción,ya censurada, de 4>opriKr] por «m ecánica», «bien» superlati-viza el adjetivo, que en el original es positivo. Ordóñez -Canseco {supra, pág. 58) lo hacían comparativo. Mariner, encam bio, se atenía al original, dejándolo en positivo.61b29-31: <£>q yáp oók aía0avo^évcov.... £ju^£Ío0ccl. Eltexto griego de Goya y Muniain tenía ya klvoovtcu; era, salvodetalles de puntuación sin importancia, igual al nuestro. Heaquí su traducción: «Por eso los representantes, como quenada entienden los m irones, si no se lo hacen palpable, semueven de mil maneras á modo de los malos flauteros, quequando tocan la tonada del Disco, se bambolean». Compa­rada con la de Mariner {supra, pág. 65), la de Goya y Mu­niain es más suelta, y elimina las reiteraciones terminológicasde la traducción que en aquélla observábamos: «movimiento,y affecto», «tibicines, o flauteros». El sabor un tanto arcai­zante de «representantes» (actores), «mirones» (espectadores)y «flauteros» (flautistas) era menos m arcado en el siglo x v mque ahora. Pero hay impropiedad en la traducción de kuXló-Pevol por «se bambolean». Bam bolearse es oscilar a un ladoy a otro, como, por ejemplo, el péndulo del reloj; küXíco, en

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 79cam bio, es «hacer girar», y, en voz media, KuXíojioa, «girar»(de la m isma raíz de kuáív&co, KóXiv&poq «cilindro»). Losmalos flautistas, al tocar la tonada del disco, no se bambo­leaban, sino que giraban sobre sí mismos, «embolviéndose»,como dice Mariner. 61b32-34: rj jíev o5v xpayoráCoc... ónoKpixáq: «Por cierto,la Tragedia es tal; y es así que aun los Farsantes han hechoeste juicio de los nuevos». E sta traducción de Goya y Mu­niain, no tan mala como la de Ordóñez - Canseco, pues nollega a decir lo contrario que el original, es, sin embargo,claramente inferior a la de Mariner (cf. supra, pág. 65).Quien no alcanzase por otro camino el sentido de estas pala­bras de Aristóteles, tampoco las entendería leyendo la tra­ducción de Goya y Muniain. Suprime éste la comparación,bien conservada por Mariner: «es tal como los primeros pen­saron que e ra n ,..», y om ite la calificación de «primeros» o«anteriores», con lo cual se oscurece el texto castellano.62al-2: oCxoi exouoi... £)(ouoi: «y com o estos sonmirados respeto de los otros, así es reputada toda su arterespeto de la Epopeya». Aquí Goya y Muniain traduce muchom ejor que Mariner. Y a vimos arriba (pág. 65) a qué podíanatribuirse las incongruencias de éste.62a2-4: xrjv oSv... oxl &v etr^: «E sta por el contrario,dicen, se hizo para espectadores razonables; por lo qual noechan ménos figuras estrañas. Mas la Tragedia es para genteinsensata: luego siendo, como es, tan mecánica, habrá deser peor sin rastro de duda». Téngase en cuenta lo dichoarriba (pág. 66) sobre variantes del texto griego en estepasaje. Pero hay aquí defectos de traducción que no depen­den de las variantes: «por el contrario» no da el sentido deoCv; «estrañas» no tiene correspondencia en el original; tam­poco «gente insensata» corresponde bien a (fxxúXout;, y sobre«mecánica» como traducción de <j>opxLKr¡ v. supra, págs. 77 s.Con todo, la traducción de Goya y Muniain resulta aquí más

80 Poética de Aristótelesceñida al original que la de Ordóñez - Canseco, y, estilística-mente, de más fácil lectura que la de Mariner. 62bl2-15: eí o5v toútolc; . . . Tr¡<; ¿hotioiIck;: «Luego si laTragedia se aventaja en todas estas cosas, y todavía mas enel efecto propio del arte (supuesto que se ordenan ambas ácausar no una recreación caprichosa, sino la que vá dicha),habrá de ser m ejor que la Epopeya, como quien toca su finmas pronta y derechamente». En este pasaje Goya y Muniainsaca notable ventaja a las dos traducciones anteriores (v. pá­ginas 59 y 66). Si hubiera omitido «mas» en «y todavía masen el efecto...», no habría nada que objetarle. Para term inar este rápido cotejo, veamos cómo traduce elcomienzo del capítulo 6, 49b21-31 (las traducciones de Ordó­ñez - Canseco y de Mariner, supra, pág. 67): «De ésta y de la Comedia hablarémos despues. »Hablemos ahora de la Tragedia, resumiendo la definiciónde su esencia, según que resulta de las cosas dichas. Es puesla Tragedia representación de una acción memorable y per­fecta, de magnitud competente, recitando cada una de laspartes por sí separadamente; y que no por modo de narra­ción, sino moviendo á compasion y terror, dispone a la mode­ración de estas pasiones. Llámo estilo deleytoso al que secompone de número, consonancia y melodía. Lo que añadode las partes que obran separadamente, es porque algunascosas solo se representan en verso, en vez que otras vanacompañadas de melodía». Si comparamos esta traducción con las de Ordóñez-Can-seco y la de Mariner, hallamos lo siguiente:1.° Goya y Muniain ha comenzado el capítulo con laspalabras riept 5é xpay<¿>Síccq Xéyeo^ev «Hablemos ahora de latragedia», situando la frase anterior: FTept oGv xrfc é^ajiá-xpou [en nuestro texto: év á^a^éxpoiq] (i'^r|xiKr¡<;... époCjiev,al fin del capítulo precedente; división inusitada, y desacon­sejada por la correlación de las partículas peroque podría carecer de importancia para la traducción.

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 81 2.° En el texto castellano de Goya y Muniain, la fraseanterior a «De ésta y de la Comedia hablaremos despues»terminaba con la palabra «Epopeya». Esto le permite traducirbrevemente Flepl... tt¡<; ¿¿.ajiéTpou ^u^í]'uKf¡q por «De ésta»;libertad admisible, sobre todo si la nueva frase siguiera in­mediatamente y no pasara al comienzo de otro capítulo. Laruptura de la correlación üspl ^év... itepl 6 é ... hace que seomita la traducción de esta segunda partícula, conservadaen Ordóñez - Canseco; «y ahora de la tragedia», y en Mariner:«Pero tratemos ya agora...». 3.° En la frase siguiente, «resumiendo» se ciñe más aloriginal que «dando» (Ordóñez - Canseco), y se evitan las rei­teraciones de Mariner: «la definición, y termino de su subs­tancia, y essencia», 4.° También al comienzo de la definición sigue Goya yMuniain el original más de cerca que Ordóñez - Canseco: «Latragedia es...» (O .-C ., con omisión de la conjunción conti­nuativa «pues» < o5v); «Es pues la Tragedia...» (G. y M., lomismo que Mariner). 5.° Pero Goya y Muniain cambia indebidamente el tér­mino técnico «imitación» (conservado por 0 . - C. y por M.)sustituyéndolo por «representación». 6.° De las tres traducciones de Ttpáf.etóq cntou6oc(a<; nalTeXeíat;, la de Goya y Muniain es la m ejor: «de una acciónmemorable y perfecta». Ordóñez - Canseco: «de acción ilustre,perfecta», no traducen la conjunción copulativa, haciendo asíuna frase cortada y dura. Mariner vuelve aquí a sus repeti­ciones innecesarias: «de una acción, y obra seria, y perfecta». 7.° ^eyeGoq. ¿x0^01!^- Aquí se atienen más al originalOrdóñez - Canseco: «que tenga grandeza», y Mariner: «quetiene magnitud». Goya y Muniain: «de magnitud competente»introduce un matiz que no hay en el texto griego. 8.° fjSuo^évíp Aóy<p. Goya y Muniain om ite la traducciónde estas dos palabras, que encierran un concepto importante.O. -C . y M. las traducen: «con hablar suave» (O .-C .), «conelocucion jucunda, y dulce» (M., con reiteración del adjetivo). 9.° &p¿>vtgl>v. Ninguno de los tres traductoresentendió este pasaje; los tres se hallaron ante un texto inco­

