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XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Dispositivos para la internación pediátrica en Salud Mental, en el marco de los Derechos Humanos Benedetti, C.; D’Andrea, M.A. Resumen Ante la demanda de un individuo, una familia, un grupo, instituciones, nos encontramos siempre con la tensión entre casos y sistema ; entre los sistemas de 1 poder o las estructuras sociales normatizadas y normatizadoras y las situaciones cotidianas en que se desarrolla la cura. En el presente trabajo nos referiremos al devenir entre el sufrimiento mental de un adolescente, la institución hospital y el marco legal en incipiente efectivización. Es de destacar que la situación a desplegar mostrará el interjuego de los actores intervinientes. Sabemos que el manicomio y su lógica de maltrato no solo se reproduce en sus particulares muros, estas lógicas se corporizan en todos los actores que participan del proceso salud- enfermedad-cuidados. Desde este punto de partida surgen las siguientes preguntas: ¿Son posibles prácticas que deconstruyan lógicas asilares, de un niño/a adolescente en emergencia subjetiva? ¿Es posible, para los profesionales actuantes, salir de la lógica institucional imperante?. El diagnóstico, ¿es un requisito imprescindible? O ¿en algunos casos, actúa como obstáculo para reconocer al otro desde su subjetividad? Proponemos, entonces, desarrollar desde una perspectiva crítica, teniendo presente el tríptico salud mental-ética-derechos humanos para desnaturalizar prácticas instituidas y propiciar la deconstrucción de tramas que tejen problemáticas asilares. Desarrollo La Ley Nacional N° 26.657 de Salud Mental propone asegurar los derechos humanos y de ciudadanía, impedir la discriminación y el estigma que pesa sobre los enfermos. La protección del Estado garantiza las condiciones necesarias para que puedan ejercer estos derechos. 1 SchiappaPietra, José “Trabajos en Salud Mental”, pag51. Fundación Valle Nuevo, Río Negro 100
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Es de resaltar que, la Ley, esencialmente, abre un espacio dirigido a modificar la relación terapéutica en la que se juega y se expresa el poder, la asimetría de ambos miembros de dicha relación, así como también el conocimiento que orienta las interpretaciones del sufrimiento y su comprensión. Consideramos que no hay diálogo terapéutico sin asumir y considerar la palabra del paciente. Acordamos con Dr. Galende afirmando que “el principio de autoridad genera dependencia y sumisión, sirve al disciplinamiento del otro y es extraña a 2 cualquier perspectiva terapéutica”. El saber y las palabras del profesional potencian esta relación dialógica. El sufrimiento mental se concibe dentro del marco de la historia del sujeto que lo singulariza en el mundo, que muestra las condiciones de su existencia, y es una expresión de la cultura que habita. El hospital al que haremos referencia se encuentra en el conurbano bonaerense. Atiende una población de niños en su mayoría en condiciones de pobreza y marginalidad. Las características de la demanda agravan el cuadro, al que se le agrega el atravesamiento de los distintos ejes de poder que complejizan el trabajo en las instituciones y lo violentan, dificultando la resolución del padecimiento de aquellos que han venido a atenderse. Las instituciones asistenciales reproducen una lógica de maltrato que va más allá de la infraestructura, afecta a toda la institución y a los miembros que la componen. Al decir del maestro Ulloa, estaríamos inmersos en la cultura de la mortificación, en la cual la “encerrona trágica” y el síndrome de violentación institucional son partes constituyentes. Así quienes tienen que habitar en esta cultura están inmersos en la resignación, no surgen ideas que permitan avizorar un panorama de mejoría de la situación, aparece la queja que no llega a la categoría de protesta, se busca la piedad del sistema. Todo sistema supone cierta violentación legítimamente acordada, que se expresa en las normas indispensables para el funcionamiento del mismo. El síndrome de violentación institucional se abre camino de forma arbitraria a través de la fragmentación del entendimiento entre los vínculos, todos opinan sin acordar, no hay solución, y es el desgano, el cansancio, la soledad frente al caso, lo que gana. Caso clínico José, nombre usado para el presente trabajo, tiene 14 años, padece deesquisencefalia a labio cerrados con convulsiones y hemiparesia del lado derecho. Las convulsiones no responden a la medicación utilizada, además presenta síntomas de excitación psicomotriz. José es llevado por su madre, a la consulta del Hospital Pediátrico. La neuróloga decide internarlo para estudios más complejos y para 2 Galende, Emiliano (2015) Conocimiento y prácticas de Salud Mental. Buenos Aires, Ed.Lugar 101
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” observación de los síntomas. La profesional menciona la situación de marginalidad de la familia y observa un trato violento y descalificatorio de la madre a su hijo. Las dudas sobre sus convulsiones debido a la falta de respuesta respecto a la medicación, su conducta, la urgencia en la precisión del diagnóstico que excede a lo orgánico hace que emerja un rótulo: “Es un loquito”. La certeza que aparece en el diagnóstico, muchas veces, aleja la singularidad de la clínica. Aquí se pierde al sujeto. La internación comienza siendo el diagnóstico y el pronóstico. En este caso no había en el horizonte alternativa posible, el adolescente estaba solo con una problemática de salud compleja. Es la internación la que puso en evidencia que sus “convulsiones” eran pseudoconvulsiones”, es necesario aclarar que la patología mencionada provoca convulsiones, lo llamativo era que no cedían ante la medicación. En la internación se pudo verificar que las convulsiones que presentaba el adolescente formaban parte de su padecimiento subjetivo. Como también, cada vez que su madre lo visitaba, se agudizaban los problemas de conducta irrumpiendo la violencia desde distintas manifestaciones. Estas situaciones llevaron a realizar interconsultas con Psiquiatría y Psicología. Se repitieron dos internaciones la primera por su patología neurológica, la segunda duró cuatro meses. La primera para ajustar la medicación, en la segunda se despliega el problema en toda su magnitud. José regresa solo al hospital visiblemente desmejorado y golpeado. Dado los reiterados episodios de violencia entre el adolescente y la madre, sumado al abandono, ya que pasaban días sin que fuera a visitarlo siendo el único familiar; se decide, conjuntamente con otras instituciones que protegen los derechos del niño, la separación definitiva del adolescente de su madre y la búsqueda de una institución adecuada a las necesidades de José. En el curso de su prolongada internación se realizaron múltiples intervenciones psicológicas, sociales con su madre, con ambos, la violencia era el modo en que se vinculaban. Paralelamente, los síntomas neurológicos y psiquiátricos fueron disminuyendo, a medida en que José hablaba y aparecía el adolescente que era. Es aquí donde los velos se corren, el único diagnóstico es maltrato. Durante la internación prolongada del adolescente, que llegó a 4 meses, solo el área de Psicología y Servicio Social estaba a cargo de su bienestar ya que el aspecto clínico médico del paciente estaba resuelto, por lo tanto, se encontraba en condiciones de egreso hospitalario al mes de la internación. El equipo, conformado por la Trabajadora Social, y la Psicóloga, deben operar como soporte para generar las condiciones que facilitarán el egreso de José del hospital A su casa no podía volver, no quería volver. Luego de la segunda internación, y por su patología, no podía ir a un hogar común. Con el transcurso de los días la tristeza lo invadía, la incertidumbre por su futuro, los compañeros y las madres temporarias que cuidan a otros pacientes, todos vuelven a sus casas…excepto él. 102
