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Hno. Gabriel Taborin: El desafío de un religioso laico en el siglo XIX

Published by Hermanos de la Sagrada Familia, 2020-07-03 16:34:09

Description: Los Hermanos de la Sagrada Familia de lengua española, deseando contar con material de valor para mejor conocer al Vble. Hno. Gabriel Taborin, su Fundador, realizaron la traducción de esta tesis escrita en francés por el Hno. Enzo Biemmi, de la Provincia Madonna di Loreto (Italia).

La tesis fue presentada en la Universidad de París el 22 de junio de 1995 ante un tribunal formado por profesores de la Sorbona y del “Institut Catholique” de París, para la obtención del doctorado en Historia de las religiones (Antropología) y Teología. Ambas instituciones académicas dieron a la tesis la máxima calificación, lo que ofrece a este estudio una garantía científica de primer orden.

Agradecemos y felicittamo al Hno. Enzo Biemmi por el trabajo realizado.
Este libro, impreso en enero de 2019, es la segunda edición de la traducción al español (la primera data de 1998).

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HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Los libros de la iglesia están en mal estado y si falta decoro en la casa de Dios es la falta de medios que han paralizado, hasta ahora, nuestros deseos y buena volun- tad. He tenido el placer de responder lo más pronto posible a las preguntas de su Eminencia, Monseñor Cardenal Arzobispo, pero habiendo recibido un poco tarde sus órdenes, no he podido responder antes. Me gozaré toda mi vida de ser el más profundo, humilde y obediente servidor. Rey, sacerdote ecónomo. La sucursal de Belleydoux. 527

HNO. ENZO BIEMMI Anexo 6 ESCUELA DE CHÂTILLON-DE-MICHAILLE. OPINIÓN CONTRARIA DEL SUBPREFECTO Opinión del Sub-Prefecto de Nantua, contraria a la autorización de un colegio en Châtillon de Michaille, 9 octubre 1812, Archivos departamentales del Ain, 4T1. Nantua, 9 octubre 1812 El Sub-Prefecto del distrito de Nantua, 2º del Ain. Visto 1º La petición presentada por el Sr. Francisco Colliex, cura de Châtillon de Mi- chaille, al Sr. Rector de la Academia de Lyon con fecha 14 de este mes pidiendo autorización para conservar el establecimiento de instrucción pública que ha abierto hace un año en Châtillon. 2º Teniendo en cuenta la opinión del alcalde de Châtillon de Michaille del 15 de se- tiembre. 3º Las observaciones del Sr. Cabuchet, principal del colegio de esta ciudad, cabeza del distrito, fechada el 21 de este mes, conteniendo la refutación de las razones expuestas por el Sr. cura de Châtillon en favor de su pedido. Considerando que el fin del gobierno, al organizar la universidad, no ha sido el de generalizar el estudio de las ciencias, que al contrario, ha reconocido la necesidad de graduar las escuelas y el tiempo y el espacio de la enseñanza que hay que dar, de acuerdo a la necesidad de cada uno, que la necesidad está en razón de la ocupación a la que se destina, que la lectura, escritura y primeras nociones de cálculo son suficientes para la cuarta parte de la población, entregada a la agricultura y artes mecánicas, que conocimientos más avanzados son incompatibles con el ejercicio corriente de estas profesiones, 528

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX que es peligroso distraer a las personas de su trabajo, de lo cual se puede uno con- vencer, viendo a los que, saliendo de su esfera, comprometen no sólo su propio interés y si no que, son bajo el titulo ridículo de abogados del pueblo, fermen- tos de discordia y procesos que aunque se encuentren realmente entre esta clase de gente consagrada al traba- jo de sus manos, algunos individuos nacidos con talentos naturales y dotados de gran (...?), sería muy impolítico el distraerles de su clase de industria, donde ilustran y sirven de modelos a sus semejantes que así, las profesiones que piden estudios, exigen recursos que sólo el bienestar puede dar, lo que hace que sea patrimonio de gente de fortuna que es por ésta distribución bien ordenada de todos los miembros del cuerpo social, que depende la prosperidad pública que así como era necesario multiplicar las pequeñas escuelas donde se enseñan los primeros elementos, para estar al alcance de todos, así era indispensable que aquellas consagradas a los estudios más elevados no fueran accesibles sino a lo que tienen medios para dedicarse a ellos y encaminados tanto por el estado co- mo por el gusto que además, no era suficiente que la vocación estuviera junto con las facultades pa- ra secundarlas: que se necesitaba además encontrar los medios para utilizar estas instituciones y hacerlas florecer y que para llegar a ello, 1º no habría que multiplicarlas, para que el número de alumnos estimulase el celo de los profe- sores y naciera esta emulación que surge de una numerosa asistencia, 2º colo- carlas en la cabezas de partido bajo la mirada de las autoridades, o en ciudades populosas, lugar ordinario de lumbreras y espíritus cultivados, y donde el re- parto de los premios concedidos cada año al mérito, adquiera más valor al ser entregados por manos y en presencia de gente instruida; pues es notorio que, el sujeto que aprende, solo y sin estímulos no alcanza más que un pobre saber, re- sultado del simple mecanismo de la memoria y además sus facultades se estre- chan, su alma pierde energía y su carácter toma un aspecto monótono que el establecimiento de una escuela en el municipio de Châtillon presenta todos estos inconvenientes, sin poder pretender ninguna ventaja señalada que no hay ningún paralelo entre ella y la villa de Seyssel, para sacar consecuencia favorable a este respecto que la creación de una institución en esta villa sería razón suficiente para no esta- blecer otra en el municipio de Châtillon, pues por esta creación se satisfacen 529

HNO. ENZO BIEMMI las necesidades que se puedan esperar de una institución pública en el espacio que separa Nantua y Belley que por otra parte no teniendo Belley una situación tan central como Nantua, su distrito puede exigir medidas diferentes que si se accede al deseo del Sr. Cura de Châtillon, otras comunas del mismo distrito más apropiadas desde todo punto de vista, como la de Dortan, Poncin, Cerdon, San Juan de Vieux harían pronto el mismo pedido y tendrían además más dere- cho a ello, de modo que la Villa de Nantua, se vería rodeada por seis colegios que es evidente que una tal multiplicidad, llevaría a enervar y quizás a corromper la educación que como la opinión pública hace la fuerza de un estado y la instrucción es la que la forma, hace falta a la autoridad como también a los padres de los alumnos, una garantía suficiente y un acuerdo de los principios que se profesan en las escuelas, con los del gobierno que los argumentos con que se mueve el Sr. Colliex para interesar en favor de su pro- yecto y que consistiría en preparar escolares a los colegios, no es sino especioso, puesto que sobre 24 alumnos que ha tenido en 1812, veinte estaban reducidos a la indigencia, por consiguiente la instrucción esbozada por el celo de su pastor, cesará por la penuria de sus padres, cuando su liberalidad no provea más que además, el peticionario ha sostenido desconsideradamente un aumento de aporte a la universidad como si la determinación del Sr. Rector de la Academia de Lyon, pudiera tener algo de venal Considerando, en fin, que el municipio de Châtillon de Michaille, no tiene ningún edificio público para el establecimiento del colegio que se solicita  que la mediocridad de sus rentas apenas alcanza a cubrir sus gastos y le ponen en la imposibilidad de dar ninguna especie de ayuda o dotación al colegio pro- puesto, sea para el director, sea para los profesores y regentes a emplear por es- tos motivos El Sub-Prefecto juzga que no hay lugar para autorizar el establecimiento del colegio [...] en Châtillon de Michaille, sin derecho y sin autorización de ninguna au- toridad legal Nantua, hotel de la Sub-Prefectura, el día, mes y año indicados. Meurier 530

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 7 ESCUELA DE CHÂTILLON-DE-MICHAILLE. INFORME DE GUILLARD (1826) “Informe del Inspector Guillard sobre el cambio general de la Academia de Lyon en 1826”. Archivos Departamentales del Ródano, serie TXXV, abril 1826. Châtillon de Michaille. El cura de este lugar, capital del cantón, habiéndonos engañado a menudo sobre el número de alumnos y habiéndonos anunciado desde hace diez años que al año siguiente quitaría toda enseñanza, me presento en su presencia a las 9 horas de la mañana, seguro de encontrar a los alumnos en clase. Mi presencia le desconcierta; me habla de otras cosas y no de los alumnos y cuando le llevo a esta cuestión, divaga aún y desaparece. Le sigo con la mirada y me dirijo luego a su lado para ver si no hace salir a algunos de sus alumnos como ha hecho otras veces. Demora largo rato y viene luego con su vicario, Padre Thevenin, orde- nado hace un año. Estos señores pretenden que no tenemos derecho a inspeccionar a sus alumnos, desde la Ordenanza real que pone la enseñanza bajo la dirección de los Obispos. “La enseñanza primaria, les digo: pero ustedes no se limitan a esta enseñanza y no tienen tampoco diploma para ejercerla”. “La ordenanza permite a los sacerdotes enseñar el latín a sus “clerc””. “Sí, pero en número de tres; y la instrucción de Su Exc. el Ministro de asuntos eclesiásticos y de la Instrucción Pública que acompañaba esta ordenanza enviada a los Rectores, recomendaba a los inspectores de la Academia, verificar en sus inspec- ciones, si los Señores Curas sobrepasan el número y eluden así los impuestos al es- tado, votados cada año por las cámaras”. “Esta instrucción no concierne a las escuelas de este género, que existían antes de la Ordenanza”. “¿De dónde ha sacado eso Sr. Cura? Si no tuviera el derecho de visitar, no lo ha- bría hecho; pero tengo la orden del Sr. Rector”. “Ah! ¡vuestro Rector, dice el Sacerdote, sobrepasa a menudo sus poderes!”. 531

HNO. ENZO BIEMMI “¿Qué dice usted, señor? Lejos de excederse, el Sr. Rector es en todo esto muy tolerante”. “¡Oh!  sí, tolerante!. ¡No es tan amigo de los sacerdotes!”. Ofendido por esta expresión respondo nuevamente, que el Sr. Cura D`Reghel, ha sido, es y será siempre un mejor sacerdote como no lo es, ni será nunca, el Sr. Thevenin. El Sr. Cura me aprobó; pero el vicario que tiene toda la fogosidad antiu- niversitaria que se inspira en los seminarios, sostiene que la Religión carecería pronto de ministros, si los curas no los formasen. “¿Los seminarios no son suficientes?.” “Los seminarios no bastarían, si no le preparásemos los sujetos”. “Pero antes no había seminarios menores. Los curas se ocupaban más de ense- ñar la religión que el latín, y los colegios eran insuficientes para preparar a los suje- tos que iban de allí directamente a estudiar la teología y formaban mejores sacerdotes que los del presente”. “Sí, pero los colegios de antes valían más que los de hoy, responde el Cura”. “Usted se equivoca, Sr. Cura, nuestros colegios sólo enseñan buenos principios religiosos y políticos”. “¡Oh! Señor, los conozco bien, he enseñado y he visto cosas muy opuestas a las que usted dice”. “¿En qué colegio, y qué ha visto usted?”. No ha querido responder a ninguna de estas dos cuestiones. “Mientras que usted no se explique en estos dos puntos, consideraré su aseve- ración como una calumnia”. “Será a lo más, una murmuración”. “Sí, si Ud. aprueba lo que dijo antes, si no, será una verdadera calumnia”. Había acaloramiento de una parte y otra, entonces el cura salió. En su ausencia no dije ni una palabra a este joven fanático que de su parte no abrió la boca. Al entrar el Cura me propuso ir a ver a los alumnos. Me hice rogar y sin embar- go, consentí. Encontré 23, a saber: 6 en novena, 9 en octava, 3 en sexto, 5 en quinto, total 23, no sabían nada, absolutamente nada; no se puede enseñar peor. Dije luego al Sr. Cura, asegurándole que el P. Thevenin está lejos de valer lo del primer vicario 532