82 Poética de Aristótelesrrecto y mal puntuado: x^pW ¿Káaxou xc5v e[8cov év xoí<;^optoiq &p<ávTcov, Kai..i E l que con más fidelidad tradujo taltexto fue M ariner; el que más se alejó de él, sin acercarsepor eso al verdadero sentido aristotélico, Goya y Muniain.Especialmente impropia es su traducción de 5pcí>vxcov por«recitando». 10.° k ccl oú 5i’ éiícxyyEXíaq... KccBapaiv. Al trad u cir oó6l* ¿TtocyyeXíaq, áXXá &l’ ¿Xéou K a t <j)ó|3ou «no por modo denarración, sino moviendo a compasion y terror», G. y M. esinnecesariamente libre y perifrástico, y «terror» es demasiadofuerte para traducir cfojioq («terror» también en Ordóñez -Canseco; «miedo» en Mariner). Ya vimos que O .-C . escamo­teaban la traducción de toloótov y traducían xáBapoiv por«expurgación», mientras que Mariner, más acertado en ambascosas, vertía x<5v xoioóxcúv por «destas semejantes» y KáGapotvpor «purgación». Goya y Muniain traduce xcov xoioóxcov por«de estas», como posteriormente muchos, a mi juicio equi­vocadamente, y Káectpaiv por «moderación», abandonando eltérmino técnico «purgación» (v. sobre todo esto Apéndice II).Tampoco es apropiada la traducción de itspaívco por «dispo­ner a»; su significado es «llevar a cabo», «acabar», «cumplir»,«term inar». 11.° (SoB^ióv Kal ócp^iovlav Kat (iéXoq. Mariner tradujo lite­ralmente «rhythmo, y harmonía y melodía», porque no enten­dió el significado de fiéXot; «canto». Canseco, corrigiendo aquía Ordóñez, tradujo «\"rythm o”, harmonía y \"verso\"», tambiénliteralmente, pues su texto griego tenía ¡iéxpov en vez de[iéXoq. Goya y Muniain, apartándose de la letra, traduce:«número, consonancia y melodía», y es el que más se alejadel pensamiento de Aristóteles. Véase la nota 105 a mi tra­ducción de este pasaje.12.° xó bk X63? ^ T^ v eíScov... ^léAouq. Aquí, la m ejortraducción es la de Ordóñez. Véase arriba (pág. 68) lo dichosobre la de Mariner. La de Goya y Muniain sustituye «espe­cies» por «partes», y nuevamente usa «melodía» (como Mari­ner) por «canto».

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 83 Resumiendo, creo que puede aceptarse el juicio implícitoen las palabras de Menéndez Pelayo citadas arriba (pág. 63),de las que se desprende una valoración favorable a la traduc­ción de Goya y Muniain comparada con la de Ordóñez, in­cluso después de su revisión por Flórez Canseco, y con la deMariner. La de Goya y Muniain falla en ocasiones por malainterpretación del texto griego, debida unas veces a incorrec­ción de éste, aunque fuese m ejor que los manejados porOrdóñez y por Mariner, imputable otras al traductor; en esteaspecto, es superior a la de Ordóñez, pero no a la de Mariner,a pesar de haberse valido de ambas. Es netamente superiora una y o tra en la fluidez del estilo, «más suelto y desem­barazado» que el de sus dos anteceso res97. Goya y Muniainalcanzó, pues, la meta que se había propuesto: su nueva ver- 97 E sta soltura la consigue a veces G. y M., en parte, variando los tér­minos castellanos que deben reproducir el sentido de un mismo términogriego, procedimiento poco recomendable, sobre todo cuando se traduce aAristóteles. Aduciré algunos ejemplos. Traduce: por imitación, 19 veces: 47al6, 22, bl3, 15, 21, 29; 48a7, 24, b3; 49bl0;50al6; 51b28; 53bl2; 54b8; 59b33; 61b26; 62al8, b4 y 11. Por representación,seis veces: 49b24 (en la definición de la tragedia), 31, 36; 51a31; 52a2, b33.Por remedo, cuatro veces: 50a4, b24; 52b 1; 54a27. Por retrato, tres veces:48b35; 49a31; 50b3. Omite su traducción dos veces: 59al5, b36. Traduce porimagen una vez: 52al3. por estilo, nueve veces: 50a36; 56a34; 58al8; 59a3, 12 («estilo fami­liar»), bl2, 16; 60b3, 5. Por dicción, cinco veces: 49al9, b33 y 34; 50a9, 14, bl3.Por habla, dos veces: 56b20, 60bll. Por palabras, dos veces: 61al0, 27. Porcláusulas, una vez: 50a29, y una vez también por cada uno de los términossiguientes: conversación: 49a23; elocuencia: 55a22; modo de decir: 56b8;modo de hablar: 60bl2; pronunciación: 56b9, y representación: 52b23. jjiu0o<; por fábula, 37 veces: 47a9; 49al9, b9; 50a4, 14, 22, 32, 34, 38, b32;5ía5, 16, 22, 31, bl3(>24, 27, 33, 34; 52all, 12, 19, 37, b9, 29; 53al2, 18, b4, 22;54al4, bl, 35; 55a22; 56a8; 59al8; 60a33; 62b6. Omite su traducción cincoveces: 51b38; 52al3; 53a37; 55b8; 56al3. Traduce una vez por fábula cómica,y una vez asimismo por cada uno de los términos siguientes: fábula otragedia: 56a28; tragedia: 53b7; cuento (iioXú(jtu0oc; «compuesto de muchoscuentos»): 56al2; cuento sabido: 54al2, y dificultad: 54a37, upa^iQ por acción, 25 veces: 48b25; 49b24, 36; 50al, 2, 4, 18, b3, 24; 51al9,28, 31, b29, 33; 52a2, 13, 14, 37, bl; 53b16, 27; 59al9, bl; 62b8, 11. Por hecho,cinco veces: 47a28; 50a 16; 51al8; 54al8; 59a22. Por pena, una vez: 52b11. £u9¡ió<; por número, cinco veces: 47a22, 23, 26, b25; 49b29. Por rima, dosveces: 48b21 (bis). Por compás, una vez: 47a27. oitoi>5aío<; por bueno, tres veces: 48a2; 49bl7; 61a6, y una vez por cadauno de los términos siguientes: de calidad: 48a27; doctrinal: 51b6; grave:48b34; ilustre: 49bl0; memorable: 49b24.