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” La hospitalización prolongada pone de relieve los reglamentos institucionales, las normas que restringen el caminar, el salir al pequeño patio. El “solo no puede”, “¿si se cae y se lastima” o “¿si lastima a otros?” son frases recurrentes que inundan la situación. A esto hay que agregarle las propias imposibilidades de José: la dificultad para trasladarse, la dificultad para cortar su propia comida. Las palabras obscenas que decía a las residentes jóvenes, no hacen más que fortalecer los prejuicios de los que habitan el hospital: feo, malo, pobre, loquito, con dificultades para caminar y hablar, dentro de un contexto normatizador. La infinidad de significaciones sociales imaginarias se recortan, permiten armar un discriminado, a medida de los propios deseos…”, fenómeno emocional, que en un contexto institucional, construye lo cotidiano” . 3 José es el eslabón más débil de una cadena que va encerrándose de forma trágica, ya que depende de alguien que lo maltrata o que lo destrata, viviendo familiarmente aquello que por hostil y arbitrario es la negación de toda condición amigable. ¿Cómo se articula el respeto de su autonomía, el promover prácticas emancipatorias, con el contexto institucional? En un contexto donde nada puede salir 4 de lo pautado y lo reglamentado y que no se encuentra equipado para albergar esta realidad que nos muestran José y otros…Realidad en construcción permanente desde los profesionales y desde quienes nos convocan como tales. Realidad que reproduce el encierro, la marginalidad y el maltrato. “El imperativo no es respetar las diferencias, sino producirlas” . 5 Era necesario procurar otros contextos dentro de la rutina hospitalaria de la sala; recorrer sector por sector del hospital para ver donde podía pasar sus tardes. Era necesario generar un “permiso” que no lo tenía ni la trabajadora social ni la psicóloga, ni José, pero que surge, como línea de fuga, ante la atrofia producida por dinámicas instituidas. Era necesario el “permiso” para vehiculizar otra mirada de otros hacia José. Luis trabaja en el depósito del hospital. Luis, además de trabajar en el hospital, es profesor de música. A través de la música, de la armónica que Luis le ofrece, José encuentra un espacio donde se pone de manifiesto su potencialidad, donde pueden empezar a recibir otras miradas, donde le caben otros calificativos. La armónica de Luis ofrece a José, aquello que se le había negado desde siempre. Algo que el mismo José, no sabía que poseía… lejos de la violencia … cerca de la ternura. 3 Belvedere “De sapos y cocodrilos” 4 (Bezerra 1995,115) Reformas y Contrarreformas Políticas de Salud Mental en la Argentina J.M. Alberdi 2003 UNR Ed. 5 Idem, pag 38 103
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Conclusiones La Ley de Salud Mental N° 26.657 emana de un paradigma de ampliación de derechos, que interpela a las prácticas profesionales, sostenidas hasta entonces. La tríada salud mental- ética-derechos humanos se convierte en el norte que debe guiar toda práctica, todo tratamiento. Y si hablamos de tratamiento, no podemos desconocer que “tratamiento”, se desprende de buen trato. La promulgación de los Derechos Humanos estableció el soporte legal que ampara a todo ser humano a ser reconocido como tal sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Pero, los derechos humanos, dentro de la salud mental, se convierten en una enumeración vacía si no es refrendada desde la práctica en todo tratamiento. Una vez más, seguimos a Fernando Ulloa, en cuanto a que cuando nos referimos a buen trato, a tratamiento, hacemos presente la ternura. La ternura como manifestación de la Ética, ya que facilita el vínculo enriquecedor indispensable para toda experiencia humana. La ternura es, al decir de Ulloa, “el escudo protector ante las violencias del vivir”. A lo largo de este trabajo, intentamos graficar como se pone en juego esta tríada de salud mental- ética y derechos humanos en una institución del conurbano bonaerense con las limitaciones y posibilidades que las instituciones ofrecen. Como las condiciones de la institución limita las prácticas, como los actores intervinientes logran encontrar una forma en que la tríada opere, y, en definitiva, que el padecer subjetivo de un adolescente haya podido encontrar un espacio transformador que facilite el desarrollo de su potencia creativa. Referencias bibliográficas Alberdi, J. M. (2003) Reformas y Contrarreformas Políticas de Salud Mental en la Argentina. UNR editora. Belvedere, C. (2002) De sapos y cocodrilos. Ed.Biblos Galende, E. (2015) Conocimiento y prácticas de Salud Mental. Lugar Editorial. Schiappa Pietra, J. (1992) Trabajos en salud mental. Fundación Valle Nuevo Río Negro. Ulloa, F. (1995): Novela clínica psicoanalítica. Historial de una práctica, pg. 6 – 19. Ed. Paidós. 104
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Dispositivos sustitutivos al modelo manicomial en el hospital general. De la enfermedad mental al padecimiento subjetivo Bustos, M. A; Rossi, A. [email protected] Hospital 'Tránsito Cáceres de Allende' Resumen La Ley Nacional de Salud Mental basada en la perspectiva de derechos humanos, habilita un proceso de cambio que interroga no solo la construcción socio-histórica del concepto de salud sino también las prácticas ligadas a éste. Su plena vigencia requiere de la adecuación de la actual red prestacional, recuperando la perspectiva que entiende a la salud mental como un proceso complejo construido socialmente y determinada por componentes históricos, sociales, culturales, económicos, biológicos y psicológicos. La incorporación de la noción de padecimiento psíquico implica no solo un cambio semántico en relación a lo que hasta hace poco era la enfermedad mental sino que involucra transformaciones en las intervenciones, en los dispositivos y en las instituciones, generando tensiones y heterogeneidad en los modos de respuesta que se establecen. Estos cambios conceptuales constituyen un campo específico de la Salud Mental donde lo histórico-social está incluido en el modo de padecimiento de los sujetos en tanto se vincula con la producción de sentidos y significados por los cuales éstos organizan y simbolizan sus prácticas. El padecimiento involucra un presupuesto epistemológico que instituye la subjetividad como elemento sustantivo, sin limitar la afección de la salud mental a un conjunto de entidades patológicas definidas, sino a la comprensión de la emergencia de nuevas representaciones y expresiones de las formas de padecer. (Faraone 2013; 36). El modo en que se manifiesta el sufrimiento de los sujetos lleva la marca de la época. Hoy son demandas complejas caracterizadas por la urgencia, el desborde, la desorganización, la ansiedad elevada y la angustia, donde predomina el acto por sobre la palabra. Estas manifestaciones del padecimiento, sentido como disruptivo para el sujeto, tienen su impacto en las instituciones en las cuales irrumpe, provocando, como consecuencia, la necesidad de reacomodación de los dispositivos existentes hasta el momento. Nos preguntamos, orientadas por el concepto de dispositivo de Foucault, cómo se configuran en base a estos nuevos modos de entender el sufrimiento de los sujetos, prácticas que puedan dar respuesta coexistiendo con aquellas que han sido determinadas por otros órdenes y otros discursos. Consideramos que el compromiso social del equipo de Salud Mental en 105
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” hospital general consiste en el desarrollo ético de la labor profesional, dando lugar a una mayor comprensión de las necesidades de las personas con padecimiento psíquico, limitando de ese modo el efecto tanático de las marcas de la historia. Introducción La Ley Nacional de Salud Mental basada en la perspectiva de derechos humanos, habilita un proceso de cambio que interroga no solo la construcción socio-histórica del concepto de salud sino también las prácticas ligadas a éste. Su plena vigencia requiere de la adecuación de la actual red prestacional, recuperando la perspectiva que entiende a la salud mental como un proceso complejo construido socialmente y determinada por componentes históricos, sociales, culturales, económicos, biológicos y psicológicos. Los modelos 'sólidos ' o paradigmas de seguridad que se construyeron desde el comienzo de la Modernidad han cambiado, produciendo también cambios en las funciones que tenían y en las respuestas que daban. En una época caracterizada por la fluidez, como señala Zigmunt Bauman, las personas tenemos que resolver las situaciones a las que nos enfrentamos con los recursos con los que disponemos ya que no hay una única respuesta social a éstos sino tantas como se puedan crear, lo que pone a los sujetos frente a una constante invención de modos de hacer ya que lo que hoy es resolución para un problema quizás no lo sea para un próximo. Por otra parte, los efectos de la globalización han cambiado ese orden establecido produciendo otro ordenamiento que a su vez se va modificando cada vez con mayor rapidez. A su vez, provoca modificaciones en la función de las instituciones. La inmediatez y el imperativo de la sociedad de consumo impactan en ellas originando lo que Leucowvicz llama 'instituciones estalladas', que persisten, pero sin el principio que las determinaba, produciendo un cambio sustancial en los discursos que creaban vínculo social. Frente al estallido aparece, como el principal efecto, la perplejidad. En el momento de perplejidad no se puede responder, sino que se trata de configurarse frente a estímulos que sobrevienen de modo contingente. Las instituciones actuales, conservan su estructura, por lo tanto se adaptan a los cambios manteniendo su resistencia. Proponemos pensar como contingencia las diversas situaciones que se presentan a diario en nuestra institución generando dificultad para dar respuesta. La complejidad de la demanda actual obliga a operar sobre circunstancias para las que la institución no está preparada y se resiste al cambio, por lo que las respuestas que se construyen se hacen posibles al modo de las organizaciones, más plásticas, en las que se debe trabajar activamente para configurar en cada circunstancia un modo de intervención. 106