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX que allí había encontrado en 1817 y que hoy está en Culles (?) cerca de Sysselles. El Sr. cura pretende que este Thevenin está bien instruido, pero que su salud no le permite enseñar bien. Está atacado de los nervios y del pecho, a lo que el Sr. Cura atribuye los despropósitos formulados y me asegura que está enojado pero es un buen sujeto; ¡Fiat! El mal ejemplo de este cura es seguido por los de los alrededores; pues el de Champdor, tiene según lo ha expresado al P. Teysseyre 13 alumnos lati- nistas; el de Vaisiat tiene 18, el de Voloniat 12; el nuevo cura de Cerdon 7 u 8. Mucho otros tienen más o menos el mismo número y la casa de P. Bochard, que llaman Co- legio en el país, tiene más de 40, la mayor parte no sueña con ser Hermano de su Doctrina, ni dedicarse a la enseñanza, como me dijo el 16 de este mes. Si no se pone remedio a esta usurpación del clero, será lo mismo con el colegio de Nantua y quizá con los otros. 533

HNO. ENZO BIEMMI Anexo 8 CONTRATO DEL MUNICIPIO DE BELLEYDOUX CON EL MAESTRO NICOD (1816) Acta del registro de deliberaciones del Consejo municipal de la comuna de Belley- doux, distrito de Nantua, departamento del Ain, depositado en el secretariado de la alcaldía de dicho lugar, sesión 22 setiembre 1816 (A.M. de Belleydoux, papiers au gre- nier de la mairie). El año 1816, el 22 de setiembre, con la asistencia de los Señores Claudio Mer- met, alcalde del municipio de Belleydoux que presidió, Benito Taborin, Gabriel Pon- cet, Luis Chapelu, Sebastián Monet, Nicolás Humbert y Francisco María Poncet, miembros todos del Consejo municipal de dicha comuna, se reúnen con el fin de estudiar el problema de la instrucción y educación de la juventud de la comuna, para hacer lo poco que puede hacerse en una comuna de campaña. Sobre esto, el Consejo considerando que la instrucción de la juventud es un de- ber, el más indispensable, no sólo de padres y madres, de los superiores eclesiásti- cos, sino también de la autoridad civil, que el gobierno, la razón y la religión desean y facilitan. Considerando que esto ha sido descuidado los años precedentes en este muni- cipio, lo que ha traído gran perjuicio a los ciudadanos, que han permanecido tanto tiempo en la ignorancia. Considerando, también, que el municipio no puede prescindir de contar anual- mente con un secretario, para redactar todos los asuntos que se presentan y que en adelante serán más visto que el Sr. Mermet, alcalde actual, no puede por sí mismo hacer frente a toda la administración. Considerando también que dicha comuna tiene necesidad absoluta de un can- tor y un mayordomo, pues el que hacía esas funciones murió y que el maestro hará de secretario, cantor y mayordomo. Considerando, en fin, que conviene continuar [dando] a la juventud esta educa- ción tan esencial [y] para esto asegurar un maestro propuesto y aprobado por las autoridades constituidas, para cumplir y ejercer en el municipio las funciones atri- 534

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX buidas por ley a los maestros de escuela primaria, honorarios, retribuciones y pri- vilegios acordados a estas funciones. En consecuencia después de tener el consentimiento del señor Claudio Hum- bert Nicod, nacido en Viry, departamento del Jura, hombre de vida y costumbres honradas, le nombramos para maestro, secretario de la alcaldía, cantor y mayordo- mo para esta comuna, juzgándole muy apto para cumplir estos deberes y obligacio- nes, teniendo en cuenta que desde el primero vendimiario año IX de la República, ha cumplido sin interrupción las mismas funciones mencionadas en el municipio de Viry, comuna de 1.040 almas. Dicho Sr. Nicod entrará en funciones el primero de noviembre próximo hasta el 1º de noviembre de 1817 estando a cargo del municipio que le pagará anualmente como secretario de la alcaldía 100 fr, haciendolo efectivo el 24 de junio de 1817. La contribución de los alumnos que frecuentan la clase será por mes; los que leen pagarán, al Sr. Nicod sólo 75 céntimos, los que escriben, un franco y los que calculan 1 franco 25 céntimos, todo pagado regularmente en el domicilio del Sr. Ni- cod, sin exigirlo. En cuanto a las funciones de cantor y mayordomo el Sr. Nicod las desempeña- rá también desde el primero de noviembre próximo hasta noviembre de 1817. El municipio pagará por cada habitante media medida de cebada, a la medida antigua, que le será pagada por cada habitante el primero de noviembre de 1817. Se- rá de cargo del Sr. Nicod, procurarse y pagar el alojamiento al Sr. Pedro Francisco Chapelu de Belleydoux, por la cantidad 40 francos, el 1º de noviembre de 1817, ob- servando que el Sr. Nicod no estará obligado a pagar ningún gasto de alcaldía como bien dice el Sr. Mermet, alcalde. Observando en fin que el dicho Sr. Nicod está perfectamente en orden y que es- tá provisto de los diferentes certificados de aptitudes, expedidos por el jurado de instrucción del distrito de Saint Claude, y provisto de un permiso para enseñar del Sr. director de la Academia de Besançon, de acuerdo a los diferentes exámenes que ha rendido ante los Sres. inspectores de la Academia, todas las cuales piezas han si- do puestas sobre el escritorio, y debidamente examinadas por los miembros del Consejo. El dicho Sr. Nicod firmó con nosotros, como también Pedro Francisco Cha- pelu. El municipio proveerá al Sr. Nicod de una estufa para calentar el ambiente. En el consejo municipal los años, meses y días señalados, formando el registro: Nicod, Chapelu, Monnet, B. Taborin, Nicolás Humbert, Luis Chapelu, Sebastián Humbert, Francisco María Poncet, Gabriel Poncet y Mermet, alcalde. 535

HNO. ENZO BIEMMI Por extracto conforme al registro, Mermet alcalde. Visto la presente acta de las deliberaciones del municipio de Belleydoux. El Subprefecto de Nantua estima que hay motivos para ordenar que el Sr. Ni- cod se provea ante el Rector de la Academia de un certificado de buena conducta del Sr. Cura y del alcalde del municipio donde vivió desde hace tres años y consiga de él sus certificados de capacidad, si se le encuentra digno de ello, conforme a las disposiciones del artículo 10 de la ordenanza del 29 de febrero de 1816. Nantua, 30 enero 1817. El Subprefecto de Nantua El canónigo De Pougeton Vista la deliberación tomada el 22 de setiembre de 1816 por el Consejo munici- pal de la comuna de Belleydoux, distrito de Nantua, a los efectos de ser autorizado a abrir una escuela primaria y contraer compromisos con el maestro que tiene en vista. Visto el informe del Sub-Prefecto de Nantua, art.10 de la ordenanza real del 29 de febrero de 1816 y del art. 8 de nuestro acuerdo del 24 setiembre puesto en ejecu- ción por ésta. Considerando que la apertura de una escuela primaria en el municipio de Be- lleydoux y las condiciones que propone con el Sr. Nicod maestro, no pueden sino ser ventajosas en todo concepto. Aprueba y homologa la deliberación arriba expuesta para ser ejecutada en su forma y tenor, después que el Sr. Nicod maestro propuesto, se haya provisto, ante el Rector de la academia de un certificado de buena conducta de los Sres. Curas y del Alcalde del municipio donde ha habitado desde hace tres años al menos y obtener de él un certificado de capacidad si es digno de él, conforme a las disposiciones de la ordenanza real antes citada, el cual certificado tendrá que ser aprobado por no- sotros. En Bourg, hotel de la prefectura, 5 de febrero de 1817. El maestro de peticiones, prefecto del Ain. 536

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 9 DELIBERACIÓN DEL MUNICIPIO DE BELLEYDOUX CON EL “CLERC” GABRIEL TABORIN (1820) Registro de deliberaciones del Consejo municipal, sesión del 23 junio 1820, A. M. de Belleydoux. [...] El 23 junio los miembros del Consejo Municipal, reunidos en sesión ordina- ria, el alcalde llama la atención [sic] del Consejo sobre uno de los motivos que más interesan al municipio, pidiendo al Consejo delibere sobre los medios y la manera para asegurar el salario del “clerc”, o sea mayordomo y campanero del municipio, asunto absolutamente indispensable. Considerando que uno de los objetivos que más ha de apreciar el Consejo es el de asegurar al municipio un clérigo o campanero encargado de ayudar al sacerdote en las diversas funciones de su ministerio y acompañarle en visita a los enfermos y otras visitas que estará obligado a hacer al interior del municipio, ayudar en las mi- sas, bautismos, casamientos, entierros, bendiciones y otros servicios generalmente cualquiera (sic), tocar las campanas para la misas, entierros y otros en uso el la pa- rroquia, barrer la iglesia, y en general hacer todo lo relacionado con las funciones del “clerc” o mayordomo de las iglesias de campaña. Considerando que nunca esta parroquia tuvo fondos en la “fábrica” para hacer frente al salario del “clerc”, además del gasto del pan, del vino, del lavado de las pie- zas del culto, gasto de alumbrado durante el santo sacrificio, que el único recurso hasta ahora ha sido pagar el salario del “clerc” con una prestación o alimentos ase- gurados por cada familia u hogar de la parroquia, pero que esta retribución, no ha sido percibida con regularidad, considerando que los reglamentos no habrían sido elevados a la consideración de las autoridades superiores y que de tanto en tanto surgían dificultades sobre la cantidad de esta retribución, ya sea por el valor de los alimentos que eran más o menos caros, ya sea por negarse una parte de los habi- tantes poco razonables, que no aprecian la justicia del gasto. 537

HNO. ENZO BIEMMI Considerando en fin, que el “clerc” no puede razonablemente dedicarse por sí mismo a hacer la colecta de su salario, sin exponerse a veces a la calumnia y censu- ra de las personas mal informadas con las que se puede encontrar en el municipio al hacer la recaudación de los derechos justamente debidos, conviene establecer una base para la percepción de esta retribución en toda la extensión del municipio, para que el “clerc” actual, que es un joven de habilidad conocida y cumplimiento probado por el servicio de la Iglesia, no se vea expuesto a molestias desagradables en la recepción de un salario. Vistos estos motivos y consideraciones el Consejo determina. 1º El salario de Gabriel Taborin “clerc” actual de la parroquia de Belleydoux es y permanece fijo en 75 céntimos por familia u hogar de la parroquia, anuales, a co- menzar por la presente y pagaderos al fin de cada año de servicio es decir desde el primero de noviembre próximo y así cada año en la misma época 2º Un estado de las familias u hogares será diligenciado por el alcalde y el Con- sejo estableciendo las cantidades para cada particular que serán percibidas por el mencionado Taborin o el recaudador del municipio, si lo ordena el Sr. prefecto y el producto será vertido entre las manos del susodicho Taborin, “clerc”, que dará reci- bo válido de su salario, cada año. 3º El acta de la presente deliberación será diligenciada por el alcalde, elevado para la homologación del Sr. prefecto del Ain para que sea estudiada y ordenada por el magistrado, como es de derecho y se hace habitualmente. Hecho y deliberado en Belleydoux, en la casa municipal los días, meses y años ya dichos, presentes los miembros designados en la precedente deliberación. El di- cho “clerc”, llamado aquí, aceptó la condición presente y firmó con nosotros. Fir- mado: Claudio Antonio Poncet, B. Taborin, Humbert, Sebastián Humbert, José Perrin, Monet, Claudio Poncet, Claudio Humbert, adjunto, Mermet alcalde. 538