84 Poética de Aristótelessión es, en conjunto, superior a las dos anteriores. Y el éxitola ha coronado; en 1948 la incluyó Espasa-Calpe en su «Colec­ción Austral», donde alcanzó la cuarta edición en 1970. Pero esta nueva versión de la Poética, que lleva el nombrede José Goya y Muniain, ¿es verdaderamente suya? E l padreMiguel Batllori, S. I., en su obra La cultura hispano-italianade los jesuítas expulsos. Españoles - Hispanoamericanos - Fili­pinos. 1767-1814. Madrid, Gredos, 1966, págs. 124 ss., acusa al«sacerdote don José Goya y Muniain, director de la RealB ib lioteca98, hombre oscuro del último setecientos», de ha­berse mostrado «en las tres obras que publicó a su nombreen Madrid el año 1798, y en otra que proyectó, muy pocoescrupuloso en m ateria de plagio y de rapiña intelectual yliteraria» (pág. 124). La obra que quedó en proyecto iba atitularse H echos de los españoles en el santo concilio de Tren-to, y, según el padre Batllori, se basaría principalmente en«la copiosísima documentación recogida por el jesuíta AndrésMarcos Burriei por encargo de Fernando VI, y depositadaen la Real Biblioteca». Las tres publicadas son: los Com en­tarios de Cayo Julio César, el Catecismo trilingüe del padrePedro Canisio y E l arte poética de Aristóteles en castellano. Los Comentarios, según el padre Batllori la más lujosa,de las ediciones de Goya y Muniain, «todas ellas de bibliófiloconsumado» \", «van dedicados al rey, y su valor literario estal, que en 1865 volvieron a publicarse con un elogioso pró­logo de Milá y Fontanals», y en 1919, cuando la popularísimaColección universal de la Casa Calpe incluyó en sus números78-80 el De bello gallico en castellano, no hizo más que repro­ducir aquella antigua edición de 1798, «por ser — dice el pro- <J>aO\o(; por malo, nueve veces: 48a2; 49a32 (cjxJoXÓTepoQ «peor»), bl8, 26;51b36; 54a21; 60bl; 61a6, b30. Por figurero, una vez: 62a9; una vez tambiénpor insensato: 62a4, y una vez por ruin: 48b26. 98 No era director de la institución. Trabajaba en la Real Biblioteca alas órdenes de un Bibliotecario Mayor (cf. infra, pág. 89); su sueldo eratan modesto que no le daba para amanuense (infra, n. 103), y en la cartamencionada luego (pág. 90) se le llama «individuo de la Real Biblioteca». 99 o . e., pág. 124. El ejemplar de su traducción de la Poética que yo hemanejado, propiedad de Dámaso Alonso, merece sin duda este elogio quecon no muy buena intención le tributa el padre Batllori.

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 85logista anónimo— la m ejor seguram ente..., tanto por su fide­lidad, cuanto por la elegancia de su estilo» í0°. «Sólo que estácomprobado — afirma el padre Batllori— que Goya no fueel verdadero traductor». Y basa esta grave denuncia en una«pintoresca historia» que el padre Manuel Luengo dejó escritaen su D ia rio 101, extensísimo documento de m ás de sesentatom os, que se guarda en el archivo de Loyola. Dice allí elpadre Luengo: El P. Joseph Petisco traduxo en Bolonia los Comentarios de Julio César, y, habiendo llegado una copia de la traduc­ ción, que inocentemente y sin preveer sus resultas dexaría hacer el author, a las manos de don Joseph de Goya, la dio a luz en Madrid con su nombre propio y dedicándola al rey, y consiguió una pingüe pensión... La dicha impresión se hizo sin consentimiento y aun sin noticia del verdadero traductor de la obra de César, lo que no se puede menos de llamar villanía y latrocinio... No ha parado aquí la astu­ cia y malignidad de los que han andado en este negocio, y han llegado a apoderarse con engaño y disimulo del ori­ ginal del author y echarle al fuego, para que no haya este documento authéntico con que demostrar el plagio y latro­ cinio vergonzoso del señor auditor Goya. Y a Menéndez Pelayo se había hecho eco de esta historia delpadre Luengo, pero sin concederle la certeza que le atribuyeel padre Batllori. En el volumen II de la Bibliografía Hispano-Latina Clásica, págs. 180-182, recoge una larga nota que, apetición suya, le había comunicado el padre Eugenio deUriarte, hombre de gran erudición, que desde hacía muchosaños trabajaba en una bibliografía española de escritores dela Compañía de Jesús. La nota del padre Uriarte incluía lahistorieta recogida por el padre Batllori, escrita el año 1798,al enterarse el padre Luengo de la impresión de los Com en­tarios, y esta otra redactada dos años más tarde, al m orirel padre Petisco: 100 ibidem. Posteriormente, la Colección Austral de Espasa-Calpe ha se­guido reproduciéndola con gran éxito: primera edición en 1940, octava en1969. 101 Año 1798, págs. 307-308.

86 Poética de Aristóteles Trabaxó mui en secreto la traducción de la lengua latina a la Española de un Author clásico del siglo de oro, y después con nombre de un sujeto que está en puesto dis­ tinguido, se dio a luz sin noticia ni consentimiento del Author, al que se le arrebató el original para que nunca se pueda hacer ver que no es author de la traducción el que pone su nombre en ella, sino este P.e Joseph Petisco de la Provincia de Castilla. No pongo aquí el título de la obra, el nombre del que se pone a su frente y de alguna otra persona, que con malicia o sin ella ha entrado en esta vilísima e injustísima rapiña literaria, aunque lo sé todo; porque puede venir este mi escrito en manos de algún imprudente que haga pública esta vergonzosa historia, vi­ viendo todavía los authores de ella;, pues no son viejos, y pueden vivir muchos años (a. 1800, págs. 26-27). Menéndez Pelayo estima que, si todo esto «no prueba elplagio atribuido a Goya y Muniain (ni es posible la pruebacuando el m anuscrito del P. Petisco falta), tiene, por lomenos, verdadera curiosidad para la historia lite ra ria » 102.Ciertamente la tiene. Pero, a mi juicio, la acusación del padreLuengo no sólo no prueba el plagio, sino que resulta sospe­chosa por varios motivos: 1.° No se ve por qué el padre Luengo se expresa tan cla­ram ente en el prim er relato y con tanto misterio en el segun­do. Si éste podía caer en manos de algún imprudente quehiciera pública tan vergonzosa historia, lo mismo podía ocu­rrir con el de dos años antes, que seguía figurando en suvoluminoso Diario. 2.° Se nos dice en el prim er relato que el padre Petisco«traduxo en Bolonia los Comentarios», y en el segundo, que«trabaxó mui en secreto la traducción» de dicha obra. ¿Cómopudo tener Goya, en Madrid, «una copia de la traducción»hecha tan secretamente y a tanta distancia? ¿Cómo logróun modesto bibliotecario, cuyo sueldo no daba para am a­nuense 103, que alguien se apoderase del original y lo echaseal fuego? 102 Bibliografía..., pág. 181. i® Cf. la carta enviada por Goya y Muniain el 23 de agosto de 1793 al

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 87 3.° Y, suponiendo posible todo esto por un azar favorablea Goya y Muniain, ¿por qué no se denunció el hurto del ma­nuscrito tan pronto como se produjo? Desde la fecha en queGoya y Muniain tenía la traducción de los Comentarios listapara la imprenta hasta que logró publicarla transcurrieronpor lo menos cinco años, pues en su carta de agosto de 1793al inquisidor general alude al hecho de que había presentadoa tan alto personaje, y éste le había devuelto, dicha traduc­ción, para cuya impresión se había dictado un decreto, per­dido luego en la Secretaría de* Estado. ¿E s que el padrePetisco no notó la desaparición de su m anuscrito en todoaquel tiempo? 4.° El padre Luengo, que en su prim er escrito acusanominalmente a Goya y Muniain, dice en el segundo, redac­tado dos años después, en 1800, que los autores de tan ver­gonzosa historia «no son viejos, y pueden vivir muchos años».Sin embargo, de la citada carta al inquisidor general sededuce que Goya y Muniain era ya viejo en 1793 («el yaanciano bibliotecario», dice el padre Batllori refiriéndose asu edad en aquellas fechas). Parece, pues, que el padre Luen­go, al menos en este punto, no estaba bien informado. SuDiario, por lo demás, según juicios emitidos por el propiopadre Batllori, no es muy fidedigno: «Luengo — escribe Batllori, pág. 75— es uno de esos viejoscerrados y antipáticos, presa de incomprensión posclimaté-rica hacia todo lo de los jóvenes — aunque a veces los talesjóvenes fuesen personas de más de cuarenta años-—... Y juntoa esa cerrazón para cuanto representaba nuevas formas decultura, se ve un afán morboso de chismerías políticas, y unespíritu de capillita, que llega a hacer antipático su mismoam or a la Com pañía...». Y en la misma página: «He aquí elinquisidor general don Manuel Abad y La Sierra, arzobispo de Selymbria,conservada en la Sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional y trans­crita por el padre Batllori en su o. c., págs. 129-132. El pasaje aludido:«Verdad es que, quanto se me ofrece, todo lo escribo de puño propio;y esto me cansa; pero no puedo por menos, porque mi sueldo no dapara amanuense. El señor Llaguno, ni más ni menos que V. S. I., hareparado en esto mismo, significándome que tendría gusto en podermeproporcionar un amanuense», está en la pág. 130.