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Entendemos que eso se logra con el pensar y el hacer pensar. El pensamiento opera en la plasticidad de la organización. De este modo, la perplejidad así planteada es la antesala del pensamiento, y la oportunidad de deshabituarse de las costumbres adquiridas para poder actuar en una situación de otras características. Si consideramos que la subjetividad se construye en el intercambio con otros, en un tiempo histórico y en contextos determinados por múltiples variables, es necesario pensar qué marcas se van produciendo en la subjetividad, y cómo se manifiestan. II. La coexistencia de paradigmas contrapuestos: del trastorno mental al sufrimiento subjetivo La Ley Nacional de Salud Mental, sancionada en el año 2010, basada en la perspectiva de derechos humanos, habilita un proceso de cambio que interroga no solo la construcción socio-histórica del concepto de salud sino también las practicas ligadas a éste. De este proceso no es ajena la provincia de Córdoba que en el mismo año sanciona la Ley N° 9848, basada en los mismos principios que la ley nacional. Su plena vigencia requiere de la adecuación de la actual red prestacional recuperando la perspectiva que instituye la subjetividad como elemento fundamental. La incorporación de la noción de sufrimiento psíquico implica no solo un cambio semántico en relación a lo que hasta el momento era la enfermedad mental sino que involucra transformaciones en las intervenciones, en los dispositivos y en las instituciones, generando permanentes tensiones y heterogeneidad en los modos de respuesta que se establecen. La noción de trastorno mental, con la que la psiquiatría, redefine la enfermedad mental, le permite a esta disciplina encontrar nuevos espacios de control social que instituyen innovaciones al proceso de medicalización, determinando la significación de lo normal o lo patológico en términos de adaptación. Los manuales de clasificación internacional, que codifican modos de pensar y organizar el comportamiento y los clasifican en categorías nosológicas, consideran al sujeto de la intervención en salud mental como portador de síndromes o trastornos mentales y orientan las terapéuticas en este sentido. Por otra parte, el sufrimiento subjetivo, involucra un presupuesto epistemológico que instituye la subjetividad como elemento primordial, sin limitar la afección de la salud mental a un conjunto de entidades patológicas definidas, sino a la comprensión de la emergencia de nuevas representaciones y expresiones de las formas de padecer. (Faraone 2013; 36). Estos cambios conceptuales constituyen un campo específico de la Salud Mental donde lo histórico-social está incluido en el modo de padecimiento de los sujetos en tanto se vincula con la producción de sentidos y significados por los cuales éstos organizan y simbolizan sus prácticas. 107
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” El modo en que se manifiesta el sufrimiento de los sujetos lleva la marca de la época. Son demandas complejas caracterizadas por la urgencia, el desborde, la desorganización, la ansiedad elevada y la angustia, las toxicomanías, donde predomina el acto por sobre la palabra. Estas manifestaciones del padecimiento, sentido como disruptivo para el sujeto, tienen su impacto en las instituciones en las cuales irrumpe provocando, como consecuencia, la necesidad de reacomodación de los dispositivos existentes hasta el momento. Desde esta perspectiva, es necesario problematizar acerca de qué sujeto de la intervención en salud mental es el que contemplan los dispositivos existentes ya que es fundamental para pensar la construcción de dispositivos sustitutivos que se distancien de procesos de hospitalización y medicalización de la vida cotidiana. Esto nos enfrenta a continuos debates teórico-técnicos y éticos para no replicar dispositivos cuya función de control social se traduce en la práctica, en vigilar y disciplinar, siendo el modo en que se da respuesta al padecimiento mental de los sectores más vulnerables y desfavorecidos de la sociedad. Hoy son necesarios dispositivos que alojen al sujeto e implementen estrategias interdisciplinarias e intersectoriales para su abordaje. Nos preguntamos, orientadas por el concepto de dispositivo de Foucault cómo se configuran, en base a estos nuevos modos de entender el sufrimiento de los sujetos en el contexto actual, prácticas que puedan dar respuesta coexistiendo con aquellas que han sido determinadas por otros órdenes y otros discursos. Foucault, nos muestra el entramado de discursos, saberes, prácticas y mecanismos que se encuentran en un dispositivo, siempre inscripto en un juego de poder, con el objetivo de hacer frente a una contingencia y de conseguir un efecto. Y es, entendiendo este entramado, como deben pensarse los abordajes, lo que hace necesario a la vez, identificar cada uno de los elementos que conforman la red que llamamos dispositivo. Los dispositivos actuales existentes en las instituciones de salud se encuentran en tensión con las nuevas maneras en que se manifiesta el sufrimiento subjetivo, lo que genera que se interroguen prácticas que subsisten de anteriores modos de respuesta. La internación, por mostrar solo un ejemplo de lo que se está debatiendo desde hace un tiempo en los hospitales generales, es un dispositivo construido por el saber proveniente de la medicina. Responde al modelo médico de separar al enfermo del medio que le provocó la enfermedad y brindarle la mejoría a través del conocimiento y las herramientas que posee el saber médico y cuenta para ello con la disposición espacial, de medidas administrativas y reglamentaciones y del instrumental y los profesionales formados para ese fin. Hoy entendemos que el sufrimiento del sujeto debe abordarse reconstruyendo o construyendo con los elementos de su contexto una red que lo contenga respetando su singularidad, es decir: apostar al lazo social. Aun así, persisten vestigios de ese otro 108
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” modelo, por ejemplo, cuando pensamos una intervención atendiendo a la evaluación del riesgo en la que está inmerso o provoca en otros ese sujeto. Si un dispositivo asistencial brinda “alojamiento” institucional a lo urge y desordena a un sujeto, crea un lazo que tiene un efecto terapéutico en tanto hay otro a quien dirigirse, dejando del lado del sujeto la decisión de tomar o no para si esta oportunidad. Sostenemos que el trabajo interdisciplinario, los principios de la intersectorialidad y en el fortalecimiento de las redes sociales son una modalidad que favorece la inclusión social y contribuye a garantizar los derechos de las personas con sufrimiento psíquico y por lo tanto nuestras prácticas deben sostenerse en esos principios. Entendemos que para esto es imprescindible promover y profundizar espacios de capacitación en interdisciplina y pensamiento estratégico para los profesionales de todos los servicios, promoviendo, desde nuestra disciplina, interrogantes y aportes que generen transformaciones en las prácticas. Consideramos fundamental además, que la perspectiva de transformación e inclusión que sustenta la Ley de Salud Mental, sea compartida y acompañada por prácticas consecuentes en todos los dispositivos de la red, con mayor implicancia en estas transformaciones de todos los hospitales generales y acompañadas por políticas públicas que las alienten y sostengan con recursos. Creemos que el compromiso social del equipo de Salud Mental en hospital general consiste en el desarrollo ético de la labor profesional, posibilitando la inclusión de la persona con padecimiento psíquico a través del reconocimiento de efectos de subjetividad, aunque muchas veces éstos disten de las exigencias de la época actual. Conclusiones Creemos que el compromiso social del equipo de Salud Mental en hospital general consiste en el desarrollo ético de la labor profesional, posibilitando la inclusión de la persona con padecimiento psíquico a través del reconocimiento de efectos de subjetividad, aunque muchas veces éstos disten de las exigencias de la época actual. Referencias Bibliográficas Agamben, G. (2011) ¿Qué es un dispositivo? Rev. Sociológica, 26(73), 249-264. Traducción es de Roberto J. Fuentes Rionda, de la edición en francés: Giorgio Agamben, Qu’est-ce qu’un dispositif?, Paris. Éditions Payot & Rivages. 2007. Bauman, Z. (2006) Amor Liquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Buenos Aires. Fondo de la Cultura Económica.. Bauman, Z. (2012) Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global. Buenos Aires. Fondo de la Cultura Económica. 109