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 10 RELACIÓN DE LA MISIÓN DE SAINT CLAUDE (1820) Relación de la Misión de Saint Claude, predicada por los PP. Misioneros de Beaupré, del 8 de octubre al 5 de noviembre de 1820. Registro de fábrica, A.P. de Saint Claude, sin fecha (final de 1820). Relación abreviada de la Misión Es interesante consignar aquí el recuerdo de un acontecimiento feliz y memo- rable que tuvo lugar en la parroquia durante el mes de octubre y noviembre de mil ochocientos veinte. La ciudad de Saint Claude, que debe su origen a la piedad de los primeros soli- tarios de occidente, cuya ilustre y antigua abadía fue de alguna manera, la madre de todas las órdenes cenobíticas de Francia, cuyo suelo tuvo y alimentó varios grandes Santos, que vio a los peregrinos de toda Europa acudir a sus preciosas reli- quias como a refugio seguro, donde todos los recuerdos, en fin, atraen a las ideas religiosas: deseaba desde hacía tiempo con impaciencia, el beneficio de una misión. Su digno pastor el P. Thevenin, habiéndose hecho cargo de todos los gastos, rogó a los PP. Misioneros de Beaupré corresponder a los votos de sus parroquianos. Cuando le prometieron lo pedido, lo anunció en el púlpito, el domingo 17 de se- tiembre de 1820, en una homilía que tenía como objeto hacer comprender la exce- lencia de la misión y que terminó, más o menos, con estos términos: “No he querido descuidar este medio precioso de salvación para un rebaño que me es tan querido y del que no tardaré en ir a dar cuenta al Señor”. Estas palabras emotivas, el tono tierno en que fueron pronunciadas, las lágri- mas que las acompañaron, despertaron una emoción general acompañada de llanto. Desde entonces y durante tres semanas, cada día tuvieron lugar, al caer la no- che, los ejercicios preparatorios a la Misión. El Padre Pianet, Vicario, a quien fue confiada, se desempeñó con su celo acostumbrado. La muchedumbre que respon- dió pudo juzgar de los frutos felices y abundantes que produciría la Misión. Ya se 539

HNO. ENZO BIEMMI hablaba de tal y tal, en que se manifestaba un cambio notable en la manera de pen- sar y de obrar. En fin, llegó el día en que los enviados de Dios debían llegar entre nosotros. El sábado, 7 de octubre, hacia las cuatro o cinco de la tarde, toda la población se puso entre ellos o a su paso mientras su llegada era anunciada por las campanas y una descarga de cohetes. El Sr. Cura, con su clero y el cuerpo de Congregantes, los reci- bió arriba de San Blas. Fueron conducidos en triunfo a la Iglesia. Eran cinco, a saber los Padres Gerbais [=Gerbet], superior, Vernier, Prudhon, Gaume y Camus, nombres queridos para nosotros, y que, recuerdan hombres doc- tos, elocuentes, llenos de celo por la salvación de las almas y llenos de esa afectuosa amenidad que es un medio tan poderoso para cautivar. Al día siguiente de su llegada, domingo ocho de octubre de mañana, se comen- zaron los ejercicios de la Misión. Fue abierta por el canto, lento y solemne del Veni Creator. Todos los otros cantos han cesado desde entonces: no más misas cantadas, ni vísperas; solamente una bendición que se tenía todas las tardes después del ser- món, se cantaba lo que era costumbre en la bendición. El Veni Creator fue seguido de una misa rezada. Luego el P. Gerbais, Superior, sube al púlpito para el discurso de apertura sobre la gracia de la Misión. Como tex- to ha tomado las bellas palabras del profeta: Venite sitentes ad acquas. Dirigiéndose a los grandes santos que obraron su salvación en estos lugares, les conjura a implo- rar del Señor, que no permita que la villa no descuide la gracia que se le ofrece con preferencia a otras. “Os anunciaremos, dijo, la palabra de Dios con sencillez, aun- que con nobleza. ¡Ah! no es el caso de sembrar flores retóricas cuando se trata de las verdades tan terribles, como la muerte, el juicio y el infierno”. Insiste en hacer comprender que no es el interés que mueve a los misioneros. “La Misión, ha dicho, no les costará nada, pues su pastor correrá con todos los gastos. Todo lo que veni- mos a buscar, lo que deseamos llevarnos, son vuestros pecados”. En esta enérgica sencillez de sus palabras, en su aire de inspiración, se creyó oir a Jonás predicando la penitencia por las calles de Nínive. Anuncia que se ganarán 300 días de indulgencias plenaria para los que confe- sando y comulgando durante la Misión, hicieran alguna oración con la intención de ganarla. Los actos de la Misión discurrieron en el orden siguiente: 1º. a las 8 y media de la mañana, misa rezada en la que un misionero hacía desde el púlpito una medita- 540

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX ción; 2º. un sermón lo seguía inmediatamente; 3º. a las 12 y media una conferencia, precedida por un cántico, en tono simple y distribuido en un cierto número de pre- guntas y respuestas; 4º. un sermón, una media hora después de la conferencia, se- guido de un saludo que servía ordinariamente de sujeto para la meditación del día siguiente. Los miércoles han sido días de descanso. Una hermosa ceremonia ha sido la de la Renovación de las promesas del bau- tismo. Tuvo lugar el viernes cuatro de octubre. El P. Prudhon, hizo por la mañana una plática con este motivo. Terminó con los actos de renovación de las promesas, después cada asistente ha dicho en voz alta estas palabras: Renuncio o lo prometo. El Santísimo ha sido llevado por cesionalmente a las fuentes bautismales y los fie- les han venido a adorarlo durante el día. Si se quisiera indicar lo que distingue particularmente a cada uno de estos mi- sioneros, diríamos que es una varonil y santa energía en el P. Gerbais, elocuencia brillante y patética y saber profundo en el P. Vernier, dulzura y amenidad en el P. Prudhon, claridad en la dicción y un tono de sabiduría en Gaume, nobleza y calor de estilo en el P. Camus. Ente las instrucciones, las más señaladas se pueden citar el sermón del P. Ger- bais sobre la dignidad del alma, las de Vernier sobre la castidad, el escándalo, el in- fierno y sobre el aparato del juicio final; del P. Prudhon sobre los efectos del pecado, del P. Gaume sobre la dicha del cielo, como las excelentes conferencias sobre la Re- ligión y el sermón del P. Camus sobre el respeto humano. El del P. Vernier sobre el escándalo ha sido quizá el de todos, el más apropiado a producir más terrible y profunda impresión. Quien no tembló cuando el orador dijo: “El pecador escandaloso es responsable no sólo del pecado cometido por el es- cándalo, sino además de todos los pecados que éste ha hecho cometer a otros. Peca pues por otro, peca durante el día, peca de noche, en sus ocupaciones, peca aún du- rante su oración. ¿ Pero entonces todo el mundo está condenado? ¿Qué quieren que les diga? Si tengo que responder, les diré; este desgraciado que está en el infierno por causa de ustedes os maldice. Viertan lágrimas sobre su tumba. Ellas no podrán extinguir el fuego que le devoran. Sin embargo, para obtener el perdón de una falta, ¿no habrá que reparar las consecuencias? 541

HNO. ENZO BIEMMI Estas verdades producen hoy poca impresión sobre nosotros, porque las cosas de Dios no nos afectan. Pero vendrá la muerte, pecadores, y entonces no miraréis a los escándalos como locuras o bagatelas. Su confesor tendrá quizá tanta preocupa- ción o mayor para animaros a la confianza como yo la tengo hoy para excitaros al remordimiento. Iréis luego al juicio. Dios os dirá como a Caín: ¿Dónde está tu her- mano? La infortunada víctima de nuestras seducciones, se levantará también contra vosotros gritando: Justo Dios, pierda al que es la causa de mi perdición, o mejor, entrégale a mi enojo, que pueda saciar mi enojo contra él. En medio del espanto que esto debe inspiraros, pecadores escandalosos, ¿qué consolación puedo ofreceros?. Las sacaré del Evangelio. Pero allí leemos: desdicha- do el hombre por el que viene el escándalo. Vae homini per quem scandalum venit. Sí, desgracia para vosotros, vae!, porque hacéis el oficio del demonio, perdiendo a las almas que Jesús ha rescatado con su sangre. Vae!, desgracia para vosotros, por- que sois el deshonor y el tormento de la Iglesia. Vae!, desgracia a vosotros por el mal que hacéis a vuestros hermanos, Vae!, Vae!, Vae!, tres veces desgraciados. Mi tema es tan espantoso que si quisiera sacar todas las consecuencias, diría quizá que Uds. no tienen otra cosa que esperar que el infierno. Me cuidaré sin em- bargo de hacerles desesperar de la misericordia de Dios, más grande aún que nues- tros crímenes, etc.”. La palabra de Dios tan dignamente anunciada no podía sino atraer a la multi- tud y producir hermosos frutos. No es sólo la villa de Saint Claude que ha aprovechado de la Misión. Extranje- ros han acudido de los alrededores, en un radio de cinco o seis leguas, en tal núme- ro que al fin apenas había donde albergarse. Se ha notado sobre todo la prontitud con que se ha trasladado la gente de Saint Lupicin y de Bouchoux, que en ciertos días han venido procesionalmente y en grupo de parroquia. Cuando llegaron el pri- mer día, se hubiera dicho, al entrar en la Iglesia, que venían a invadir. Es la Iglesia, una de las más amplias que se ven en Francia, apenas era suficien- te para contener a la multitud que se precipitaba en el momento de las instruccio- nes. A pesar de su gran altura, pronto se respiraba una atmósfera espesa y malsana, al punto que varias personas se desvanecieron. Más de una vez, el auditorio ha respondido a las palabras del misionero con suspiros y sollozos y aun con acentos de dolor. Un día este noble grito de los cristianos, Yo perdono, repetido de boca en boca por numerosos asistentes, ha resonado en las bóvedas del templo. 542

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Por lo demás es en esta materia de perdón, de reconciliación que ha aparecido la maravilla de la Misión. Se han abrazado con alegría allí donde reinaba la divi- sión triste y antigua. Los lazos de la naturaleza rotos con estrépito desde hacía más de 30 años, se han restablecido. Una madre ha encontrado a su hija perdida duran- te mucho tiempo y con ella una niña hasta ahora extraña y aún desconocida para ella. Los tribunales de la penitencia estaban asediados, a veces había que esperar dos o tres días su turno, y a pesar de la lluvia y el frío se ha visto a personas perma- necer toda la noche a la puerta de la Iglesia, esperando que fuera abierta para ser de los primeros en ocupar un lugar. Sin embargo, por una parte los confesores iban a su puesto hacia las cuatro o cinco de la mañana y permanecían hasta las 7 o las 8 de la tarde y por otra parte eran de 20 a 24. Pues independientemente de los Misioneros y clero de la parroquia se había llamado, para ayudar a otros confesores, P. Chavin cura de Bouchoux, Blondeau cura de Saint Lupicin, Partillon cura de Clairvaux, Chavériat cura de Eti- val, Joly cura de Valfin, Margueron cura de Moussières, Marguillon cura de la Chaux Berthod, Jacquenod cura de Viry, David vicario de Saint Lupicin, Mayet vica- rio de Longchamois y Chevassus vicario de Rousses. Cada día, a todas las horas, a veces hasta las cinco de la tarde, la mesa eucarís- tica estaba llena de comulgantes. La cosecha ha sido tan abundante que los obreros no han sido suficientes y la misión, que ha durado un mes, ha terminado quince días más tarde. Vueltas sinceras y maravillosas a una vida más cristiana han edificado a la pa- rroquia. Restituciones numerosas han tenido lugar, como las hay donde hay misiones. Los posaderos han resuelto no servir carne los días de abstinencia. Personas de todas las clases han contribuido a los gastos para la cruz de la Mi- sión. La colecta para ello produjo más de 1.500 Frs. Fue hecha por el P. Millez, anti- guo párroco de Dortan, Perrez notario, Brunez abogado, Clairez abogado, Daloz Abejoux, Girardoz cadete, Moyrand, Chevassus y Gruez. La cruz ha costado 1687 frs. El día que debía ser plantada, que era el de la clausura y del adiós, día memora- ble de triunfo y tristeza, llegó demasiado pronto. Tendremos de ahora en adelante, el domingo 5 de noviembre de 1820, como un día de los más bellos de nuestra villa. 543