88 Poética de Aristótelesjuicio sin juicio consignado por el padre Luengo [sobreA rteaga]». Cinco más adelante, en la 80, se nos dice de Ar-teaga también, que fue «perseguido de nuevo por la críticaestúpida y anacrónica del refunfuñante padre Luengo», «ex-jesuita español, más integrista — y más cáustico, y de menoscultura que el bueno de Gusta» (pág. 90). «El Diario deLuengo ■—leemos en esta m isma página— , que muchos histo­riadores han encomiado excesivamente como fuente históricapara ese período y para ese ambiente». Y en la 91: «...perió­dicos, libros y opúsculos que él [Luengo] criticaba con tantasuficiencia cuanto insuficiente y unilateral era su cultura.Pero a las veces tan posesionado estaba de su infalibilidadcrítica, que juzgaba los libros sin haberlos siquiera vistopor el forro». E n la 93 le llama «rancio diarista» y «el mali­cioso Luengo», y en la 95, «integrista intransigente». Y toda­vía en la 422 dice que «Luengo se manifestaba injustamentemalicioso en sospechar de M asdeu...», y en la 431 comienzaun párrafo con estas palabras: «El padre Luengo, comentan­do con su característico simplismo...». Aunque las historietas sobre Goya y Muniain no tuvierannada que pudiese extrañarnos, los juicios del padre Batllorisobre el autor del Diario bastarían para hacérnoslas sospe­chosas. ¿Por qué no se publicaron en vida del acusado, queasí habría podido defenderse? Reconoce el padre U riarte que «una acusación tan gravecomo la del padre Luengo parece exigir alguna prueba másque la de su palabra, aunque tan fidedigna [ ? ] , dado que aél se le pudiera considerar como parte interesada en estepleito». Y a tal fin consigna «una noticia que, si no de prueba,servirá a lo menos de credibilidad y confirmación a lo queasienta el autor del Diario». Nos interesa aquí de modo espe­cial esta noticia porque atañe directamente a la traducciónde la Poética. Según el padre U riarte —y el padre Batllorirecoge su testimonio— , en el ín d ice ms. de la Biblioteca dela Universidad de Salam anca (I, 35) se lee la siguiente nota: Posteriormente a la compra de este libro regaló otro ejemplar su traductor M. Pedro Luis Blanco como aparecerá

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «-Poética» 89 de la carta que dirije a esta universidad el que se dice traductor contra el nombre expreso de D. Josef Goya y Muniain, aunque se debe creer al primero. La carta aludida en la nota ha desaparecido. El padreUriarte manifiesta: «Por más que la hemos buscado en másde una ocasión, no hemos podido dar con la carta delSr. Blanco entre los papeles de aquella Universidad». Por lodemás, esta nueva acusación, independiente, al parecer, de laanterior y al pronto inquietante por la reiteración, no tiene,sin embargo, más consistencia que la del padre Luengo. Antesde darle crédito habría que saber quién era M. Pedro LuisBlanco. Su nombre no figura en la Biblioteca de TraductoresEspañoles ni en la Bibliografía Hispano-Latina Clásica deMenéndez Pelayo. ¿E s que no tradujo más que la Poética deAristóteles, y con tan mala suerte que le robaron su trabajo?Nuevamente ocurre aquí la pregunta: ¿P or qué no denuncióal ladrón públicamente o ante los tribunales? Goya y Muniain era helenista notorio. Cuando Azara, mi­nistro del rey de España en Roma, pidió a la Real Biblioteca«las lecciones variantes que resultasen entre un preciosocódice que hay en ella, y entre las ediciones mas correctasde la m isma Poética», el Bibliotecario Mayor, a pesar dehallarse Goya y Muniain «dedicado a otro linage de estudiosm as propio de su genio, profesion y estado, le encargó quereconociese y anotase dichas variantes» 104. Este encargo revelasu prestigio como helenista. Si no lo tuviera, se habría enco­mendado la tarea a otro. No faltaba en Madrid quien pudierallevarla a cabos Sin ir más lejos, allí estaba Flórez Canseco,que en 1798 andaría por los cincuenta y cinco años, y llevaba Cf. la Dedicatoria de la Poética a Jovellanos. Antes de emprender sutraducción, Goya y Muniain aguardó mucho tiempo el ejemplar que Azarale tenía prometido para cuando se publicase «una edición cumplida» deltexto griego que «con las correcciones y lecciones variantes tomadas delos códices antiguos mas célebres de Europa» preparaba «cierto CaballeroInglés», al cual se habían remitido las variantes reconocidas y anotadaspor Goya y Muniain; mas, «puesto que ha cinco años que al nuevo Editorse remitiéron las variantes que pidió del muy apreciable códice de S. M. enesta Real Biblioteca», se decidió por fin a «seguir la citada edición deGlasgua» («Al que leyere», XV).

90 Poética de Aristótelesmás de veinte desempeñando la cátedra de griego en losReales Estudios de San Isidro 105. ¿Qué explicación podemos dar, entonces, a la reiteradaacusación de rapiña intelectual contra Goya y Muniain? Silas acusaciones se hubieran hecho públicamente, tendríamosla explicación en la respuesta del acusado. Pero sin dudanunca llegaron a conocimiento dé 'éste. Y ya se sabe que lamaledicencia prospera en la sombra. Que había entre las per­sonas próximas a nuestro trad u ctor quienes lé tiraban pie­dras y escondían la mano, consta incluso documentalmente.Menéndez Pelayo, Bibliografía H. L. C., pág. 183, transcribe deuna carta anónima, dirigida a don Miguel Cuver y conservadaen el Archivo H istórico Nacional de Madrid entre los expe­dientes de la impresión de los Comentarios, el siguientepárrafo: Pasa a VE. de orden del Sr. Infante una Dedicatoria que quiere hacer a S. A. D. Joseph Goya individuo de la Real Biblioteca, de los Comentarios de Julio César que ha tra­ ducido para que VE. vea si será del agrado del Rey que S. A. la admita. Prescindiendo de que si el estilo de la traducción se parece al de la dedicatoria, duro, afectado, y repugnante a nuestros oídos modernos, no merecerá estima, por más que diga Bayer, de quien es hechura Goya, hago presente a VE. que está ya finalizada la impresión de la de Valbuena... La acusación de plagio y de rapiña intelectual que el padreBatllori extiende al Catecismo trilingüe del padre Pedro Cani-sio nos interesa menos. Y es totalmente gratuita. Sin másbase que las manifestaciones del padre Luengo sobre losComentarios y la de M. Pedro Luis Blanco sobre la Poética, i°5 Flórez Canseco no tenía pelos en la pluma, y en lo tocante a hele­nismo no se andaba con bromas. Bien lo demostró con la publicación desu opúsculo contra Fr. Juan de Cuenca (cf. supra, pág. 51). Si las acusa­ciones de plagio contra Goya y Muniain hubieran tenido sólido fundamento,es de creer que no tardarían en difundirse, sobre todo entre quienes culti­vaban como campo propio el de la filología clásica. Entre éstos destacabaCanseco, que no habría desaprovechado la ocasión para fustigar al picaroque, con plumas ajenas, habría intentado, y conseguido, superar la traduc­ción de Ordóñez, cuidada y enmendada por el propio Canseco.