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Fainstein, A. (2013): Formas actuales del sufrimiento. Clínica, sociedad e instituciones psicoanalíticas. En H. Lerner (comp.) Los sufrimientos (pp. 27-40). Buenos Aires, Psicolibro ediciones. Faraone, S. (2013) Reformas en Salud Mental. Dilemas en torno a las nociones, conceptos y tipificaciones. Rev. Salud Mental y Comunidad N° 3. UNLa. Buenos Aires. Foucault, M. (1977) El juego de Michel Foucault. Rev. Ornicar, N°10. Ley 9.848- Régimen de la protección de la salud mental en la provincia de Córdoba. 2010. Lewcowicz, I. (2004) Pensar sin Estado. La subjetividad en la era de la fluidez. Buenos Aires. Paidós Stolkiner, A., Ardila Gómez, S. (2012) Conceptualizando la Salud Mental en las prácticas: consideraciones desde el pensamiento de la medicina social/salud colectiva latinoamericanas. VERTEX Rev. Arg. de Psiquiatría. Vol. XXIII. 110
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Diversidad sexual. Ley de identidad de género ¿Nuevas prácticas? Gerez, Ana Laura [email protected] Facultad de Psicología – Universidad Nacional de Rosario Resumen Esta producción deviene de una articulación de diferentes espacios (sociedad civil, estado y academia) y de experiencia acumulada en diferentes planos por quienes integran el equipo que la han materializado. Los mismos, la Facultad de Psicología, la Municipalidad y la Asociación civil, abordan la perspectiva de diversidad sexual en una de sus prácticas y de allí nuestros aportes en torno a la los efectos sociales y subjetivos de la ley a de identidad de género que vamos a introducir. Durante el año 2007 en Rosario se creó un Área de Diversidad Sexual de la Secretaría de Promoción Social donde una de las misiones era la de garantizar el ejercicio de la ciudadanía LGBTI, trabajando por la inclusión social y por erradicar la discriminación basadas en la orientación sexual, expresión e identidad de género. No podemos desconocer emergentes institucionales en el último tiempo que colaboran con la producción de la ley de identidad de género sancionada en junio de 2012. Nuestras prácticas profesionales se desarrollan en las siguientes instituciones a partir de cambios sociales que se venían sucediendo en relación a las demandas de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, travestis, transexuales e intersex. La sanción de la Ley de Identidad de Género ha marcado un punto de inicio y de inflexión a las realidades de la población trans. Habilitó condiciones de posibilidad al acceso y despliegue de realidades identitarias que en sus diversas expresiones constituían históricamente un eje reivindicativo en lo individual y en lo colectivo. Pensar sobre la construcción identitaria y los múltiples atravesamientos que implican cuerpos que cambian, tensiones familiares, discriminaciones, inclusiones, exclusiones es una tarea que la Ley instala, comprometiendo a teorías, profesionales, instituciones a profundizar la temática. ¿Con qué herramientas podemos abordar procesos de transgenerización que no impliquen adecuación al paradigma heteronormativo? ¿Qué lugar hay en nuestra sociedad para las realidades trans? Una ley que legitima…y sus efectos…Si estos cuerpos – personas están fuera de lo humano y sus leyes: ¿qué efectos – consecuencias y posibilidades genera la Ley de Identidad de Género? 111
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Introducción Crear nuevos modos de pensar implica una nueva metodología diría la episteme, implicaría un aprendizaje crítico que posibilite una ruptura epistémica o sea: inaugurar modos de conocer que permitan a una implicación que pueda ser reconocida. En temática de diversidad sexual, esa implicación antes nombrada está representada por miles de personas que salieron a las calles a contar los obstáculos que tenían, que se organizaron, debatieron, marcharon, se visibilizaron ante una sociedad que les devolvía una mirada rara. La comunidad LGTTyB materializaba con voces (palabras) y cuerpos (cuerpo político) sus demandas. Las personas transexuales, travestis y trasngénero reclamaron durante años su derecho humano esencial, derecho a la identidad. Finalmente, la ley de identidad de género, que lleva el Nº 26.743, fue sancionada el 9 de mayo de 2012. El recorrido de las ciencias nos ha enseñado que la episteme es algo más que una descripción o una pragmática, es una morada, un lugar donde habitar y ser habitado. Es así que la comunidad trans en ese hacer fue construyendo un devenir hacia sus derechos y se fueron produciendo inevitables quiebres epistémicos, en lo social, en lo individual, institucional, académico y desde ya en las teorías. En la ciudad de Rosario, provincia de Santa fe, se viene trabajando desde el año 2007, con el Área de la Diversidad Sexual, perteneciente a la secretaría de promoción Social de la Municipalidad de dicha ciudad. Mi experiencia como psicóloga en el área clínica se desarrolló en la Asociación Civil VOX, a cargo del servicio de asesoría psicológica, desde el periodo 2007 hasta 2011, meses antes a la sanción de la ley de identidad de género. Por otro lado mi tránsito en el ámbito académico se desarrolló en la UNR, en la cual he tenido la oportunidad de dictar seminarios electivos de pre- grado sobre Diversidad Sexual, a estudiantes de 5to y/o 6to año de la carrera de psicología. En la actualidad mi práctica clínica es en el ámbito privado. La sanción de la Ley de Identidad de Género ha marcado un punto de inicio y de inflexión a las realidades de la población trans. Habilitó condiciones de posibilidad al acceso y despliegue de realidades identitarias que en sus diversas expresiones constituían históricamente un eje reivindicativo en lo individual y en lo colectivo. Pensar sobre la construcción identitaria y los múltiples atravesamientos que implican cuerpos que cambian, tensiones familiares, discriminaciones, inclusiones, exclusiones es una tarea que la Ley instala, comprometiendo a teorías, profesionales, instituciones a continuar profundizando la temática. Desarrollo Cuando recibimos una persona en el ámbito del consultorio, en la clínica del área de psicología, esa persona trae consigo “un motivo de consulta”, los/las sujetos/sujetas van desplazando un relato, la palabra, que pone de manifiesto 112