HNO. ENZO BIEMMI Este día, en una comuna de 3 ó 4 mil almas se contaron 15 ó 18 mil a pesar del tiempo lluvioso y frío de la mañana que hubiera retenido a los extranjeros en casa. Y fue muy a propósito, sin duda, pues una concurrencia más grande podría haber ocasionado desagradables accidentes. A la una es, decir en el momento en que de- bía tener lugar la ceremonia, se paró la lluvia y se puso en marcha la procesión en dos filas. Reinó el orden, el recogimiento y la piedad. La cruz, ejecutada con gusto, de un dibujo hermoso, avanzó adornada con cintas entre las filas, delante de un numeroso clero, acompañada por el canto lleno de entusiasmo del himno Vexilla Regis prodeunt y de un hermoso canto cuyas estrofas terminan con el refrán: Cris- tianos, cantemos en alta voz: ¡Viva Jesús, viva su Cruz! El pedestal de la cruz había sido puesto frente a frente de la puerta de la Iglesia. Se había levantado, para hacerla más visible, un andamiaje, sobre el que, a la vuelta de la procesión ha aparecido la cruz, que ha sido saludada con cohetes. Desde allí, la vista se extendía sobre las ondas de un pueblo apretado, en medio del cual se dis- tinguía aquí el Clero y allí los Jueces del Tribunal en uniforme. La majestad de uno de los bellos frontispicios que hay en Francia añadía solemnidad al espectáculo. En un momento la cruz fue levantada, plantada y fijada sobre su base. Se pudo uno maravillar de la facilidad con la que esto se operó, sin ningún contratiempo, pues la cruz era de un peso considerable, la poca longitud del andamio no permitía sino a muy pocos el acercarse para ayudar, y se sirvió de los más elementales ins- trumentos por ejemplo de algunas pértigas finas y de una cuerda tan pequeña que parecía no podría resistir un instante tal peso. Los que veían de cerca el peligro, temblaban. Cuando la Cruz estuvo fijada, el P. Vernier la bendijo, después de lo cual se en- tonó en su honor el versículo, O crux ave. El mismo misionero después pronunció un breve discurso de acuerdo a las circunstancias: “Esta Cruz, dijo, que llevará el nombre de Cruz de la Misión, será para vosotros un momento perdurable y un tes- timonio de las resoluciones que habéis tomado, no la verán sin que ella se las re- cuerde. Si fuerais tan desgraciados que faltarais a ellas un día, viéndola de lejos, ella hará que nazca en vosotros el remordimiento. A la larga ella desaparecerá, pero volveremos a verla el día del juicio que vendrá para acusaros ¡Oh Santa Cruz! Ved esta multitud que te adora, sostenla en su perseverancia”. Cuando terminó de hablar, gritos de Viva la Cruz, se escucharon. Se entró luego a la Iglesia. Y no se concibe como una multitud tan grande pudo precipitarse en ella y apretujarse sin desgracia y aún sin desorden. 544

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Entonces se escucharon los tristes adiós al P. Gerbais en medio de sollozos en- trecortados del auditorio. Después se cantó el Te Deum en tono lento y solemne. Y así terminó la Misión. El día siguiente, aunque los misioneros partieron antes de aclarar el día y sin estar prevenidos de su partida, fueron rodeados de un numeroso grupo de personas que mezclaron sus lágrimas a la de ellos abrazándoles sus rodillas y pidiéndoles sus bendiciones. Su delicadeza en cuestiones de interés material es tal, que se han creído en la obligación de rehusar los objetos de nuestra fábrica que algunos obreros quisieron ofrecerles. Casi al terminar en nuestra ciudad han ido a otra en Cuiseaux. Han visto per- sonas de aquí a las que recibieron con solicitud. Les han asegurado que estaban sa- tisfechos de la de Saint Claude y que nunca la olvidarían. Les han rogado aún que nos lo dijeran a su vuelta. Estas demostraciones de simpatía nos han conmovido. Y en este sentido for- mulamos un voto. ¿No podríamos tener mayor relación, al menos de tanto en tan- to, con los Misioneros?, ¿no podrían darnos alguna señal de su recuerdo, tan querido para nosotros, para perpetuar el bien que nos hicieron, dirigiéndonos de tanto en tanto, por ejemplo, todos los años o cada dos o tres años, cartas que nos re- cuerden sus principales consejos con exhortaciones, para no olvidarlos? Antes los Apóstoles enviaban epístolas a los pueblos que habían convertido a la fe. Tres semanas después de la misión, hicieron una visita de cinco días que ha si- do como el complemento y confirmación. Todas los eclesiásticos de los alrededores, que habían venido para ayudar a los misioneros para confesar, han vuelto para es- ta visita. Los Padres Chavin y Blondeau dirigieron esta visita. Los mismos actos, que durante la misión. La misma prontitud en frecuentar la confesión y comunión. Ente las instruc- ciones más significativas puede citarse una conferencia del P. Blondeau sobre la dicha de las familias cristianas, cuadro emotivo y elegante, en su sencillez; otra conferencia en al que el P. Chavin ha refutado este máximo error, “Hay que dejar pasar la juventud”, con la brillante fecundidad de su espíritu y con el tono de una admirable alegría que son propias de él; un sermón del P. Mondrillon, sobre la pre- sencia de Dios, en el que la nobleza de dicción respondió al tema y otro del P. Da- vid sobre la caída, lleno de hermosos movimientos y pronunciado con mucho calor. 545

HNO. ENZO BIEMMI Al fin de la visita, se anunció que el Sr. Cura, para perpetuar en la parroquia los felices frutos de la Misión, se proponía dar todos los años un retiro de ocho días. Después de la Misión, las restituciones han continuado realizándose. El tiempo de Navidad y las cuarenta horas han atraído multitudes al tribunal de la penitencia y a la eucaristía. Se han visto las iglesias más frecuentadas; la cruz de la misión cada día más ro- deada de numerosos adoradores, los bailes del Carnaval casi abandonados por las damas, los ciudadanos más unidos y, sobre todo, la caridad más practicada. Se cita un tal pobre enfermo que ha sido admirablemente socorrido, cierta persona que no ha escatimado nada. Es principalmente entre los hombres de la congregación de esta parroquia que se ha reavivado el celo por la religión y por la caridad. Entrando en el espíritu ver- dadero de la asociación que es de hacer más el bien que muchas oraciones, se les ha visto no descuidar nada para el alivio de los enfermos. Por eso se ha llamado al silencio la gente que pretendía burlarse de ellos y atraer los sufragios de los que eran indiferentes. Así su número se ha duplicado rá- pidamente. El núcleo de esta asociación no era sino de unos sesenta cuando se for- mó el día de la Ascensión de 1819, hoy cuenta con doscientos o 250 miembros y sin duda se puede prometer otras conquistas. Hay que creer que pronto toda la gente de bien que hay en la parroquia se incorporará a un cuerpo que no se propone ha- cer otra cosa. El secretario de la Fábrica, Brunet 546

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 11 NOTAS AUTOBIOGRÁFICAS DE GABRIEL TABORIN Fechas y notas que pueden servir para redactar la historia de la Institución de los Hermanos de la Sagrada Familia, manuscrito, 3 pp. sin fecha ni firma, ASFB legajo, “Documentos con la firma del Hno. Gabriel IV”. Salí de Belleydoux hacia fines de junio o principio de julio de 1824, y en esa época entré al servicio de Mons. el Obispo de Saint Claude, como ayudante de cá- mara de su Excelencia, a pedido del P. Girod. Tomé el santo hábito en la iglesia de los Bouchoux, hacia mediado de octubre de 1824, después de seis días de retiro espiritual hecho en casa del P. Chavin. La to- ma de hábito fue un domingo y congregó un gran número de personas; al día si- guiente fui a Saint Claude. A principios de noviembre abrimos una escuela, para externos en la villa. Los niños acudieron en gran número y la escuela comunal quedó casi vacía pero la escuela del nuevo Instituto cerró a fines del invierno, por la deserción de los Her- manos, que llamados por sus padres y por falta de firmeza en su vocación, abando- naron todo a los pocos días y dejaron [sic] solo al Hno. Gabriel con el Hno. Francisco Guichon. Así como la formación había sido motivo de alegría para el Hno. Gabriel, así la partida de los Hermanos, le entristeció. Difícil expresar cuán penosa fue esta deserción, etc. En el mes de abril de 1825, el Hno. Gabriel deja Saint Claude y fue en- viado a Jeurre por Monseñor, a pedido del Sr. Cura de la parroquia, donde ejerció las funciones de maestro y catequista con celo, al que sólo puso límite para rezar y para pensar en su proyecto que era [sic] fundar una congregación de Hermanos, etc. Donación y visita de la Sra. Bessonnat. En el correr del invierno, abandoné la parroquia y fui a la casa de la Sra. Bes- sonnat, el 15 de marzo de 1826, empezamos [sic] a vivir en comunidad en casa de la Sra., con los Hermanos que tomaron el hábito en la iglesia de Jeurre y dos novicios. El 25 de marzo de 1826 comienzo a reparar, para hacerla habitable, la casa que Francisco Grillet había dado para el noviciado en Jeurre. 547

HNO. ENZO BIEMMI Casa demolida. Viaje a Courtefontaine, queja al obispo, salida de Jeurre el 15/06/1826. Entrada en Courtefontaine 19/06/1826. Hermanos que fueron allí. Abandono de Courtefontaine y de la diócesis de S. Claudio el 15/10/1826. El 18/10, van a la casa del P. Bochard, seis Hermanos, el P. Roland nos acompaña. Hacia la mitad de febrero de 1827 salgo de Châtillon les Dombes y dejo a Bo- chard y voy a consultar al P. Charvet, cura de Brenod, mi antiguo párroco. Hablo a Mons. de Belley el 25/02/1827 en Genay, donde tuve el honor de verle por primera vez y le notifiqué mis proyectos. El 27/02/1827 llegaba a Brenod a casa del P. Charvet que me hace quedar allí para los catecismos de Primera Comunión que tomó en esta parroquia. Retiro que hago en Hauteville en 1827, algún tiempo después de Pascua. Salgo de Brenod a fines de agosto de 1827 y llego a la parroquia de Champdor a casa del P. Gache donde paso dos meses, con tres novicios que tomaron el santo há- bito. Fui requerido y vengo a Hauteville para Todos los Santos, con un Hno. en 1827 Primera comunión que allí se hizo. Toma de hábito en Mazière. Dejo Hauteville y voy a Belmont el 04/11/1829. Predico el jubileo de Vieux, el primer domingo de cuaresma de 1830. Empiezo a dirigir los negocios del Sr. de Champdor el 01/01/1831 y algunos días después de Pascua del mismo año, voy a vivir en el castillo de Champdor, dejando en casa la doméstica. En el correr del verano vendo la casa. El 01/10/1831 dejo el castillo de Champdor y vuelvo a mi casa de Belmont. Este invierno tuve a Richerot [sic-Richard] para hacer la clase. El 29/04/1832, día de Quasimodo, Bosson me obliga a dejar el santo hábito. Bosson deja Belmont a fines de setiembre 1833 y el P. Gache llega a Belmont el 01/10 del mismo año. El Consejo municipal de Belmont, a pedido de Bosson, me impide ocupar el cuarto para la escuela y otros derechos que me corresponden como maestro y res- ponde a mi carta del 22/05/1832, diciéndome que ya eligió maestro. Favier llega a Belmont y abre una escuela el 01/12/1832. La nueva municipalidad de Belmont rehusa las ventajas que propongo al mu- nicipio en mi carta del 10/11/1833. 548

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Favier deja Belmont en el correr de mayo 1834, después de 18 meses de maestro comunal, dejando deudas. Voy a Vourles con Richard. Llego el domingo o el lunes de Pasión, 15/03/1834 y salgo a fines de abril del mismo año. El 03/09/1831 vendo la mitad de la casa al P. Depommier; rescato esta casa el 08/04/1834. El 18/05/1834 Mons. de Belley permite al Hno. Gabriel erigir una capilla en la casa; esta capilla fue bendecida el jueves 22/05/1834 por el P. Gache que celebra so- lemnemente ese mismo día en presencia de numeroso público. Cuánta fue la aleg- ría, etc... El primer capellán de los Hermanos fue el P. Jeannet. Entra en el establecimien- to el 12/05/1834 y sale el 11/10/1836; a su partida obtengo la autorización para binar. El 12/06/1834 [sic], primera Comunión de seis pensionistas en la capilla. Mons. autoriza erigir el viacrucis en la capilla. - La ceremonia tiene lugar el 03/12/1834 en presencia de cuatro sacerdotes y fieles. - En noviembre de 1834, Mons. permite celebrar los oficios en la capilla, todos los domingos y no se irá más a la iglesia. Hablar del bajo rendimiento de los alum- nos de Favier. La Reserva el 01/11/1835. - Por ordenanza del 08/04/1836 de Mons. el Hno. Gabriel obtiene que se pueda dar la Bendición con el Santísimo en la capilla. - Primeras comuniones el domingo de Quasimodo 26/04/1835, el día de Pente- costés de 1836, con la cruz y el día de la Ascensión 24/05/1838 con cruz y bendición de campanas. - Viene el P. Favre el 15/12/1836. Es sólo tonsurado. Dijo su primera misa en el noviciado, el día de Navidad de 1838. Dejó la casa el 10 de Febrero. - El P. Gourmand llega el 19/9/1836 día de la Sda. Familia. Mons. visitó el esta- blecimiento tres veces: el domingo 05/07/1835, el 03/11/1838, día de la instalación y el 21/10/1839. - Diversas tomas de hábito: la primera la del Hno. Estanislao solo, tuvo lugar el 23 de abril de 1835. Se funda el establecimiento de Belley el 06/05/1835. - Hermanos que abandonaron su vocación. - Muerte del Hno. Francisco. - Hermanos que van al servicio militar. 549