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 91el padre Batllori concluye que el Catecismo trilingüe era «sinduda obra de alguno de los jesuítas que, al salir desterradosen 1767, hubieron de dejar en sus aposentos todos sus libros,apuntes y m anuscritos» 506. Los m uertos no pueden defenderse.Precisamente por eso, el historiador no debe, sin pruebas ma­nifiestas, dictar sentencia contra ellos. 5. J. D. G a r c í a B a c c a E n el siglo x ix no se publicó en España, que yo sepa, nin­guna traducción nueva, ni se reeditó alguna de las anterio­res 107. E l clim a intelectual no era propicio para tales estudios.La revolución literaria producida a comienzos de dicho siglo,como parte de una revolución ideológica más honda, produjoun cambio radical del gusto e imprimió nuevos rumbos a lastendencias estéticas. El Romanticismo proclamó la rupturacon las normas y con los modelos clásicos. L a situación permaneció estancada hasta mediados delsiglo actual. En 1946 publicó una edición bilingüe en Méjicoel español Juan David García B acca í08. La fecunda laboriosi­dad de este hombre nacido casi con el siglo (en 1901) es ver- i« O. c., pág. 125. 107 A no ser que deba situarse en sus últimos años la reimpresión de lade Ordóñez-Canseco por Antonio Zozaya (cf. supra, pág. 53, n. 76), Laotra muestra que conozco del helenismo de Zozaya —la Política de Aristó­teles,. «versión castellana [no se dice de qué lengua] de Antonio Zozaya;2 vols. de 15 cms.», en el primero de los cuales hay una sola nota (pág. 150),consistente en un término griego mal escrito, y en el segundo, dos notas,integradas también por sendos términos griegos, nuevamente mal copiadouno— apareció en 1885 (2.a ed., 1892) formando los vols. X X III y XXIV dela misma Biblioteca Económica Filosófica. El vol. de la Poética lleva elnúmero XCI. 108 Obras Completas de Aristóteles / Poética / Versión directa, introduc­ción y notas / por el / Dr. Juan David García Bacca / Profesor de Filosofíaen la Universidad / Nacional Autónoma de México / Universidad NacionalAutónoma de México / 1946. Lleva una larga Introducción filosófica (pági­nas VII-CV), seguida de una Introducción técnica más breve (págs. CVII-CXXV). A continuación (págs. 1-47), el texto griego —páginas de la izquier­da— y la traducción —páginas de la derecha—, con la misma numeraciónunas y otras. Finalmente (págs, i-xxxiii), las Notas al texto castellano.

92 Poética de Aristótelesdaderaraente.impresionante. En los veintisiete años que me­dian entre su Invitación a filosofar, México, 1940, y susElem entos de filosofía de las Ciencias, Caracas, 1967 (últimolibro suyo original de que tengo noticia), pasando por suExistencialismo, Xalapa, 1962, y su Humanismo teórico, prác­tico y positivo según Marx, produjo una docena de volúmenesde filosofía, originales o antológicos; tradujo alguno del ale­mán, como el de M. Heidegger, H olderlin y la esencia d e lapoesía, seguido de Esencia del fundam ento (vers. esp., pról. ynotas de J. D. G.a B .), México, 1944, y publicó casi o tra docenay media de obras de o sobre autores latinos y griegos (sobretodo griegos), algunas traducidas y todas prologadas, intro­ducidas o anotadas por él. Sin pretender una enumeraciónexhaustiva, mencionaré las siguientes: entre las latinas, losSoliloquios, de Marco Aurelio, México, 1944, y la Consolaciónp o r la filosofía, de Boecio, México, 1945; entre las griegas,Presencia y E xperiencia de Dios, de Plotino (selec. de textos,trad. y notas p o r...), México, 1942; El poema de Parménides(trad. y com entarios p o r...), México, 1942; B anquete y Ion, dePlatón (texto en griego y español; vers. dir., introds. y notasp o r...), México, 1944; Hipias Mayor y Pedro, del mismo autor(texto en gr. y esp.; vers. dir., introds. y notas p o r...), México,1945; Vidas paralelas, de Plutarco (selec. y pról. de...), Méxi­co, 1945; M em orables. R ecuerdos socráticos, de Jenofonte(pról. y selección d e...), México, 1945; Moralistas griegos:Caracteres m orales, de Teofrasto, y Enchiridión, de Epicteto,con la Vida de Epicteto filósofo estóico, por Francisco deQuevedo y Villegas, México, 1945; Guerra del Peloponeso, deTucídides (selec. y pról. d e...), México, 1945; Prometeo enca­denado, de Esquilo (pról., selec. y notas d e ...), México, 1946;Recuerdos de Sócrates, Banquete y Apología, de Jenofonte(texto en gr. y esp.; vers. dir., introds. y notas p o r...), México,1946; Introducción general a las Enéadas, Buenos Aires,1948; R efranero, poem as, sentenciario de tos prim eros filó­sofos griegos (trad. d e...), Caracas-Madrid, 1962; 2 vols. dediálogos de Platón: vol I, Eutifrón, Apología de Sócrates,Critón, Banquete; vol. II, Hipias Mayor, Ion, Fedro (introd.d e...), México, 1965; Socráticas, Ciropedia y Economía, de

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 93Jenofonte (trad. y estudio preliminar d e...), México, 1966, yhasta la Ilíada (con la trad. de L. Segalá, pero con estudiopreliminar suyo), México, 1966. De la sólida preparación que supone toda esta m asa .depublicaciones de tem a helénico podía esperarse una traduc­ción excelente de la Poética de Aristóteles. Pero la recia per­sonalidad intelectual del Dr. García B acca, firmemente arrai­gada en el terreno filosófico, impuso a su tarea de traductorun desplazamiento notable hacia este campo, con menoscabodel m enester u oficio filológico. E ste desplazamiento se obser­va ya en las características externas de la obra, y hasta enla disposición tipográfica de su contenido. La Introducción,mucho más larga que la Poética misma, más larga inclusoque el texto griego y la traducción juntos, lleva cuerpo 10,cóm odam ente legible, m ientras que el núcleo de la obra va,como las Notas al texto castellano, en cuerpo 8, con la dife­rencia a favor de las Notas de que su interlínea es másamplia. A juzgar por estos indicios, en el conjunto de la obra ten­dría más importancia el pensamiento del introductor (y ano-tador) que el del propio Aristóteles. No creo que GarcíaB acca, al organizar el libro, admitiera conscientemente estaidea. Pero es indudable que se consideraba, en el dominiode la estética filosófica, m ejor situado que el Estagirita. Seve en el tono mismo de su Introducción filosófica, desde lasprim eras páginas. Aristóteles, naturalm ente, no conocía «elpoder descubridor de la estética kantiana», y su Poética escom o «una fotografía hecha con rayos de rojo a violeta, conrayos visibles, del espectro ordinario; y en tal fotografíasólo aparece de las obras literarias lo que tal grupo de rayospermiten. Los demás aspectos, profundos, temerosos, subli­mes, de las obras de arte, aun de las griegas, no aparecenni pueden aparecer, empleando el sistema de rayos de quese sirve Aristóteles». «Por esto los lectores modernos — prosigue García Bacca— ,aun sin estar familiarizados con estéticas tan sutiles comola kantiana, por simple instinto de la época hallarán muchaspartes de la Poética elementales, secas, esquemáticas. Y es