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” características de su propia historia: como se llama, como la /lo nombran, donde vive, con quién vive, si trabaja, dónde desarrolla su trabajo, cuáles son sus sufrimientos, sus obstáculos en la vida civil, recuerdos de la infancia, un despliegue de un lenguaje que arma la trama de su identidad… En cuanto a pensar los/las pacientes en su demanda de consulta, Ana María Fernández (2012) sitúa en uno de sus escritos los siguientes interrogantes: ¿Qué no dice cuando dice? ¿De qué se habla cuando vive sin ser? ¿A qué ser invoca cuando quiere vivir-ser? Estas preguntas encuentran su frontera, cuando las violencias (violencia simbólica, económica, física) se anteponen a los derechos humanos, se ejercen en algunos ámbitos del ámbito tanto público como privado, cuando una persona trans solicita atención en salud (médica/psicológica/ social). La identidad no es únicamente una cuestión conceptual académica, es también una historia personal única e irrepetible. María Jesús Izquierdo (1998) detalla como el concepto de sexo y el de género han sido utilizados, cada uno de ellos como categorías dicotómicas mutuamente excluyentes. Sin embargo, han guardado una correspondencia absoluta de forma que a un cuerpo de mujer le corresponda un género femenino mientras que a un cuerpo de hombre le corresponda un género masculino. Pero qué pasa cuando los límites de esas fronteras se desdibujan. A mi parecer es correcto decir, dibujan sus propios límites, sus propios cuerpos. Qué sucede en aquellos casos en que las características del sexo-género no son correspondidas. Dada esa frontera que ha sido materialidad histórica de una dicotomía binaria que supone una materialidad entre sexo y género. Quiénes rompen, cruzan esa frontera, serán etiquetados para la medicina clásica de una época, desviados “Yo no nací en ningún cuerpo equivocado, ni estoy atrapada en un cuerpo de varón. Soy travesti y no tengo por qué responder a preguntas como: ¿usted piensa como una mujer?” (Berkins, 2013, p.92). La organización mundial de la salud define la identidad de género como: El grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina o alguna combinación de ambas. Es el marco de referencia interno, constituido a través del tiempo, que permite a los individuos organizar un autoconcepto y comportase socialmente en relación con la percepción de su cuerpo sexo y género. En la actualidad podemos situar desde la perspectiva de la transgeneridad o trans: término que incluye aquellas identidades que implican movimientos en el género con respecto a su “cuerpo biológico”. A partir de la intervención de la población TRANS, la identidad trans significa sobre todo un sentimiento interno de pertenencia al sexo contrario al que nació “biológicamente”, y el proceso de cambio, no es más (ni menos) que la adecuación del aspecto físico (parcial y/o completo) al sexo con el que la persona se identifica. 113
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Para algunas personas esta adecuación empieza antes, para otras más tarde; pero la pertenencia a un sexo o a otro es independiente de si se ha iniciado el cambio exterior o no, ya que ellos/ ellas relatan que ese sentimiento de pertenencia ya está dentro de ellos desde siempre. La madre de una paciente trans de 16 años, relata en una entrevista: “salía del baño envuelto con el toallón bajo las axilas, estando sus hermanos varones que se envolvían desde la cintura, ella siempre desde pequeña, nos preguntaba por qué la hicimos varón”. Me detengo en lo que nombre anteriormente como proceso de cambio en un proyecto identitario, en tanto se materializa el derecho humano esencial, el derecho a la identidad. Se abre un camino al cambio, a ser lo que siempre sintió, percibió, entonces en la clínica comenzamos a escuchar las siguientes palabras: adecuar, adaptar, operar, hormonar, entre otras… ya que ese cuerpo heredado por lo biológico se resistió y resiste el límite de la frontera sexo-género. Poniendo el acento en la ética de nuestras profesiones, atendiendo demandas de personas que sufren o sufrieron alguna vez en su vida “Desgarros que quieren vivir- ser, requerimientos de intervención que abren a libertades de elección difíciles de imaginar” (Fernández, 2012, p.161), de esa índole eran las realidades que llegaban allá por el 2007, 2009 difíciles de imaginar… incluso meses antes de la sanción de la ley. Demás está decir que una cosa es la sanción de una ley y otra cosa muy distinta es el compromiso político del estado a llevar adelante la implementación de dichas letras sancionadas, letras que recuperan la lucha de muchas personas que tuvieron el valor de nombrarse fuera de las fronteras, fuera de los límites de lo establecido por los paradigmas hegemónicos. La sanción de la Ley de Identidad de Género ha marcado un punto de inicio y de inflexión a las realidades de la población trans. Habilitó condiciones de posibilidad al acceso y despliegue de realidades identitarias que en sus diversas expresiones constituían históricamente un eje reivindicativo en lo individual y en lo colectivo. Dependerán y dependen, de cada región del país, que las posibilidades al acceso sean una realidad concreta para la población trans. Ejes que aporta el proyecto de ley; el principal la garantía de derechos fundamentales: el derecho a la autonomía, a la identidad, a la libertad y a la igualdad. Otros derechos importantes de la ley Nº 26.743: despatologización, continuidad jurídica de la persona, universalidad de los servicios, decisión autónoma para la resignación sexual, acompañamiento profesional permanente, entre otros. ¿Con qué herramientas podemos abordar procesos de transgenerización que no impliquen adecuación al paradigma heteronormativo? ¿Qué lugar hay en nuestra sociedad para las realidades trans? Desde una perspectiva local, puedo describir algunos de los espacios habilitados en Rosario para la atención de la salud integral de personas trans, que data de una experiencia desde el año 2006, (seis años antes de que se sanciones la ley Nº 26.743), y aún continúa. Década que da cuenta de una sólida puesta en marcha de mecanismos del estado, para la erradicación de la discriminación y lucha permanente contra la transfobia. 114
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Dentro del plano legislativo: - Decreto 30.049, sancionado en el año 2007, que promueve el respeto identitario a personas travestis y transexuales dentro de todos los ámbitos del municipio de Rosario. - Resolución Nº1.877/09 en dependencia de Ministerio de Salud, dispone que en todas las dependencias del área se deberá respetar la orientación sexual y la identidad de género adoptada o auto percibida, de las personas que concurran a ser asistidas, ponderándose así, que todas y todos los /las ciudadanos/as del mundo deben tener garantizada su salud a través de los servicios del estado, libre de prejuicios y rechazo por la orientación sexual e identidades de género. - Resolución Nº 004/2011 del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Lo mismo sucedió en otras provincias del país. Dentro de políticas públicas inclusivas de la dimensión de la Diversidad Sexual: Es importante poder situar tres ejes de trabajo que permiten explicitar las políticas públicas concernientes a la dimensión de la Diversidad Sexual. - Clínico: vinculado especialmente al análisis de las dificultades de los procesos de atención del consultorio Trans y de los procesos de atención en la red en general, integrada por centros de salud y hospitales. En muchas situaciones el proceso de atención atraviesa a otros sectores: Promoción social, ONGs, entre otros. - Gestión de servicios: partiendo de las dificultades que se van presentando en los procesos de atención en red, se realiza el diseño de estrategias de construcción de espacios de sensibilización en los equipos de salud, con un fuerte anclaje en el modelo sanitario actual, y se trabajan los lineamientos concernientes a la adscripción, como eje transversal de la estrategia de atención en toda la red. - Prevención y promoción de la salud: estrategias de intervención poblacionales, llevadas a cabo especialmente en la playa y los polideportivos de la ciudad. Inclusión en los espacios recreativos destinados a los/las jóvenes. Espacio de salud Trans: Consultorio de atención clínica destinado a dar respuesta a las necesidades de la población Trans, en sus orígenes fue gestionado y sostenido en sus intervenciones por el Dr. Fernando Costa, en la actualidad está a cargo el Dr. Claudio Bertone. Este espacio era llamado por quienes lo sostenían espacio de salud Trans, en el cual se destacaban dos dimensiones: 1). Su perspectiva intersectorial e interdisciplinaria: 115