HNO. ENZO BIEMMI Anexo 12 CARTA DEL PÁRROCO DE COURTEFONTAINE SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS HERMANOS DE SAN JOSÉ Extracto de la carta del P. Roland, párroco de Courtefontaine a Mons. de Chamon, obispo de Saint Claude, 20 julio 1826, Cuaderno Archivos Nº 2. Primera serie. Archi- vos Provinciales de los Marianistas de Francia, pp. 79-80. Despedí al Padre porque no convenía para la comunidad. Los otros dos postu- lantes tomaron el hábito religioso, el último domingo [16 de julio]. Fue una ceremo- nia muy edificante para mis parroquianos y para muchas personas extrañas que asistieron. Los dos sujetos están muy contentos también. Tengo mucha confianza en que este establecimiento prospere, siempre que haya alguien al frente, espero que Dios proveerá. Lo más urgente, quizá sea disponer de recursos materiales, pues para lo demás, les prodigo todos los cuidados que puedo, para la lectura, la escritu- ra, el catecismo, la gramática, el cálculo y el canto. Trato de formarlos como buenos religiosos, me parece que al menos tienen el mérito de la buena voluntad. Los Hermanos han llegado sin tener ni 600 francos. Es el momento de hacer la provisión de leña, trigo y vino, pues sería perder mucho no comprar este año que estará a buen precio. Será fácil a Monseñor acudir en nuestra ayuda; he aquí cómo: Como consecuencia de arreglos entre el Sr. Breuillot, procurador del Seminario de Besançon y el maestro del pensionado de Courtefon- taine, la Sra. Coudre, tenía que depositar para nuestro seminario mayor de Orgelet 333 francos; hizo un pagaré a nombre del Sr. Genevey; creo que esta cantidad esta- ría muy bien empleada aquí, tanto más que viene del pensionado de aquí, sólo ten- dría que decir usted una palabra. Algo más tarde le rogaría dirigiera un prospecto a los párrocos de su diócesis o si no le fuera molesto, me diera la autorización de ha- cerlo yo, como superior. Me presentan algunos candidatos que nos vendrían muy bien, sobre todo uno, pero tiene el defecto de no poder aportar nada a la sociedad y yo no estoy todavía en condiciones de pagar mis deudas. 550

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 13 ACUSACIONES CONTRA GABRIEL TABORIN DIRIGIDAS AL OBISPO DE SAINT CLAUDE POR EL PÁRROCO DE JEURRE Extracto de la carta del P. Humbert, cura de Jeurre, a Mons. de Chamon. 28 de julio de 1826, Cuaderno, Archivos, Nº 2. Primera serie, Archivos Provinciales de los Maria- nistas de Francia, pp. 81-82. Habiéndome manifestado Su Excelencia que no aprobaba mi silencio sobre la conducta del Hno. Gabriel, que en sus temerarias empresas pretendía secundar las sabias intenciones que siempre han orientado su actuar, respecto del estableci- miento de los Hermanos de San José, pienso que era mi deber reparar mi falta, po- niendo en conocimiento algunas particularidades, muy apropiadas, me parece, para hacer ver de lo que es capaz la ignorancia cuando va acompañada del orgullo y la ambición. Lo que tengo para decirle parece tan increíble, que me he creído en el deber de enviarle al autor del relato, para que usted pueda por sí mismo, tomar las aclaraciones que crea conveniente. El Hno. Gabriel algún tiempo... Después de tales extravagancias... (Referencias muy malas que no se pueden reproducir) y el Sr. cura continúa en estos términos: Esta buena viuda, que había dado 800 francos para el establecimiento de los Hermanos en Jeurre, no está contenta con que hayan gastado la cantidad en Cour- tefontaine, temiendo que al establecimiento no le falte pronto lo necesario, como ya corre la voz. Por lo demás, el consentimiento renovado antes de la partida de los Hermanos parece haber sido arrancado con la promesa que le hicieron de que el estableci- miento sería permanente. El ex maestro de Jeurre que vino presuroso a felicitarme por la prolongación de mi permanencia en la parroquia, me ha asegurado su adhesión y prometido vivir 551

HNO. ENZO BIEMMI en perfecto entendimiento con él que yo juzgué conveniente para reemplazar a los Hermanos con los que no podía vivir más. Pero su hipocresía no ha tardado en descubrirse a la primera noticia de la lle- gada del seminarista. 552

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 14 CARTA DEL PÁRROCO DE COURTEFONTAINE SOBRE LA SUERTE DE LOS HERMANOS DE SAN JOSÉ AL OBISPO Extracto de la carta del P. Roland, párroco de Courtefontaine, a Mons. De Chamon, 09/08/1826, cuaderno Archivo, Nº 2, primera serie, Archivos Provinciales de los Ma- rianistas de Francia, pp.83-85. Monseñor, empiezo por pedirle perdón de mi impertinencia; creo que usted puede considerar como impertinencia, la frecuencia de mis cartas. Pero supe que usted tiene que ausentarse por mucho tiempo, por lo mismo me tomo la libertad de dirigirle la presente, aunque le he escrito hace dos días. Tuve el honor de recibir hoy la suya fechada el dos del corriente... Dígnese también decirme, si me permite dirigir un prospecto a los párrocos de la diócesis para solicitar candidatos y recursos y por fin si puedo recibir en casa pensionistas; en tal caso necesariamente habrá que fabricar camas de madera. Espero que este establecimiento no fracasará si la Providencia acude en nues- tra ayuda; a falta de buenos superiores, le rogaría me descargase de las tareas de pastor para estar con ellos y consagrarles todos mis cuidados. Acabo de escribir al Superior General de los Hermanos de la Doctrina Cristia- na, pidiéndole me haga saber si puedo contar con el sujeto que me anuncia y cuán- do llegaría. He verificado sobre el Hno. Gabriel, lo que me pide en su carta, por lo mismo no me confío de él en nada; sólo le encargo de la clase de los pequeños de la parro- quia. 553

HNO. ENZO BIEMMI Anexo 15 CARTA DEL PÁRROCO DE COURTEFONTAINE SOBRE LA SUERTE DE LOS HERMANOS DE SAN JOSÉ AL SECRETARIO Carta del P. Roland, párroco de Courtefontaine, al P. Girod, secretario de Mons. de Chamon, 19 de setiembre de 1826, cuaderno, Nº 2, Primera serie, Archivos Provincia- les de los Marianistas de Francia, pp. 85-87. El Sr. de Montgaillard ha debido recibir mi carta, fechada, creo, el tres del co- rriente y a la que pedía me respondiese lo más pronto posible; si se hubiera olvida- do, le ruego recordárselo. Se trata del establecimiento de Courtefontaine, si ese puede esperar ayuda o si tengo que cerrarlo sin más tardar para no multiplicar gastos inútiles. Por lo demás es conveniente que estos jóvenes, cuyas esperanzas y deseos no llegarán nunca a realizarse, no estén más tiempo vegetando y puedan, si lo desean, procurarse, en esos momentos oportunos, asilo en una comunidad estable. Si hubiera estado en condiciones de hacer sacrificios por el bien de la religión, es en esto que lo hubiera aplicado, pero no tengo más que buena voluntad. Algunos jóvenes se ofrecen para el estado religioso, padres vienen a ofrecer a sus hijos para el pensionado y en la incertidumbre en que me encuentro, sólo pue- do responder con vaguedades y evasivas que nada deciden, por ello deseo, lo más pronto posible, saber algo positivo, por lo demás las exigencias del momento me obligan a forzarle, porque tocamos fondo económicamente y al menos es necesario que tengan algo de sobra para volver a sus hogares, si se les obliga a ello. Si el Señor Vicario general no puede responder a mi pedido, desearía se escri- biera lo antes posible a Monseñor para que él decida. 554

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 16 DESCRIPCIÓN PRESENTADA POR GABRIEL TABORIN AL RECTOR DE LA ACADEMIA DE LYON DE LOS EDIFICIOS PARA LA ESCUELA Y PARA EL PENSIONADO DE HAUTEVILLE Gabriel Taborin al Rector de la Academia de Lyon, Archivos municipales de Hautevi- lle, Carpeta “Maestros Hermanos”, manuscritos, 26 julio 1829. Gabriel Taborin, maestro en Hauteville, al Sr. Rector de la Academia de Lyon. Señor Rector: Gabriel Taborin tiene el honor de enviarle el certificado del examen religioso que ha sido expedido por Mons. el obispo de Belley y el de capacidad que le ha sido liberado por el Sr. Guigard para obtener el diploma de 2º grado; también le hace lle- gar la distribución de los edificios en los que desea establecer un pensionado para impartir la Enseñanza primaria solamente. Le hace llegar, Sr. Rector estos dos do- cumentos que usted le solicita en carta de julio. Distribución de los edificios Este edificio está situado junto a la iglesia de Hauteville en lugar sano y aireado: 1º Tiene tres habitaciones en la planta baja; una destinada a cocina, otra a come- dor y la tercera es la habitación de los maestros; digo maestros porque está con él un sub-maestro diplomado de 2º grado. 2º Un lavabo, una bodega y espacios comunes, todo en la planta baja. 3º En el primer piso hay dos habitaciones, una destinada para el estudio y la clase de internos y de externos con un gabinete higiénico. 4º En el segundo piso un gran dormitorio con un depósito. 5º Hay un jardín con un patio contiguo a la casa. 6º La casa pertenece al municipio que la destina sólo para escuela primaria y que deja el uso gratuitamente al dicho Taborin, maestro, deseando que tenga alum- 555

HNO. ENZO BIEMMI nos pensionistas, como el Sr. Alcalde del municipio lo ha manifestado en certi- ficado que ya está en manos del Sr. Rector. Con la esperanza de que se dignará acceder al pedido del nombrado Taborin con las consecuencias que de ello deriven, dígnese aceptar la seguridad de mi más alta consideración con la que soy de usted, Sr. Rector, su seguro y obediente servi- dor Gabriel Taborin, Maestro. 556

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 17 ACUSACIONES CONTRA GABRIEL TABORIN DEL PÁRROCO DE HAUTEVILLE, DIRIGIDAS AL RECTOR DE LA ACADEMIA DE LYON Borrador de carta sin fecha, ni firma, al Rector de la Academia de Lyon [de Grillot, cura de Hauteville, setiembre 1829], ASFB. He recibido del Sr. Cura de Belley, presidente del comité de instrucción prima- ria de este distrito, un paquete conteniendo. 1º El diploma de capacidad del Sr. Ga- briel Taborin que hace las funciones de maestro de primaria en mi parroquia, que usted le expidió el 04/08/1829. 2º un pedido de Gabriel Taborin al Rector, para esta- blecer en Hauteville un pensionado para alumnos de enseñanza primaria; 3º Un certificado del Sr. Alcalde aprobando este establecimiento; 4º Una carta del P. Ga- che, cura de Champdor, que se dice su superior y dice ser el voto de todos los habi- tantes de Hauteville, que este pensionado se establezca. Me extraña que hayan hecho todas estas gestiones sin yo saberlo. Si mi consen- timiento es necesario para abrir este establecimiento, tengo el honor de declararle, Sr. Rector, que mi conciencia no me permite concederlo, porque los habitantes de mi parroquia están decididamente en contra. Puedo darle pruebas cuando lo desee. La casa pertenece al municipio, la hizo arreglar con la intención de abrir una es- cuela para los niños de la parroquia y no para extraños; el establecimiento de un pensionado en dicha casa dañaría esencialmente a la instrucción de los niños de Hauteville. La carta del Sr. Cura de Champdor me sorprende. No está dentro de la lógica que, a un cura extraño se le escuche más, en este asunto, que al pastor del lugar que está más en condiciones de conocer las cosas; por lo demás, es falso que dicho Ga- briel Taborin haya formado ya, maestros primarios. Sólo tiene novicios de su or- den, dicha de S. José, que han sido engañados por él y le han abandonado. Más difícil de explicar es el certificado del Sr. Alcalde. Sin embargo es cierto que no ha consultado a su consejo y se ha dejado convencer por las intrigas del di- cho Gabriel Taborin y las solicitaciones del párroco de Champdor. 557