94 Poética de Aristóteles que el sistema aristotélico, como sistema de rayos mentales, no da para más. Y no hay, en justicia, que pedirle más» (págs. V III-IX). No voy a discutir ahora ninguno de los conceptos expre­sados en estas líneas. Las transcribo simplemente como dem ostración de que García B acca se considera, gracias a suconocimiento de la estética kantiana, y aun por simple ins­tinto de época, en posición muy ventajosa frente a Aristóteles. Tal superioridad — ficticia o verdadera— ha perjudicado ala tarea de García B acca como traductor. Y es que el tra­ductor, en cuanto tal, tiene que abandonar su posición ven­tajosa, tiene que prescindir, en cierto modo, de sus saberesa la hora de traducir. Como traductor no debe decirnos loque él personalmente piensa, sino todo y sólo el pensamiento— y, si hace al caso, también el sentimiento— que expresó elautor en el texto que traduce. E sta sumisión o entrega temporal al servicio del pensa­miento aristotélico no la consiguió, quizá no la pretendiósiquiera, el filósofo García Bacca. Y así, no sólo habla porcuenta propia en la Introducción filosófica 109 y en las Notas En la que llama Introducción técnica habla casi siempre por cuentaajena. Advierte al principio (pág. CVII) que los datos expuestos en ellalos toma en su mayoría de la edición de Hardy (París, 1932), «no sin teneren cuenta la edición publicada en la Loeb Classical Library, por W. HamiltonFyfe, 1939». Pero una cosa es tomar los datos de una obra, y otra traducircasi literalmente de ella páginas enteras, p. ej., todo el apartado OI, tituladoLugar de la Poética en las obras de Aristóteles (págs. CXI-CXIV), calcadosobre el que Hardy titula Place de la Poétique dans Voeuvre d ’Aristote(págs. 13-16; nótese de paso que se ha traducido mal el título francés;habría que decir Lugar... en la obra..., entendiendo «la obra» como «elconjunto de las obras», en sentido colectivo, que es el que aquí tieneVoeuvre; o Lugar... entre tas obras); el IV, Sobre la significación de lakátharsis (págs. CXIV-CXVII), que no contiene ningún dato que no estéen el titulado por Hardy La catharsis (págs. 16-22) y, siendo casi todo élmera traducción, no hace sino abreviar algo el texto francés; finalmente,el apartado V, Texto de la Poética (págs. CXVII-CXXII), que se limita atraducir el de Hardy titulado Le Texte de la Poétique (págs. 22-27), sinenmendar, naturalmente, el pequeño error de Hardy al hablar del «gram-mairien Néoptoléme de Paros» (pág. 22, n. 2), que García Bacca traduce«el gramático Neoptolemo [así, sin acento] de Paros», aunque este Neoptó-Iemo no era de Paros, sino de Parió (cf. supra, pág. 12, n. 5). En todo esteapartado, lo único que modifica García Bacca con relación al texto deHardy son las dos líneas de la pág. 24 que dicen: «Une édition de la

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 95— a lo cual tenía perfecto derecho— , sino también, con ciertafrecuencia, en la traducción. Como no es cosa de seguir paso a paso todas las desvia­ciones de la traducción del Dr. García Bacca, me limitaréa presentar algunos ejemplos, analizando las diez prim eraslíneas del capítulo 1 (47a8-18) y el comienzo del capítulo 6,o tras diez líneas (49b21-31), que contienen la célebre defini­ción de la tragedia, y cuya traducción por Ordóñez das Seijas,por Mariner y por Goya y Muniain se ha comentado ya(supra, págs. 80-82). Reproduzco en primer lugar la traducción de GarcíaB acca. El texto griego completo puede verse en el lugarcorrespondiente de mi edición. Para comenzar primero por lo primario —que es el natu­ ral comienzo—, digamos en razonadas palabras qué es la Poética en sí misma, cuáles sus especies y cuál la peculiar virtud de cada una de ellas, cómo se han de componer las tramas y argumentos, si se quiere que la obra poética resulte bella, cuántas y cuáles son las partes integrantes de cada especie, y otras cosas, a éstas parecidas y a la Poética misma concernientes. La epopeya, y aun esotra obra poética que es la tragedia, la comedia lo mismo que la poesía ditirámbica y las más de las obras para flauta y cítara, da la casualidad de que todas ellas son —todas y todo en cada una— reproducciones por imitación, que se diferencian unas de otras de tres ma­ neras: 1. o por imitar con medios genéricamente diversos, 2. o por imitar objetos diversos, 3. o por imitar objetos, no de igual manera sino de diversa de la queson. P ara facilitar el análisis dividiré en dos partes el textogriego correspondiente a este pasaje: A) 47a8-13: üepi <hoit]ti-Krjq aÓTrjq... 'jrpóiTov dito tS v 'rcpÓTOOv; B ) 47al3-18: ¿itoTioitocSi*).., tóv cxÚTÓv TpóiTQV. Veamos la prim era parte:Poétique doit reposer sur le Parisinas 1741, le Riccardianus 46 et la versiónarabe», escribiendo: «Una edición moderna de la Poética, como la queaquí se ha seguido, tiene que descansar sobre el Parisinus, el Riccardianusy la versión árabe». Ante estas palabras, un lector ingenuo puede no darsecuenta de que García Bacca ha fotocopiado el texto griego dela ediciónde Hardy, con aparato crítico y todo.

96 Poética de AristótelesA) 47a8-13 L° García B acca altera notablemente en la traducción, ami juicio sin necesidad y sin ninguna ventaja, el orden deloriginal. No comienza — como aconseja Aristóteles aquí mis­mo— por lo primero, sino por la última frase, a la que daun matiz final que no tiene en el texto griego: «Para comen­zar primero por lo primario». 2.° La variación estilística «primero por lo primario» meparece improcedente: «primario» introduce connotacionesque no tiene «prim ero», y debilita la fuerza expresiva deloriginal: «comenzando primero por lo primero». 3.° La traducción de kcxtcc <j)óaiv por «que es el naturalcomienzo» repite innecesariamente el concepto ya expresadopor «comenzar», y, al poner estas palabras entre guiones, lasdestaca indebidamente, dándoles un relieve que no tienen enel original. 4.° «en razonadas palabras» no tiene correspondencia enel texto griego. 5.° Tampoco tiene correspondencia en el original la expre­sión «qué es la Poética». Aristóteles se limita a decir: «Hable­mos de la poética». Se puede hablar de una cosa sin decir«qué es» (sin definirla, sin expresar su esencia), por ejemplodescribiendo sus cualidades, indicando sus causas, sus efec­tos, etc. 6.° En cambio, decir de un ente «cuáles son sus especies»es menos que «hablar de sus especies»; para lo primero bas­taría enumerar las especies; para lo segundo, habría quedecir algo acerca de cada una de estas especies. Es ciertoque este desajuste de la traducción se corrige inmediata­mente, al añadir «y cuál [es] la peculiar virtud de cada unade ellas», que es, efectivamente, algo más que decir cuálesson las especies de la poética. 7.° La traducción de ^DGoq por «tram a y argumento», pormás que se trate de justificar en la Introducción filosófica(págs. L X X V I s.), es, en parte, inexacta, y, en conjunto, inne­cesariamente duplicativa. «Argumento» solo estaría mejor.