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Intersectorial: en tanto incluye la participación de trabajadores/ras del Área de la Diversidad sexual, dependiente de la secretaría de Promoción Social en articulación con colegas de la Secretaría de Salud Pública. Interdisciplinaria: en tanto incluye las miradas en torno a los procesos de atención de diferentes disciplinas, médica, trabajo social, psicología, jurídico, entre otras. 2). Sistematicidad en el tiempo: en tanto es sostenido con una frecuencia semanal y eventualmente quincenal, lo cual garantiza la consecución de procesos de intercambio de experiencias, debates, construcción problemas y enriquecimiento conceptual. Área de Diversidad Sexual: El Área de la Diversidad Sexual, fue creada el 3 de mayo de 2007 por ordenanza Municipal Nº 8045/07, fue el primer espacio institucional de carácter ejecutivo a nivel local en nuestro país. En sus orígenes el coordinador a cargo era el Lic Esteban Paulón, en la actualidad la coordinación está a cargo de la Ps. Noelia Casati. Dicha área tiene por objetivos: - Promover la igualdad y la no discriminación hacia personas de orientación sexual diferente,garantizando el más alto nivel de inclusión dentro de las políticas públicas en el ámbito decompetencia de la Municipalidad de Rosario para Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales. - Impulsar la creación de un Programa Integral de atención e información para personas LGBTen Rosario. - Brindar servicios especializados dirigidos a la población LGBT que contemplen asesorías jurídicas y psicológicas, acciones que promuevan la inclusión educativa y laboral, y otros que el Área considere pertienentes oportunamente. - Promover la difusión de información precisa y clara que permita desmontar mitos y prejuicios en relación a la orientación sexual e identidad de género. - Articular las diferentes acciones que actualmente y en el futuro el Municipio destine a la protección, promoción de derechos, capacitación, formación y recreación del colectivo LGBT en nuestra ciudad. - Producir conocimiento en relación a la temática para el diseño de políticas vinculadas alcolectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales del municipio. - Facilitar el acceso a todas las- personas, independientemente de su orientación sexual e identidad de género, especialmente de menores recursos, a los servicios de salud, culturales, deportivos, educativos y recreativos que brinda el municipio. - Contribuir al fortalecimiento de las organizaciones que trabajan la temática específica y promover la articulación entre la sociedad civil y el Estado municipal, coordinando eventos y conmemoraciones, como así también una agenda vinculada a la temática. 116
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Con el fin de ir dándole cierre a esta descripción de los espacios en políticas públicas de la ciudad de Rosario, destacó un hecho trascendental que sucedió en septiembre de 2014, se llevó a cabo la primera cirugía de reasignación de sexo en Rosario, en el hospital público del Centenario. En el marco de formación y promoción de la salud de la población trans, se convocó al destacado urólogo chileno Guillermo Mac Millan, considerado un maestro en la temática con más de 45 años de trayectoria y experiencia. En el marco de la Jornada de cirugía de reasignación de sexo destinada a profesionales de Rosario y Santa Fe, se realizaron dos operaciones, en el Hospital Provincial del Centenario, la primera operación fue trasmitida en vivo en el anfiteatro central de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, para integrantes de equipos de salud. Conclusiones Retomando la pregunta: ¿Con qué herramientas podemos abordar procesos de transgenerización que no impliquen adecuación al paradigma heteronormativo?, este recorrido es apenas un esbozo sintético de muchos esfuerzo, trabajo sostenido en el tiempo de muchos/muchas actores que se comprometen con la realidad de nuestra sociedad en relación a los derechos humanos, en particular el derecho a la identidad de la población trans, con el compromiso ético que implica cada profesión, cada militancia, cada acto social. Como ciudadanos/as es nuestro compromiso erradicar el despliegue de materialidades, que responden a un pensamiento binario femenino/masculino en correspondencia con el sexo biológico. “Para que una sociedad no desigualara, para una república de iguales, deberían instituirse relaciones públicas y privadas que no significaran apropiación ni establecieran formas de dominio en unas personas sobre otras y/o unos grupos sobre otros” (Fernández, 2013, p. 41).Aún al día de hoy sabemos que hay sectores de la población, a los que no le es fácil llegar a los efectores públicos y mucho menos a los privados, sabemos que todavía hay derechos vulnerados, por ejemplo el ámbito de trabajo remunerado dignamente es una situación de exclusión para muchas personas trans, el más evidente aún. Hay una parte del sistema social, que cuando un cuerpo no responde a los rasgos estereotipados hombre/ mujer, se ponen en evidencia maltratos, rechazos implícitos/explícitos, convirtiendo a la ley conquistada en insuficiente. Sobre éste final quiero rescatar las palabras de Ana María Fernández que dice: Bueno es recordar que las libertades no son algo a lo que se llegue simplemente caminando, ni se trata de esperarlas en un futuro promisorio, sino que se construyen en el día a día, tanto colectivamente como en los propios existenciarios de cada quien. Se requiere resaltar la importancia de trasformaciones culturales significativas que además sean sistematizadas en el tiempo y en todas las regiones del país. 117
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Referencias Bibliográficas Berkins, L. (2013). Los existenciarios trnas. En A. M. Fernández y S.P. Wiliam. S.P (Eds), La diferencia desquiciada (p. 92). Buenos Aires: Editorial Biblios. Cabral, M. (marzo, 2005).Hablando con propiedad. Revista NX Dossier Grupo Nexo AC. Año 109 (13), 4. Eds Nexo Asociación civil. Fernández, A.M. (2012). En Tiempos out of joint: ¿La diferencia desquiciada? En A. M. Fernández, Las lógicas sexuales: amor, política y violencias (p. 161-162). Buenos Aires: Nueva Visión. Fernández, A.M. (2012). Introducción. En A.M. Fernández (Ed), Las lógicas sexuales: amor, política y violencias (p. 18). Buenos Aires: Nueva Visión. Fernández, A.M. (2012). Violencias, Desigualaciones y géneros. En A. M. Fernández, Las lógicas sexuales: amor, política y violencias (p. 41). Buenos Aires: Nueva Visión. Gobierno de Santa Fe. (2011). Aportes para la atención de la salud integral de personas trans. Desde una perspectiva local. Experiencia Rosario 2006 – 2011. Izquierdo, M.J. (1998) Malestar en la desigualdad. Madrid: Cátedra. Universidad de Valencia. Instituto de la Mujer. Ley de Identidad de género. Boletin oficial de la República Argentina. (2012). Romero, D. M. (2006). La transexualidad, diversidad de una realidad. Cuadernos técnicos de servicios sociales. Madrid: Edita Consejería de familia y asuntos sociales. 118
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Dramaterapia: Un abordaje posible en Salud Mental Bustos, Carlos Matías [email protected] Hospital Escuela de Salud Mental 'El Sauce' Resumen La dramaterapia es una disciplina arteterapéutica muy poco difundida en nuestro país, que se viene desarrollando y creciendo principalmente en Europa y Estados Unidos, con una relativamente reciente inclusión en América Latina. El presente trabajo pretende describir el origen de esta práctica, los aportes teóricos que la definen y enmarcan, y las diferencias con prácticas más difundidas de terapia con recursos teatrales (psicodrama). Como así también sus posibilidades de intervención en diferentes contextos, a partir de la experiencia personal del autor. Introducción La dramaterapia es una disciplina que viene desarrollándose de forma constante desde sus orígenes de la mano de Sue Jennins por los años ’70, hasta nuestros días, como terapia artística alternativa al psicodrama. En América Latina, en Chile, se desarrolla de la mano del psiquiatra, psicoterapeuta, psicodramatista y dramaterapeuta Pedro Torres-Godoy y su equipo de la Escuela de Dramaterapia de Santiago (EDRAS). Si bien, en nuestro país, esta disciplina no está desarrollada, basta con mirar al interior de las instituciones tanto terapéuticas como sociales, públicas y privadas, para ver que casi no hay dudas del valor terapéutico del teatro en la atención de diversas problemáticas.Lo que no muchos se han detenido a responder es ¿qué cura? ¿Cómo cura? ¿Por qué cura? ¿A quién cura y a quién no?, etc. La intención de este trabajo es sentar precedentes que den lugar a futuras investigaciones en relación a la dramaterapia y sus diferentes aplicaciones, entendiendo que su desarrollo a nivel internacional en cuanto a investigaciones y casuística podría realizar importantísimos aportes teóricos y pragmáticos a las prácticas locales. Conclusiones Ninguna de las prácticas locales de teatro en contexto de salud mental cuenta con la el encuadre teórico que podría aportar la dramaterapia. 119