HNO. ENZO BIEMMI He creído mi deber, Sr. Rector, hacerle partícipe de estas reflexiones por el in- terés de mi parroquia, confiando en su prudencia y en su amor por el bien público. Le ruego me perdone si le molesto por mi impertinencia. Escribo lo mismo al obis- po de Belley y al presidente del comité de Belley. Cuento con usted por el éxito de mi pedido y por el bien de mis parroquianos. Si se cumple como espero, le agradezco desde ya. Con mi más alta consideración, soy de usted... 558

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 18 ACUSACIÓN CONTRA GABRIEL TABORIN, DEL PÁRROCO DE HAUTEVILLE AL PÁRROCO DE BELLEY Borrador de una carta sin fecha, ni firma y sin indicación de destinatario. [Grillot al P. Huet, cura de Belley], legajo “Hauteville, Asunto Taborin”. “Señor, Ud. me pide que justifique por qué razones no quiero que el Hno. Ga- briel abra un pensionado para niños de la parroquia”. He aquí las razones: 1º Los edificios para la escuela, hoy ocupados por el Hermano, no son suficientes para albergar los numerosos alumnos del municipio de Hauteville: lo prueban dos años de experiencia y las molestias que han ocasionado algunos pensionis- tas recibidos y admitidos, desde el principio del establecimiento sin mi previa autorización. 2º La comuna de Hauteville al reedificar, con gran costo la casa escuela ha tenido en cuenta, sólo sus niños, los compromisos particulares contraídos con el Her- mano para asegurarle un pasar honroso, se oponen a la admisión de alumnos extraños. En efecto, el Hermano recibe del municipio un salario fijo. Ha sido encargado de las funciones de “clerc” de la parroquia de la que recibe el salario y todo con la finalidad de dar a todos una instrucción igual, poniendo al mismo nivel pobres y ri- cos. Estos compromisos que interesan a la población entera ¿pueden sufrir modifi- caciones, tales como las que se proponen? No, sin duda: cada padre de familia pro- testaría, como protestan contra los abusos ya existentes por la admisión de los pensionistas que acabo de señalar. Por otra parte, el Hermano, al hablar de un ayudante que ha tomado, se equi- voca si cree que este argumento responde a todas las objeciones y olvida que hay una gran diferencia entre ocuparse personalmente de la atención a un cierto nú- mero de alumnos y ser el director de un pequeño pensionado, pues en este caso ¿no sería conveniente que además de las lecciones que dé él mismo, ejerza una vigilan- 559

HNO. ENZO BIEMMI cia activa de los niños confiados al otro para que los padres no se vean defraudados en sus esperanzas?, ¿tiene para ello las cualidades necesarias?. No puedo creerlo y puedo creer lo contrario. La experiencia de todo esto está hecha, las murmuracio- nes de los padres de familia por los pocos éxitos de sus hijos son frecuentes, sus re- clamos contra la innovación del pensionado son constantes y unánimes, por lo tanto, cómo no levantar la voz cuando el interés de todos lo exige, cuando los de- seos demasiado avaros de uno solo tienden a hacer inútiles los grandes gastos he- chos por una comuna en favor de todos sus habitantes, provocando una distorsión de la instrucción en mi parroquia. Tales son Señor, las justas razones por las que me opongo y creo suficientes, para rechazar un pedido que no tiene ningún interés público dejando al desnudo la avaricia de una persona que por estado, tendría que vivir más simplemente. Una cosa penosa para mí, es la de encontrarme en oposición con una parte de la autori- dad civil. El Sr. Alcalde de Hauteville ha dado su testimonio favorable, que ha sor- prendido a la religión y que retirará ciertamente cuando consulte a su consejo y a sus administrados, ya que el asunto atañe a todos y a cada uno. En fin, no quiero terminar sin hacer algunas reflexiones sobre el solicitante. He de decir que no ha justificado las justas esperanzas que en él se tenían, que su hipocresía y sus intrigas continuas, sus proyectos perturbadores del orden actual establecido para la educación de los dos sexos, en fin, una avaricia que le lleva dia- riamente a exigencias odiosas ante los padres y alumnos, le han desprestigiado to- talmente de modo tal, que no se puede sin peligro, dejar en sus manos la dirección moral y religiosa de los niños que interiormente no le respetan, sino que le despre- cian,. Tengo el honor... 560

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 19 DIARIO PERSONAL DE LA SRA. DE LAUZIÈRE Extracto de notas y papeles referentes a las familias Gautier d’ Arestel, de Lauzière. Diario personal de la Sra. Luisa Antoniette Fueillot de Varanges, esposa de Carlos Luis Bernard de Lauzière, enero 1836-diciembre 1840. Archivos privados del Sr. y Sra. Gollety, Charon, Champagne. “Mi diario empieza en 1836. Enero de 1836. No tomo la pluma para escribir un diario, sino cada cinco días. Anoto simplemente cada cinco días lo que hago y lo que se ha hecho en la casa digno de mención. Si me sucede algo importante y temo [sic] olvidar, lo anoto antes del quinto día y pongo la fecha, pero esto no impide que siempre el quinto día ponga la fecha de lo hecho y el examen del tiempo”. Febrero 1836: “El Sr. Cura y el Hermano, han venido a almorzar con nosotros, hacía mucho que el Sr. Cura no venía”. Miércoles 10: “El cura y el Hermano han venido a cenar”. Febrero 1836: “...el 29 escribimos, el Sr. y yo, carta de recomendación a nuestros pa- rientes [sic] de Bourg y de Lyon, para el Hermano. que va [sic] a hacer una co- lecta para la casa de la Sagrada Familia”. Marzo 1836. El 31 el tiempo es desagradable. Vamos a misa, llegamos un poco atra- sados. Después de cumplir con nuestras devociones en la Iglesia, hemos ido a cumplirlas también en casa del Hermano. Nos han mostrado su bella adquisi- ción de Lyon. De tarde hemos enviado [sic] los dos niños  2 en carruaje...”. (2) Se trata de dos niños, los más pequeños de la familia de Lauzière, María de seis años y Cle- riade de cinco. 561

HNO. ENZO BIEMMI 4 de abril 1836, lunes de Pascua: “El 4 el cura de Belmont, de Champagne y el vicario han cenado con nosotros y seis de los Hermanos de la Sagrada Familia. Son los seis principales, hago votos por este establecimiento y espero que Dios le proteja”. Domingo 24 de abril: “...el Hermano ha venido de tarde. El Hermano y sus Herma- nos se han quedado y han jugado en la avenida. La Hermana de la Providencia ha venido también con la sobrina del Hermano”. Mayo 1836: “El 19 día de la toma de hábito de Antelmo, hijo de la nodriza de mis hi- jos. Hele aquí Hermano de la Sagrada Familia. Que Dios le proteja. Les creo con buenas intenciones a estos nuevos religiosos  3”. Mayo 1836: “El 22 hemos visto hacer la primera comunión en Belmont y plantar una hermosa cruz como recuerdo. Todo estaba muy bien”. Junio 1836: “El 26 el Sr. Cura y el Hermano, han cenado con nosotros, tuvimos can- grej o s”. Agosto 1836: “El primero tuvimos en el almuerzo a nuestro Sr. Cura, al de Virieu, al Hermano y al Sr. Gregorin, profesor de piano, que vino a afinar el que tenemos aquí”. Octubre de 1836: “El 22 vimos al Hermano y mi pequeña María estaba enferma”. Octubre de 1836: “El 27 tuvimos la visita del Sr. Cura y de todos los Hermanos”. Noviembre 1836: “El 20, el Hermano y el Sr. Cura han cenado con nosotros, tuvimos pescado (lavarets)  4, pues la hermana del Sr. Cura nos compró 15 libras de ese pescado de los lagos alpinos. (3) Se trata del Hno. Antelmo Lavalette, hijo de Luis, de Vieux. Había sido alumno externo de Gabriel desde el año 1831-1832. Su madre vivía en el castillo como nodriza de los dos niños de la familia Lauzière. El Hno. Antelmo hará su profesión el 3 de noviembre de 1838. Ha- biendo sacado mal número, estará obligado a ir al servicio militar el 5 de enero de 1840, y no volverá a la Congregación. La fecha de la toma del hábito no está documentada más que por el Diario de Sra. de Lauzière. (4) Palabra saboyana. Pescado de los lagos alpinos. 562

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Noviembre 1836: “El 27 el Sr. Cura y el Hermano han cenado a las seis. Tuvimos aves asadas...”. 18 de diciembre de [1836]. “El domingo fuimos mis hijas y yo, como también los ni- ños, a misa, a casa de los Hermanos”. Enero 1837: “El 24 tuvimos en el almuerzo al Hermano y al Sr. Cura, que también cenó”. Del 25 al 28 de febrero de 1837: “El Sr. Cura vino a verme, su hermana también; le mandé un celemín de nueces para su merienda. Envié tres a los Hermanos con una cesta de manzanas. Están casi todos enfermos. Uno acaba de morir de un resfrío  5. El Dr. Civat los trata. Varios tienen gripe”. Abril 1837: “El tres tuvimos al Sr. Cura, al Hermano y su sacerdote  6 a cenar”. Abril 1837: “Cleriade ha tenido como premio un lindo libro. Es el segundo. Es verdad que ellos, [los Hermanos], le hacen regalos, pues es pequeño pero lo quieren y todo esto complace a la pobre madre. Es un pequeño consuelo de mis trabajos”. 5 de mayo 1837: “...envio también a mi pequeño Cleriade a la escuela del Hermano. Doy cinco francos por mes. Los dos van aún con gusto”. Mayo 1837: “El 7 el Sr. Cura y el Hermano han cenado con nosotros... volvieron el 9 para almorzar, trajeron con ellos al cura de Talissieux”. Mayo 1837: “El 14, día de Pentecostés, el Hermano y el Sr. Cura, han llegado hasta la avenida y se han vuelto, no sé porqué”. 20 de mayo 1837: “Le pegaron a mi pequeño en la escuela, esto me ha dolido y mo- lestado. Como el Hermano. Superior no estaba, escribí una carta, un poco dura (5) Se trata del novicio Antelmo Carrote, entró en Belmont hacia finales del mes de agosto de 1836 y fallecido el 23 de febrero de 1837 (Registro de entradas de novicios, I, Nº 21). (6) Se trata del P. Juan Favre, entrado el 15/12/1836. Sólo era tonsurado. Dijo su primera misa en el noviciado el día de Navidad en 1838 y dejó la casa el 10/02. 563

HNO. ENZO BIEMMI al Sr. Cura encargado de los Hermanos en su ausencia. Ha habido un poco de malhumor de una y otra parte, pero no importa, pues creo tener razón. No quiero que brutalicen a mi hijo”. Enero 1838  7. “Hemos hecho un arreglo: convinimos con el Hermano y él manda o viene todos los días a dar clase a María y a Cleriade, que sin embargo, van de vez en cuando a Belmont cuando el tiempo es bueno”. Noviembre 1838: “Domingo cuatro, fuimos a la casa de los Hermanos a la primera misa, hemos llevado al Padre de Hautecombe hasta Culoz  8”. Semana del 20/12/1838: “El Hermano fue a Chambery. Clarice  9, le entregó una caja de esponsales para el Padre Rendu. Nos dirigimos a él, para conseguir los 24 mil francos exigidos por el gobierno sardo”. 07/01/1839: “... el 7... el Sr. cura y el Hermano han cenado y hoy, 10 el Sr. Cura, el al- calde Tronchon y el Hermano también han cenado. Tuvimos tres postres”. 12/01/1839: “...el 12 hemos mandado varios [sic] platos al Sr. Cura, para recibir al P. Rivet que ha venido para erigir el viacrucis. Todos hemos comido en la curia”. 15/01/1839: “El 15, el Sr. (Lauzière) parte para Belley con el Hermano; el 16 durmie- ron en Chambery, por los asuntos de Clara y del Sr. de Nigry”. 05/02/1839: “... recibido el cinco una carta desde Francfort. La trajo el Hermano”. (7) Desgraciadamente a partir de 1838, las notas son más raras, por una larga enfermedad de la autora del diario. (8) El día anterior, 3 de noviembre fue la primera profesión de 12 Hermanos, Gabriel pronunció sus votos perpetuos en presencia de Mons. Devie. El Padre del cual se habla aquí, es un mon- je de Hautecombe que predicó el retiro de preparación a la profesión. (9) La Sra. Carlota Clara de Lauzière, nacida el 05/07/1813, se casó en Belmont el 22/06/1839, con el barón de Nigri, capitán de Carabineros al servicio del Rey del Piamonte. El Hno. Ga- briel firmó como testigo del casamiento. (Registro de catolicismo de Belmont, AP de Cham- pagnes). 564