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 97Porque trama de una obra es su enredo, y enredo, «en lospoemas épico y dram ático, es el encadenamiento de accionesy sucesos que precede al desenlace», que viene a ser la defini­ción que Aristóteles (Poética, 55b26-28) da de 5éotq «nudo».Pero jiuBoq no es equivalente a 6éoiq, ni puede, por consi­guiente, traducirse por «tram a». García B acca dice en el lugarcitado de su Introducción filosófica que «la palabra fábulaacarrea demasiadas significaciones y alusiones totalmente aje­nas a la significación de la palabra mito en tiempos de Aris­tóteles». Pero las varias o múltiples significaciones de unapalabra quedan determinadas y singularizadas por el con­texto, y la palabra fábula, referida a un poema épico o dra­m ático, no tiene más que una significación, la de «asunto oconjunto de incidentes de que se compone una acción», quees cabalmente lo que Aristóteles designa aquí con el nombrede (iu G o q . 8.° La traducción de kcxX<3<; Mxelv Por «resultar bello»limita el alcance semántico de kakwc,. E s la traducción deHardy: «si on veut que la composition poétique soit belle»;pero la palabra griega tiene un sentido más amplio. En laÉtica N icom aquea £ 11. 1143al6 dice Aristóteles: xó eu t<£KccXtóq tccótóv, es decir que los adverbios su y KaXcoq sonequivalentes; por tanto, kccX<Sc; debe traducirse por «bien».Además, García Bacca hace que su traducción contradiga alo expuesto en la página X X X V II de su Introducción filosó­fica, donde se afirma: «La Poética de Aristóteles no es tam­poco un tratado sobre la «belleza literaria» o sobre las condi­ciones para que una obra literaria sea bella». Si esto es así— y también yo creo que lo es— , Aristóteles no puede anun­ciar en el prim er párrafo de la Poética que va a decir «cómose han de componer las tram as y argumentos, si se quiereque la obra poética resulte bella». 9.° E n la traducción de ¿ k iróo o d v K a t tio íc ú v IcjtI ^opícovpor «cuántas y cuáles son las partes integrantes de cadaespecie» hay dos inexactitudes: a) si se pregunta cuáles sonlas partes de un todo, la contestación puede limitarse a enu­m erar las partes en cuestión; por ejemplo, si se nos preguntacuáles son las partes cuantitativas ((jtá p r j kccto c t ó t i o o ó v ) de

98 Poética de Aristótelesla tragedia, podemos contestar con Aristóteles en 52W6-17:«son éstas: prólogo, episodio, éxodo, etc.». Pero esta res­puesta no nos diría nada acerca de la naturaleza, de las cua­lidades de tales partes. Ahora bien, lo que aquí anuncia Aris­tóteles es que va a hablar «del número y de la naturaleza»de las partes a que se refiere; es decir, va a contestar a lasdos preguntas: cuántas (tüóocc) y de qué clase, condición onaturaleza (itoícx) son esas partes. b ) Pero no se trata de las partes («integrantes» no estáen el original ni hace falta en la traducción) «de cada espe­cie» de la Poética, sino de las partes de la composiciónpoética. 10.° Tampoco ó^loícúc; Sé iiEpt xci>v áW cóv... {i£0ó6oo setraduce adecuadamente por «y otras cosas, a éstas parecidasy a la Poética misma concernientes». Podría aceptarse «y lasotras cosas concernientes a la Poética» o, si se prefiere, «a laPoética concernientes». Pero no es lo mismo «otras cosas»(&\Xcc) que «las otras cosas» (xá áWct), que es la expresiónque aquí usa Aristóteles: Tiepl xcov étXXoov, con artículo. Nodice, en cambio, que «las otras cosas» de que va a hablarhayan de ser «parecidas» a las que acaba de mencionar.Y aunque aceptemos la sustitución de [íéQoboq «indagación»,«disciplina», por Poética (sustitución innecesaria, pero queno cam bia gravemente el sentido), debe observarse que Aris­tóteles no usa aquí ninguna palabra que justifique la expre­sión española «a la Poética misma»; este último adjetivosobra. No son equivalentes las construcciones xrjq ccúxf¡c; [ieGó-&ou «de la misma investigación» y xrjq ^e0ó&ou oclixt^ o aóxfjqxfjt; ^£0ó8ou «de la investigación misma»; la prim era distin­gue a esta investigación de otra investigación; la segundadestaca esta investigación, no sólo frente a otra investigación,sino frente a cualquier otra cosa.B) 47al3-18 1.° ’ Eiro'FioLta 6f) kccI r) xfjq xpccya)8(a<; itoír)oiq «La epo­peya, y aun esotra obra poética que es la tragedia». Podemosnotar aquí: a) la desvinculación de este párrafo con relación

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 99al anterior, al omitir la traducción de la partícula conjun­ tiva 5rj; b) la atribución indebida de una posición subalternaal segundo miembro del grupo de sujetos, f) xr\c, Tpay<p8(o«;TtoÍTjoic;, que en el original va en pie de igualdad con el pri­mero, ¿no-jioiia, y unido a él por la copulativa kocí; c) elarcaísm o «esotra», y d) el alargamiento innecesario de latraducción: en vez de «y aun esotra obra poética que esla tragedia», bastaría: «y la tragedia», o, si se quiere másproximidad al original, «y la poesía trágica». 2.° Mn 5é ..kcú(¿o & íoc. k c u K ie a p L ü T iK fjc ;. Aquí, a) se suprimela traducción de Mtl bk («y todavía»), con lo cual «la com e­dia» adquiere un rango que no le otorga el original; éste lapone en segundo término, junto con la ditirámbica y la mayorparte de la aulética y de la citarística, m ientras que en latraducción pasan todas estas artes a ocupar un puesto igualal de la epopeya y superior al de la tragedia, b) Se cometela identificación de «la aulética y la citarística» con «las obraspara flauta y cítara», que es confundir las causas con susefectos. La aulética y la citarística son dos artes, y las obraspara flauta o para cítara (no «para flauta y cítara», pues no setrata de un dúo instrumental como cuando se habla de obraspara violín y piano) son sus efectos. 3.° La traducción de ruyxávouoiv oGoou por «da la casua­lidad de que son» destaca excesivamente el elemento casualque hay en la etimología de Tuyx^v“ - En la práctica, esteverbo, unido, como aquí, al participio de otro, sirve paradar a la idea principal, contenida en el participio, un matizaccesorio de azar o accidente, quedando muy en segundoplano la idea de casualidad, hasta el punto de que la mayo­ría de los traductores prescinden de ella (Riccoboni: sunt;Hardy: sont; Else: are in point of fací; Gigon: sind; Pittau:s o n o ). 4.° El inciso «— todas y todo en cada una— » sería a losumo una glosa o explicación, pero no la traducción de tóoúvoXov, que, usado adverbialmente, com o aquí, significasimplemente «en conjunto». Pero, además, ni siquiera comoexplicación es aceptable: «todas» ya estaba dicho en «todasellas»; «y todo en cada una» es inexacto, pues Aristóteles