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Es posible, a través de este marco conceptual que propone la dramaterapia, dar un encuadre científico a las prácticas teatrales en contextos de salud mental. Dichas prácticas, tanto en contextos asistenciales como de atención primaria, arrojan resultados sometibles a investigación y resultados a la luz de los modelos teóricos que las sustentan. Referencias Bibliográficas Bozikovic de Rodriguez, M. L. (2008). Grupo Arlequines de Sala 13 - Chaco. En A. Sava, Arte y desmanicomialización: Una puerta a la libertad en Hospitales Psiquiátricos Públicos de Argentina (págs. 95-111). Buenos Aires: Ediciones Artes Escénicas. Cattanach, A. (2006). Modelo Experimental de Dramaterapia. En S. Jennings, A. Cattanach, S. Mitchell, A. Chesner, & B. Meldrum, Manual de Dramaterapia (págs. 41-43). Londres: Taylor & Francis Books Ltd. Chesner, A. (2006). Dramaterapia y Psicodrama. Similitudes y diferencias. En S. Jennings, A. Cattanach, S. Mitchell, A. Chesner, & B. Meldrum, Manual de Dramaterapia (págs. 134-150). Londres: Taylor & Francis Books Ltd. Chesner, A. (2006). Un modelo integrado de dramaterapia. En S. Jennings, A. Cattanach, S. Mitchell, A. Chesner, & B. Meldrum, Manual de Dramaterapia (págs. 75-90). Londres: Taylor & Francis Books Ltd. CIE-10. (1992). Trastornos mentales y del comportamiento. Madrid: Meditor. Cornejo, S., & Brik Levy. (2003). La representación de las emociones en dramaterapia. Barcelona: Editorial Médica Panamericana. Fernandez Moya, J. (2006). En busca de resultados: Una introducción a las terapias sistémicas. Mendoza: Universidad del Aconcagua. Filgueira Bouza, M. (2009). Manual de Formación de la Asociación Española de Psicodrama. Normativa de Acreditaciones, Escuelas y Programa Oficial. USA: Lulu. Gilbert-Aguilar, C. (2003). Rehabilitación psicosocial y tratamiento integral del trastorno mental severo. Madrid: Asociación Española de Neuropsiquiatría. Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica de Intervenciones Psicosociales en el Trastorno Mental Grave. (20 de noviembre de 2014). Guía de Práctica Clínica de Intervenciones Psicosociales en el Trastorno Mental Grave. Obtenido de Guía Salud.es: http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_453_TMG_ICS_compl.pdf Jennings, S. (2006). El teatro de sanación. La metáfora y la metafísica en el proceso de sanación. En S. Jennings, A. Cattanach, S. Mitchell, A. Chesner, & B. Meldrum, Manual de Dramaterapia (págs. 111-128). Londres: Taylor & Francis Books Ltd. Laviana-Cuetos, M. (2006). La atención a las personas con esquizofrenia y otros trastornos mentales graves desde los servicios públicos: una atención integral e integrada en un modelo comunitario. Apuntes de Psicología. 24, 345-373. Obtenido de 120
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” http://www.apuntesdepsicologia.es/index.php/revista/article/view/110/112 Lopez Anido, S., Otero, G., & Spiguel, D. (2008). Experiencia de rehabilitación psicosocial en pacientes severamente perturbados de salud mental. En A. Sava,(2008) Arte y desmanicomialización. Una puerta a la libertad en Hospitales Psiquiátricos Públicos de Argentina (págs. 174-186). Buenos Aires: Ediciones Artes Escénicas. Martí, D. (2008). Cuento de amor, locura y magia. En A. Sava (2008) Arte y Desmanicomialización: Una puerta a la libertad en Hospitles Psiquiátricos Públicos de Argentina (págs. 84-85). Buenos Aires: Ediciones Artes Escénicas. Martinez, V. (10 de octubre de 2013). Breve historia de la Dramaterapia. Obtenido de slideshare: Slideshare.net: http://es.slideshare.net/vmartnez10/breve-historia-de-la-dramaterapia Meldrum, B. (2006). Antecedentes Históricos y Visión de la Dramaterapia. En S. Jennings, A. Cattanach, S. Mitchell, A. Chesner, & B. Meldrum, Manual de Dramaterapia (págs. 23-27). Londres: Taylor & Francis Books Ltd. Meldrum, B. (2006). El modelo de presonaje de la dramaterapia. En S. Jennings, A. Cattanach, S. Mitchell, A. Chesner, & B. Meldrum, Manual de Dramaterapia (págs. 93-101). Londres: Taylor & Francis Books Ltd. Mitchell, S. (2006). El teatro de la auto-expresión. En S. Jennings, A. Cattanach, S. Mitchell, A. Chesner, & B. Meldrum, Manual de Dramaterapia (págs. 55-70). Londres: Taylor & Francis Books Ltd. Moreno, J. (1974). Psicodrama. Buenos Aires: Hormé. Quinteros de Pellegrini, N. O. (2008). La recuperación del cuerpo y la palabra como instrumento terapéuticoen el proceso de curar. En A. Sava (2008), Arte y desmanicomialización. Una puerta a la libertad en Hospitales Psiquiátricos Públicos de Argentina (págs. 161-168). Buenos Aires: Ediciones Artes Escénicas. Ruddy RA, Dent-Brown K. Dramaterapia para la esquizofrenia o enfermedades similares a la esquizofrenia (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2008 Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com. (Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 3. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.). Schnell, E. (2010). Un teatro necesario. Buenos Aires: Ediciones Artes Escénicas. Schurzenberger, A. (1970). Introducción al psicodrama en sus aspectos técnicos. Madrid: Aguilar. Torres-Godoy, P. (10 de octubre de 2012). Dramaterapia: posibilidades en psiquiatría y salud mental. Obtenido de Escuela de Dramaterapia y Psicodrama de Santiago: https://archive.is/o/YpLvT/http://dramaterapia.cl/pdf/dramater.arti.2001.pdf Torres-Godoy, P. (20 de Noviembre de 2012). Quienes Somos: Edras. Obtenido de Edras: Procesos grupales y Creatividad: http://www.edras.cl/site/content/quienes-somos Torres-Godoy, P. (2001). Dramaterapia: dramaturgia, teatro y terapia. México: ALOM. Torres-Godoy, P., & Lucero, S. (2012). Dramaterapia y Psicodrama: Un encuentro entre el teatro y la terapia. Santiago de Chile: Ediciones Edras. 121
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XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” El posicionamiento ético del profesional psicólogo a la luz del marco legal vigente en el abordaje de las problemáticas contemporáneas Pimentel, J.; Mamana, F.V. [email protected] Universidad Nacional de Tucumán Resumen En las últimas décadas surgió el debate por problemáticas que revistieron gran preocupación para los miembros de la sociedad; y los psicólogos como profesionales colegiados fueron convocados (junto a otros) para dar respuestas y generar espacios de transformación de las mismas. Y esto dio lugar a un creciente y amplio campo de inserción para su práctica. Nombrar a esta sociedad, nos invita a reflexionar sobre las características que han permitido que hoy se estén dibujando nuevas formas de vinculación, nuevas formas de relación y de estar en el mundo. Y allí la transformación de los valores es inminente, donde los vínculos están representados por una fragilidad manifiesta, y desde este sentido las problemáticas que podremos visualizar están íntimamente ligadas a la fractura en el lazo social. Aquí las adicciones – como problemática social y contemporánea - tienen un papel protagónico, y por ende forman parte de nuestro escenario profesional como psicólogos. Proponemos en este trabajo analizar los atravesamientos normativos que se vislumbran desde la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, como faro en la intervención del profesional psicólogo ante las problemáticas de los sujetos que se encuentran en situación de adicciones –en tanto padecimiento mental y problemática que han dado lugar a los debates actuales-. Desde allí reflexionar desde el marco legal vigente. Ya que en esta Ley se expresan las líneas de acción y concepciones en salud que implica -hoy- una revisión de prácticas y concepciones jurídicas y sanitarias; que a su vez imprimen otras relaciones y aportes para el profesional de la salud mental. Quedando explícitas la relación tridimensional de la familia – Estado – equipo profesional que promueve la reivindicación de los derechos que les corresponde a los sujetos en situación de adicciones, principalmente por ser seres humanos, seres con derechos: sujetos de derecho. Desde esta perspectiva y entre las directrices que propone la misma, es importante destacar que los profesionales deben garantizar la autonomía de los sujetos, materializándose en la norma de consentimiento informado (Artículo 10), la idoneidad en su actuación (Artículo 13), la responsabilidad de preservar como principal contexto protector al familiar (Artículo 14), entre otros; y desde allí generar una Instancia donde se instala el concepto mismo de deontología, su dimensión 123