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Marzo, semana del domingo 10: “ha venido el Hno. Superior y me ha hecho una confesión que demuestra que la pobre...? ...de Nigry no se porta bien. Creo que ahora es el tiempo de ellos, y que ya he cumplido bien con mi deber”. 07/05/1839: “El siete fuimos a Condamine. El Sr. cura y el Hermano fueron con no- sotros. Hemos verificado y reflexionado sobre el acontecimiento deplorable de la pérdida de un gran tonel [sic] de vino, sospechamos del empleado. Ha sido un error dejarle la llave...”. 21/05/1839: “El 21, Clara y de Negry, han recibido por fin la autorización para casar- se. Llegó por intermedio del Hermano a las siete de la tarde, y decidieron que se casarían el 22 a las nueve de la mañana sin tambores ni trompetas. Sin embar- go, faltaban los testigos. Estaban los Garin, pero se esperó al Sr. D’ Angeville hasta las nueve y llegó recién cuando estábamos en la Capilla  10...”. 15/07/1839: “El 15 de tarde el Sr. (Lauzière) salió para Condamine, para vigilar las co- sechas. Estoy sola en Hostel con los niños, para los cuales uno de los Hermanos viene todos los días”. 05-06/09/1839: “El 5, el Hermano vino para hablar de la adquisición de la casa que ha comprado, de Berliot. Estuvo con el Sr. (Lauzière) en Belley el 6, para hacer el acta con el Sr. Robert...”. 14/10/1839: “El 14... el Sr. Cura vino a vernos con el P. de Hautecombe, que ha venido a hacer predicar el retiro del Hermano. Cenaron con nosotros”. 21/10/1839: “El 21, en la iglesia de Belmont, tuvo lugar la ceremonia religiosa de la toma de hábito de los Hermanos. Ofició Mons. que vino de Belley para eso. El Sr. (Lauzière), comió con Monseñor. Fui a visitarle de tarde, pues quería venir a Hostel antes de volver. Hemos escrito dos cartas para Saboya que hemos entre- gado al P. de Hautecombe, que quiso encargarse de ello”. (10) La demora de los testigos explica la firma de Gabriel en el registro de Catolicismo, A.P. de Belmont, en Champagne. 565

HNO. ENZO BIEMMI 06/01/1840: “El 6 nos acompañan a la mesa Tronchon y su esposa, con el Hermano y el Sr. Cura”. 20/01/1840: “Hoy, lunes, lo dedique a escribir. El Sr. (Lauzière) está en Belmont, fue invitado a cenar con los Hermanos”. 18/02/1840: “...el 18 el Hermano ha venido y ha documentado lo que debe”. 30/03/1840: “martes 31... Ayer vinieron el Hermano y el Padre, están en conversacio- nes para vender la bonita casa de Belmont al Sr. Roux. Es demasiado pequeño para establecimiento de los Hermanos”. 10/04/1840: “Del viernes 10... el Hno. Gabriel ha cenado con nosotros. Ha vendido su casa al Sr. Garin abogado de Belley. El Obispo le debe comprar el antiguo con- vento de Santa María de Belley”. 23/04/1840: “El jueves Santo fuimos a misa a la casa de los Hermanos. Cumplí con Pascua en la iglesia con el Sr. (Lauzière) e hice mi viacrucis”. 20/05/1840: “Miércoles 20... el tiempo no es bueno. Hemos tenido una sola vez al Sr. Cura, al Padre y al Hermano con el Sr. Chavin, cura de Abergement...”. 05/09/1840: “Hoy sábado 5, el Hno. ha venido a verme y me anuncia su partida de Belmont, para ir a establecerse en Belley. Se hicieron varios viajes para llevarle el mobiliario”. 20/09/1840: “Domingo 20... el Hermano nos ha prestado 2.000 francos por algunas semanas solamente”. 26/09/1840: “El 26 fui [sic] a Belley con... el Sr. Cura. Hemos comido en casa de los Hermanos, con él”. 566

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 20 INFORME DEL CARDENAL BIZZARRI A LA SAGRADA CONGREGACIÓN SOBRE LA APROBACIÓN DEL INSTITUTO Y DE LOS ESTATUTOS Extracto del informe del Cardenal Bizzarri a la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, impreso, 9 páginas, sin fecha, ni firmada, ASV. Epistulae Latinae, Positio- nis et minutae, 23, nº 87. Sagrada Congregación de Obispos y Regulares. Consulta para una nueva Con- gregación de Belley y Chambery = super approbatione Instituti et Statutorum Con- gregationis Fratrum Sacrae Familiae. [...] El Hno. Gabriel Taborin ha venido a Roma para solicitar de la Santa Sede la aprobación del nuevo Instituto y de las Constituciones (sum. n. 1). Trae recomenda- ción del Obispo de Belley y del Arzobispo de Chambery. (sum. n. 2.3). Ha presentado impreso un prospecto de su Instituto, que anexa al pedido y además un libro titulado Guía de los Hermanos de la Sagrada Familia. En la primera parte de este libro figuran los Estatutos; en la segunda y tercera, una especie de Directorio. Remitida la petición con los documentos anexos, al Rdo. P. Lo Jacono, Consultor de esta Sagrada Congregación, el mismo ha manifestado su voto, que se refiere sobre todo, particularmente al n. 4. Se inclina por la aprobación general del objetivo y fin del Instituto, y no por la aprobación del Prospecto. Querría, sin embargo, que a los Hermanos de la Sagrada Familia, les fuera asignada una de las antiguas reglas aprobadas por la Santa Sede, como sería la de San Agustín, y que la S. Congregación esperase para examinar mejor y confirmar las Reglas y las Constituciones contenidas en dicho libro. Encuentra, todavía, una dificultad en la función del Superior, que se atribuye a Monseñor el Obispo de Belley, pero cree que se puede superar la misma, colocando la Congregación bajo la dependencia inmediata de la Santa Sede, concediendo a los Obispos la dirección y vigilancia de 567

HNO. ENZO BIEMMI la conducta externa, reservándose la Santa Sede el poder tomar ulteriores provi- dencias  11. Por el momento le ha parecido bien al Hno. Gabriel proponer algunos cambios sobre los votos emitidos por el Superior General, sobre la autoridad del mismo y con referencia al hábito de los Hermanos. Estos cambios pueden verse en la hoja n. 5 del sumario. Sobre lo dicho se puede observar que la Sagrada Congregación no suele darles a las Congregaciones de votos simples una de las Reglas antiguas aprobadas por la Santa Sede, esta práctica se usa solamente para los Institutos de votos Solemnes. Además, la Santa Sede no suele aprobar los documentos y prospectos de los Institu- tos y sus Constituciones o porque no están suficientemente desarrolladas, o porque contienen algunos artículos que no merecen la aprobación; o porque la utilidad o la observación fácil de las mismas, no está probada con la experiencia de un tiempo, conveniente suele limitarse a una nota de alabanza del Instituto o sea de su objetivo y del fin del mismo, reservándose para tiempo más oportuno, el examen y aproba- ción de las Constituciones. Aunque en estos últimos tiempos, junto a la nota de ala- banza, se haya unido la aprobación del Instituto, pero con suma parsimonia, para que una prematura aprobación del Instituto, no llegue a redundar en descrédito de la Santa Sede que, en semejantes cuestiones siempre ha procedido con suma pon- deración y madurez de discernimiento. En caso de que a V. Excelencia Reverendísima le pareciese oportuno examinar todavía los Estatutos que forman la primera parte del Guía, tanto para la aproba- ción, como para introducir las reformas oportunas en los mismos, podrían hacerse algunas observaciones, algunas de las cuales se presentan aquí: 1. En el Art. XV se establece como primer Superior a Mons., Obispo de Belley y po- co después es Mons. el Obispo de Chambery quien es declarado primer Supe- rior de la casa de Noviciado de Chambery y se prescribe que todos los Hermanos de aquel Reino, le deben prestar obediencia. Luego, a estos obispos que en la hoja del sumario n.5, son llamados protectores, les son concedidas atribuciones. Pero nada se dice de los Ordinarios del lugar, aunque la Sagrada (11) No es fácil que la Santa Sede quiera someter a su inmediata dependencia los nuevos institu- tos: al contrario, se suele añadir en las aprobaciones la cláusula sub jurisdictione Ordina- riorum; la cual ha sido también usada en la aprobación de la Sociedad de los Clercs Catequistas, bajo el título de S. Viator en Francia. 568

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Congregación, en la aprobación de los Institutos suele poner la cláusula salu- dable salva auctoritate Ordinariorum; y esta otra sub jurisdictione Ordinariorum; la cual parecería tanto más indicada en cuanto que los Hermanos prestan tam- bién servicios relacionados al Sagrado Ministerio y viven dispersos en las pa- rroquias. 2. En la hoja citada del sumario n. 5, se prescribe a los Hermanos, que el Hno. Su- perior no promete obediencia sino a la ley, a la Regla, cuando en el indicado art. XV de los Estatutos, todos los Hermanos deben prometer obediencia a Mons. el Obispo de Belley en la persona del Hno. Superior. Además, cualquier exclusión de obediencia que se quiera admitir, siempre ha de quedar firme aquella debida a la Santa Sede. Tal excepción, entonces, como suele decirse po- dría ser chocante. 3. Se concede a los Hermanos que puedan ejercer las funciones de “clercs” (art. XII). Bien que de hecho o por falta de “clercs”, o por costumbre, los laicos ejer- zan los oficios de “clercs”, aunque menores, ¿será procedente y conforme a la disciplina eclesiástica, que a los laicos se les conceda expresamente poder ejer- cer las funciones de “clercs”, de manera que la ejerzan casi por oficio?  12. 4. En el art. XXVI se prescribe que en la nueva Sociedad, en los actos de compra- venta y otros tenga que observar las formalidades emanadas de las leyes civiles para los establecimientos de beneficencia. De este modo podría suceder que el Instituto fuese considerado por los Gobiernos como un simple establecimiento de beneficencia y por consiguiente los Gobiernos podrían ejercer sobre el mis- mo aquella autoridad que desgraciadamente pretenden sobre las instituciones de una tal naturaleza y se excluirá la necesidad de dependencia de la autoridad eclesiástica por lo menos para tales contratos. 5. Los Estatutos no parecen totalmente detallados para poder servir de ley para un Instituto que podría más tarde propagarse de modo notable. 6. De cualquier manera, parece faltar la prueba de la experiencia, que sola puede darnos la seguridad del éxito de nuevos reglamentos. (12) Se podría hasta dudar el que sea conveniente a laicos el título de Catequistas. De hecho aun- que Benedicto XIV en la Constitución. Et si minime afirme ser cosa digna de alabanza que los laicos den una mano auxiliar a los Párrocos in christiana institutione, el título de cate- quista parece significar algo más, es decir, un oficio de pública enseñanza en la Iglesia. 569