100 Poética de Aristótelesse refiere, al menos para «la aulética y la citarística», sóloa «la mayor parte». 5.° Para justificar la traducción de μιμήσεις por «repro­ducciones por imitación», García Bacca remite a su In troduc­ción filosófica III, 4 (págs. XXXVII-XXXIX). Pero allí nojustifica tal traducción; simplemente nos advierte que haempleado reproducción im itativa «para verter el doble sen­tido [artístico y técnico] de la palabra aristotélica». Nadaimpide ver en «imitación» ese doble sentido. 6.° No hay razón para convertir la oración independienteΔιαψέρουσι δ έ ... τρισίν en una oración de relativo: «que sediferencian... de tres maneras», la cual en la traducciónqueda referida a las «reproducciones por im itación», mien­tras que, en el original, διαφέρουσι tiene por sujeto a todaslas artes enumeradas, no a las imitaciones que son susefectos. 7.° La num eración 1., 2., 3. no está en el original, nihacía falta en la traducción; la disyunción tripartita quedasuficientemente clara con el triple «o por im itar... o porimitar... o por imitar...». En el punto 1. parece inevitable la adición de «medios»,aunque no tiene correspondencia exacta en el original; peroéste no dice que tales medios sean «genéricamente» diversos;puestos a añadir, con igual razón podría decirse «específica­mente» diversos; pero el texto griego dice sólo «diversos». En el punto 3. García Bacca repite innecesariam ente lapalabra «objetos», que habría hecho bien en sustituir por elpronombre enclítico «los»: «por imitarlos». No es grave. Sí loes, en cambio, la traducción de έτέρως καί μή τον αύτόν τρόπονpor «no de igual manera sino de diversa de la que son».Y la gravedad no está en la dureza de la expresión castellana,ni en la inversión (en todo caso habría que decir: «diversa­mente y no de igual manera que son»), sino en establecercomo términos de la diversidad, de una parte, el im itarpropio de cada arte, y, de otra, el ser de las cosas imitadas,cuando Aristóteles se refiere exclusivamente a la diversidady desigualdad entre las maneras de im itar propias de lasdistintas artes; de modo que, si quisiéramos añadir a la

Introducción: IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 101traducción para dejarla clara, tendríamos que decir: «diver­samente y no de igual manera [que las otras artes]». Porejemplo, la pintura y la poesía se diferencian por imitar unamediante líneas y colores, y la otra, mediante palabras;dentro de la poesía dramática, la tragedia se diferencia dela comedia porque la primera imita hombres esforzados, y lasegunda, hombres de calidad inferior; finalmente, la epopeyase diferencia de la tragedia en que aquélla imita narrando,y ésta, haciendo actuar directamente a los personajes. A estaúltima diferencia se refiere Aristóteles con la expresión έτέρωςκαί μή τόν αύχόν τρόπον.Comienzo del capítulo 6 (49b21-31) Texto de García Bacca: Acerca de las reproducciones que en exámetros imitan, y sobre la comedia, hablaremos más adelante. Tratemos ahora acerca de la tragedia, dando de su esencia la defini­ ción que de lo dicho se sigue: «Es, pues, tragedia repro­ ducción imitativa de acciones esforzadas, perfectas, gran­ diosas, en deleitoso lenguaje, cada peculiar deleite en su correspondiente parte; imitación de varones en acción, no simple recitado; e imitación que determine entre conmise­ ración y terror el término medio en que los afectos adquie­ ren estado de pureza». Y llamo «lenguaje deleitoso» al que tenga ritmo, armonía y métrica; y por «cada peculiar deleite en su correspondiente parte» entiendo que el peculiar deleite de ritmo, armonía y métrica hace su efecto purificador en algunas partes mediante la métrica sola, en otras por medio de la melodía. Dividiré también este pasaje, para facilitar el análisis.Comentaré primero las líneas 21-24: Περί μέν ο υ ν... τήςοόσίας; luego las líneas 24-28: ’Έστιν ουν τραγωδία... παθη­μάτων κάθαρσιν, y, finalmente, las líneas 28-31: Λέγω δ έ ...διά μέλους. Téngase presente que el texto griego de la edi­ción de Hardy, fotocopiado por García Bacca, tiene en lalínea 26 έκάστφ (sobre lo cual, v. supra, pág. 28).

102 Poética de AristótelesA) Líneas 21-24: 1.° La traducción de Περί... της έν έξαμέτροις μιμητικήςpor «Acerca de las reproducciones que en exámetros imitan»suscita dos reparos: a) el traductor usa el plural «reproduc­ciones que imitan» para traducir el singular τής μιμητικής.Esto no sería grave si no fuera porque b) «las reproduccionesque en exámetros imitan» son los poemas épicos, efecto oproducto del arte de imitar en hexámetros. Y el texto griegose refiere aquí al arte, es decir, a la causa, no a sus efectos. 2.° Al traducir άπολαβόντες por «dando» se pierde elmatiz de la preposición άπό, y tampoco se reproduce bienel sentido del verbo, que no es «dar», sino «tomar». Pero escuestión de matices, sin mayor importancia.B ) Líneas 24-28 1.° Sobre la traducción de μίμησις por «reproducciónimitativa» cf. supra, pág. 100, 5.°. 2.° No sólo no es ventajoso sustituir en la traducción elsingular πράξεως «de una acción» por el plural «de acciones»,sino que el plural va contra la idea aristotélica de que laacción de la tragedia debe ser una sola (cf. 51al9, 28; 59a22;62b 11). Es la única de las unidades dramáticas verdadera­mente aristotélicas. 3.° La traducción de τελείας por «perfecta» (en singu­lar) sería etimológicamente correcta, pues perfecto significa«hecho del todo», «acabado». Pero actualmente, según nues­tros diccionarios, perfecto es «lo que tiene el mayor gradoposible de bondad o excelencia en su línea». Y aquí no setrata de esto. La traducción, por consiguiente, es al menosambigua. Sería más claro traducir «completa», «terminada»,incluso «acabada». 4.° «Grandiosa» para traducir μέγεθος έχοόσης es fallograve. Sobre todo a continuación de «perfecta», «grandiosa»equivale a «impresionante», «imponente», «magnífica». Perolo que Aristóteles quiere decir aquí es, sencillamente, que laacción de la tragedia no debe ser ni demasiado pequeña ni

Introducción; IV. Traducciones castellanas de la «Poética» 103dem asiado grande; cf. cap. 7: 50b23-25: «Hemos quedado enque ia tragedia es imitación de una acción completa y entera,de cierta magnitud; pues una cosa puede ser entera y notener magnitud», y 34-39: «lo herm oso... no sólo debe tenerorden en éstas [en las partes], sino también una magnitudque no puede ser cualquiera... no puede resultar hermoso unanimal demasiado pequeño... ni demasiado grande». 5.° Al traducir δρώντων por «im itación de varones enacción», la presencia innecesaria de «imitación» (antes «repro­ducción imitativa») produce ambigüedad: no sabemos si eltraductor entiende «de varones en acción» como genitivosubjetivo o como genitivo objetivo. Lo primero sería acep­table; pero se podría haber eliminado la ambigüedad con ungiro como «mediante personajes en acción», «actuando lospersonajes», u otro semejante. Si, como sospecho basándomeen la paridad «reproducción imitativa de acciones esforza­das» - «imitación de varones en acción», el traductor entiende«de varones» como genitivo objetivo, entonces el fallo esgrave, pues aquí no se trata del objeto de la imitación (seacaba de decir que este objeto es «una acción esforzada,completa, de cierta amplitud»; no hacía falta repetirlo deotro modo en la línea siguiente). Pero, sobre todo, no sepuede decir que ese objeto sean «varones en acción», porqueesto implicaría contradicción con lo que Aristóteles mani­fiesta poco después (50al6): «la tragedia es imitación, node personas, sino de una acción y de una vida». 6.° Las líneas «e im itación que determ ine... estado depureza» no son traducción, sino sustitución del pensamientode Aristóteles por el del traductor. La infidelidad generalresulta de varias particulares: a) No había por qué repetir aquí la palabra «imitación»,precedida, además, de la copulativa «e»; sólo por esto, latraducción derivaría ya hacia la glosa. b) -ιτεραίνω no significa «determinar» en el sentido de«fijar un lím ite» (García Bacca intenta justificar en su In tro ­ducción filosófica, IV, 1, esta atribución de sentido, perodista mucho de conseguirlo. Este verbo significa normal­mente, y aquí también, «llevar algo a cabo», «llevar una cosa


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