HNO. ENZO BIEMMI Estas observaciones se han hecho para poder proceder, en el caso, con conoci- miento de causa y no para oponerse, de manera alguna, a una institución que po- drá ser de mucha utilidad a la Sociedad y a la Iglesia cuando esté bien organizada, que tiene por finalidad un objetivo muy encomiable, como es la propia santifica- ción, la educación cristiana de los niños en los lugares más abandonados y el ejer- cicio de obras de piedad al servicio de la Iglesia y de los párrocos y el auxilio de los Seminarios. Toca a las luces eximias de VV. EE. Rdma., resolver las siguientes dudas. DUDAS 1a. ¿Si y cómo convenga dar mención de alabanza o aprobar el Instituto de los Hermanos de la Sagrada Familia y además aprobar sus Estatutos?. Et quatenus affirmative ad secundam partem 2a. ¿Si y cuáles modificaciones deben ser prescritas con relación a los mismos Es- tatutos? 570

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Anexo 21 OPINIÓN DE AMBROSIO RENDU SOBRE LA AUTORIZACIÓN DE LAS ASOCIACIONES CARITATIVAS Ambrosio Rendu, miembro del Consejo Real de Instrucción Pública, al Ministro M. de Salvandy. 27/10/1845, A.N. F, 17 12.476. 4 pp. Una nueva asociación caritativa espontáneamente formada en la diócesis y en la ciudad de Belley, con la denominación de Hermanos de la Sagrada Familia, aná- loga por su fin y sus medios de acción a las que estimulaba la bella ordenanza del 29/2/1816 y que fueron efectivamente establecidas, en número de 10 o 12, por otras ordenanzas reales entre 1824 y 1830, presenta a Vuestra Excelencia su humilde pe- tición para obtener, como establecimiento de utilidad pública, su existencia regu- lar. V. E. pide un informe. Le precederé de algunas reflexiones generales que los 15 años transcurridos han hecho necesarias. Alta y constantemente hago profesión de creer que una sociedad que com- prenda las necesidades de la humanidad, ha de felicitarse de ver formar en su seno asociaciones caritativas cuyo único objetivo y la sola ambición, es la de proveer a estas mismas necesidades. Digo asociaciones caritativas, por dos razones: la prime- ra es que el nombre mismo excluye toda idea de asociación política, que pudiera causar al gobierno algún estorbo o alguna sombra  ; la segunda es que para reme- diar a los males y olvidar las miserias morales del cuerpo social, no conozco nada eficaz y seguro, si no es el amor de los hombres encendidos en la antorcha del amor de Dios. Lleno de estas ideas y especialmente encargado, por la ordenanza real que ha dado al Consejo de Instrucción Pública la forma actual, he contribuido activamen- te, en todo lo que dependía de mí y dentro de los límites de mis funciones de conse- jero, a redactar y proponer las diversas ordenanzas, en virtud de las cuales, las 10 ó 12 asociaciones caritativas hoy existentes, atienden las escuelas primarias conjun- tamente con las escuelas normales y los maestros de otras partes. 571

HNO. ENZO BIEMMI Conviene señalar que en todas estas ordenanzas una disposición expresa ha querido confiar al Consejo Real, el cuidado y la misión de recibir los dones y lega- dos que fueran hechos a las diferentes asociaciones, encargado de hacer gozar de los legados, donaciones de la asociación donante a las diversas escuelas: cláusula que asegura tanto más el ejercicio del derecho de vigilancia perteneciente a la Uni- versidad en nombre del Estado sobre todos los establecimientos de esta naturale- za. El Gobierno Real, bajo la Restauración, ha usado sin duda, sin reclamación nin- guna, de este derecho imprescindible de autorización y reconocimiento legal, sea antes o después de la ley de 26/05/1825 que en efecto no ha tenido por objeto sino regular estas sencillas asociaciones o declararlas simples establecimientos de utili- dad pública. Todo esto ha quedado en el dominio de las ordenanzas y la sabiduría de la Administración superior y ha bastado para esta clase de cuestiones. No puedo admitir que un derecho eminentemente útil y benéfico, ejercido, lo repito sin reclamación y sin duda durante diez años consecutivos, por asociaciones caritativas, como por sociedades de instrucción elemental, católicas o protestantes, puramente laicas, haya perecido de golpe, bajo el gobierno real, bajo la influencia de una Revolución que ha hecho más que nunca un llamado a todos los esfuerzos y sacrificios, a todas las energías para la difusión de la instrucción primaria; que al mismo tiempo que controla las asociaciones culpables, ha querido animar más que nunca, los esfuerzos colectivos, las industrias generosas y abrir, abundantes y nu- merosas, fuentes de salud y de vida. Se ha objetado que habría una competencia más, frente a nuestras escuelas normales. El rubor me sube a la frente, cuando veo que en una palestra abierta por la ley a todos los esfuerzos, se tema la competencia. Ahora Sr. Ministro, vuelvo al asunto particular de los Hermanos de la Sagrada Familia. Los estatutos me parecen sabios, convenientes, dignos de vuestra aproba- ción y de la del Consejo Real, digno en fin del consentimiento de Su Majestad. Las funciones de cantores, sacristanes, catequistas, sobre todo, están admira- blemente reunidas a la del maestro. Ligeras modificaciones me parecería que deben ser introducidas. Pero algo que creo indispensable, falta al expediente. El dictamen del Prefecto no está y aunque se trate de una creación de interés general, pienso que es bueno tener la opinión del primer Magistrado del departamento donde debe estar el jefe de la Asociación. 572

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX Digo lo mismo del parecer del Obispo diocesano. Un complemento a la documentación de las instrucciones me parece un requi- sito necesario. Con todo respeto. Sr. Ministro, su humilde y seguro servidor. A. Rendu A Lectulo meo. Por muchos años aún Dios lo sabe 573

HNO. ENZO BIEMMI Anexo 22 PARECER CONTRARIO DEL VICE-RECTOR DE LA ACADEMIA DE LYON SOBRE EL RECONOCIMIENTO LEGAL DE LOS HERMANOS DE LA SAGRADA FAMILIA M. Zevort, Vice Rector de la Academia de Chambery al Ministro de Instrucción Pú- blica, 05/03/1861, A.N., F. 17 12.476. Sr. Ministro: Tengo el honor de trasmitir a V. Excelencia una carta por la que el Sr. Arzobis- pado de Chambery, reclama nuevamente el reconocimiento legal, para Saboya, de los Hermanos de la Sagrada Familia, cuya sede principal está en Belley. El primer pedido de Mons. Billiet fue dirigido a S. Exc. el 2 de diciembre último, con las cartas patentes del 31 de mayo 1842. Insisto en considerar la reclamación de Mons. de Chambery mal fundamenta- da. El reconocimiento de derechos adquiridos, estipulados en el tratado de anexión, no me parece acarrear necesariamente el mantenimiento de las instituciones con- trarias a las nuestras. Todo ha cambiado en Saboya desde hace 8 meses, el régimen de prensa, la administración de justicia, la base de impuestos. La preocupación del gobierno ha sido sólo la de respetar el derecho de los individuos. La misma puede, me parece, sin ninguna injusticia, ser aplicada a las congregaciones religiosas: los Hermanos de Belley, no están reconocidos en Francia, y esto por motivos graves, de- ducidos del carácter mismo de su Superior general y de la poca confianza que ins- pira. ¿Hay que poner a Saboya fuera de la ley común y autorizar aquí lo prohibido en el departamento del Ain donde tiene sede el Instituto? Si se tratase de una nueva sociedad, desconocida en Francia, el gobierno podría examinar si hay posibilidades de reconocerla para Saboya. Pero si se trata de una sociedad que no tiene la con- fianza del ministro, y que no la merece, ya que a todos sus pedidos de reconoci- miento han puesto una objeción fundamental que siempre subsiste, y esta congre- gación, incapaz de ejercer en los antiguos departamentos donde, desde hace tiem- 574

HNO. GABRIEL TABORIN: EL DESAFÍO DE UN RELIGIOSO LAICO EN EL SIGLO XIX po, tiene su establecimiento principal, podía en cierto sentido, imponerse al minis- tro pasando el Ródano. ¡Si al menos los Hermanos de la Sagrada Familia pudieran prestar algún servi- cio! Pero todo al contrario, la congregación recluta mal; admite candidatos desde- ñados o rechazados por las congregaciones autorizadas; ella haría competencia en Saboya, a los Hermanos de las Escuelas Cristianas que valen mucho más: ella sería en una palabra, más bien un estorbo. Esperando la decisión de S. Exc. he decidido mantener a los Hermanos de la Sagrada Familia en posesión de las escuelas que dirigían en el momento de la ane- xión, interpretando el respeto a los derechos adquiridos en el sentido más restrin- gido y solicité a los inspectores de la academia de no pronunciarse sobre ninguno nuevo. Los maestros pertenecientes a esta congregación no han sido rechazados ab- solutamente, han sido admitidos cuando parecerían ofrecer suficientes garantías de moralidad y aptitud, pero admitidos como maestro laicos y sin presentación de su Superior, al cual no le reconozco calidad para proponer. Ante la instancia de Mons. Billiet y de su impaciencia algo altanera, esta situa- ción esencialmente provisoria, no puede durar. En consecuencia, tengo el honor de proponer a V.E., aplazar indefinidamente la cuestión declarando que el gobierno se reserva examinar, si una congregación, no reconocida en Francia, puede ejercer en Saboya, en virtud de una Patente del rey del Piamonte, patente revocable por aquél que la concedió, revocable por el mismo título y al menos, sometida al examen del Príncipe que ha sucedido en los derechos, al Rey del Piamonte. Se trata de resolver inmediatamente la dificultad y declarar que el gobierno francés, por los mismos motivos que le han llevado a suspender la aplicación de las leyes piamontesas contrarias a los conventos y congregaciones religiosas en Sabo- ya, y cuando los reglamentos franceses no creían necesaria la aplicación de esas le- yes sardas, se cree ahora, por justa reciprocidad, con el derecho de no admitir los reglamentos sardos en lo que tienen de contrario a la ley francesa. Le ruego quiera dar a conocer, Sr. Ministro, qué respuesta dar a Mons., el Obis- po de Chambery y devolver el documento reclamado en la carta adjunta. Con profundo respeto, Sr. Ministro, de S. Excelencia humilde y seguro servidor. El Vice Rector Carlos Zevort 575

HNO. ENZO BIEMMI Anexo 23 DIFICULTADES PLANTEADAS POR LA CONGREGACIÓN DE OBISPOS Y REGULARES SOBRE LOS ESTATUTOS DE LOS HERMANOS DE LA SAGRADA FAMILIA Observaciones a los Estatutos de los Hnos. de la Sagrada Familia por Mons. Andrés Bizzarri. Asesor de la SAGRADA CONGREGACION DE OBISPOS Y REGULARES. Ponente Excmo. y Rdmo. Sr. Cardenal Brignole. Consulta, Roma 1851. Impreso pp. 3- 11, Archivos CIVCSVA, B 2, 1 Roma. Original en italiano; traducción francesa en cua- derno encerrando notas importantes, provenientes de la S. Congregación de Obispos y Regulares..., ASFB. En la reunión general del 26 julio de 1850, Sus Eminencias Rvdmas. se han dig- nado confiarme la honorable responsabilidad de hacer observaciones sobre los Es- tatutos compuestos para la piadosa asociación de los Hermanos de la Sagrada Familia, observaciones para comunicar luego al Hno. y Rdmo. Consultor, Mons. Vi- ci, que después de examinarlas y emitir un juicio, tenía, él mismo que comentar unas y otras al Cardenal Presidente, el que a su vez hará un informe a la Congrega- ción toda. Obediente a estas órdenes veneradas, expongo algunas observaciones, no con espíritu opositor al susodicho Instituto que podrá hacer mucho bien si está conve- nientemente establecido, sino con el fin de que el examen de los Estatutos, sea pre- cedido de la discusión que desean sus Eminencias Rvdmas., y que la Santa Sede ha siempre exigido en semejantes casos, por la razón que la aprobación de los estatutos de las nuevas y piadosas asociaciones es un anhelo de los más graves e importantes de la sede Apostólica y que es urgente en esta materia, tener cuenta las disposicio- nes del Concilio de Letrán celebrado bajo Inocencio III, como también de las Actas del Concilio de Lyon bajo Gregorio X, aun cuando no se trate de votos solemnes  13. (13) En el concilio de Letrán se prescribe: “ne nimia religionum diversitas gravem in Ecclesia Dei confusionem inducat, prohibemus, ne quis de caetero novam religonem inveniat”. Y los au- 576


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