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” normativa y de allí la actitud que asume el profesional ante dicha dimensión; es decir su ética puesta de su quehacer profesional. Palabras claves: Problemáticas Contemporáneas: Adicciones – Ética y Quehacer Profesional – Ley de Salud Mental Introducción La complejidad del escenario social hoy reviste una multiplicidad de reflexiones y abordajes de problemáticas que se enmarcan en la sociedad contemporánea. Desde esta perspectiva, el uso de sustancias adictivas constituye un grave y complejo fenómeno social, es un problema de salud directamente relacionado con la familia, la educación, la comunidad, los decisores políticos, etc. Su extensión y relevancia demanda de una vocación sanitaria en los profesionales de la salud y la educación con un gran componente social y comunitario. Y es desde este campo que insistimos en la importancia de un análisis profundo del rol del profesional de la salud mental en general y de los psicólogos en particular en torno a la problemática de las adicciones a la luz de un cuerpo normativo como lo es la nueva Ley de Salud Mental. El presente trabajo que tiene por objetivo general analizar los atravesamientos normativos que se vislumbran desde la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, como faro en la intervención del profesional psicólogo en el abordaje de la problemática de las adicciones, enfatizando los aspectos éticos, políticos y sociales que se deben tener presentes tomando como referencia la mencionada Ley. Aproximación a las problemáticas contemporáneas: las adicciones en el contexto actual Nombrar a una sociedad contemporánea nos invita a reflexionar sobre las características que han permitido que hoy se esté dibujando una nueva forma de sociedad donde la transformación de los valores es inminente, donde los vínculos están representados por una fragilidad manifiesta, y desde este sentido las problemáticas que podremos visualizar están íntimamente ligadas a la fractura en el lazo social. Pensar en la red social donde se tejen las problemáticas actuales, es pensar en que éstas son respuestas a las prácticas sociales de cada época; las mismas se visualizan a través del desdibujamiento y el debilitamiento de la autoridad en los escenarios educativos, la inestabilidad laboral, la transformación de los roles familiares, etc. Desde esta perspectiva y según Zygmunt Bauman: una de esas características de la sociedad actual es el individualismo que marca nuestras relaciones y “las torna precarias, transitorias y volátiles”. Y es aquí lo que plantea el autor como modernidad líquida, una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen”. Esta estructura social ha ido configurando nuevos escenarios problemáticos en la sociedad como las adicciones. Cuando hablamos de problemas como por ejemplo el consumo de drogas, nos referimos a una problemática que ha sido entendida y 124
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” explicada de formas muy diferentes a través de la historia: fue en algún momento sólo un delito, luego fue considerada una enfermedad y hoy hablamos de un problema de salud social, que tiene que ver con lo médico-sanitario, con lo jurídico, entendido como las normas que rigen una sociedad y con las posibilidades que tiene cada persona de desarrollar su proyecto de vida. Y si pensáramos que la posmodernidad como la promoción de la inmediatez, el placer, el poco esfuerzo y el consumo (capitalismo) podríamos pensar que las personas que se encuentran en situación de adicción cumplen con el perfil ideal en su adaptación a la sociedad contemporánea. Es conocido que la relación subjetiva que la persona (adicto) establece con el objeto “droga” se da en condiciones concretas de existencias, y es desde aquí que a la problemática de las adicciones la podemos considerar como una patología social de insipiente incremento en los últimos años. El uso de sustancias adictivas constituye un grave y complejo fenómeno social, es un problema de salud directamente relacionado con la familia y los escenarios sociales actuales, donde se evidenció un incremento de los profesionales para los distintos ámbitos de intervención en el abordaje de la misma. Su extensión y relevancia demanda de una vocación sanitaria en los profesionales de la salud mental, además de impronta social que conlleva está problemática. Las adicciones como un problema de salud, exigen de una política de promoción, prevención específica y de un tratamiento particularizado en cada caso. Es así que esta problemática hoy nos exige la institucionalización de marcos normativos -como lo es la Ley Nacional de Salud Mental- para poder analizarla desde su complejidad y desde la participación, involucramiento e intervención de los profesionales de la salud mental. Y es en este contexto actual que la problemática de las adicciones sea un campo de actuación de los psicólogos y profesionales de la salud mental; entre otros actores sociales y comunitarios. La ley de salud mental: horizonte de análisis y cambio de paradigma La presente Ley Nacional de Salud Mental (sancionada en diciembre del año 2010), se halla transversalizada por los estándares internacionales de derechos humanos vigentes. En ella se marcan las líneas de acción y concepciones en salud que implica -hoy- una revisión de prácticas y concepciones jurídicas y sanitarias; que a su vez imprimen otras relaciones y aportes para el profesional de la salud mental. Dentro de los lineamientos que podemos tomar para analizar y valorizar los aportes y aspectos novedosos de la Ley, encontramos que claramente establece la defensa de los derechos de los pacientes, representando un elemento central para impedir las internaciones de personas por su peligrosidad, por ejemplo. Así también la visión de un equipo interdisciplinario genera una impronta de ampliación de miradas respecto a que la atención en salud mental esté a cargo de un “equipo interdisciplinario integrado por profesionales, técnicos y otros trabajadores capacitados con la debida acreditación de la autoridad competente (…) Se incluyen las áreas de psicología, psiquiatría, trabajo social, enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas o campos 125
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” pertinentes” Sumando a ello encontramos que el proceso de atención debe realizarse preferentemente fuera del ámbito de internación hospitalario y en el marco de un abordaje interdisciplinario e intersectorial, basado en los principios de la atención primaria de la salud, promoviéndose así la reconstrucción de los lazos sociales, que hacen su manifestación en el abordaje de esta problemática. Por otro lado, y a partir de artículo 27, donde se expresa que “Queda prohibida por la presente ley la creación de nuevos manicomios, neuropsiquiátricos o instituciones de internación monovalentes, públicos o privados. En el caso de los ya existentes se deben adaptar a los objetivos y principios expuestos, hasta su sustitución definitiva por los dispositivos alternativos...”; se refleja una instancia superadora donde se dibujan los atravesamientos de un trabajo interdisciplinario e intersectorial. Se genera también el advenimiento en la letra escrita de los procesos de democratización donde “…los profesionales con título de grado están en igualdad de condiciones para ocupar los cargos de conducción y gestión de los servicios y las instituciones, debiendo valorarse su idoneidad para el cargo y su capacidad para integrar los diferentes saberes que atraviesan el campo de la salud mental. …” De esta manera produce una ruptura con el orden legal basado en la psiquiatría en especial en el campo de los derechos humanos. El principalmente el paciente pasa a ser considerado un sujeto de derecho que debe consentir la práctica profesional propuesta (consentimiento informado), se revaloriza el lugar de da familia quien debe colaborar y responsabilizarse en el proceso de tratamiento, y siendo considerada desde su efecto protector y es en esta lógica que el Estado, intervendrá evaluando y asegurando el acto clínico, a través de organismos (el Ministerio de Salud Nacional, la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos Nacional, y el Ministerio Público de Defensa) que revisen la vigencia de los plenos derechos de los pacientes y garantizando la instalación de dispositivos de salud que permitan llevar adelante estas nuevas prácticas comunitarias en Salud. Quedando explícita la relación tridimensional de la familia – Estado – equipo profesional que promueve la reivindicación de los derechos que les corresponde a los sujetos en situación de adicciones, principalmente por ser seres humanos, seres con derechos: sujetos de derecho. El abordaje de las adicciones y los dilemas éticos Si partiéramos de la premisa que las adicciones constituyen una de las principales causas de muerte en la actualidad y una serie de dificultades en la vida de relación de los sujetos que están en situación de adicciones (desde conductas violentas, hurtos, alejamiento de la familia, entre otros), podemos – como mencionábamos líneas atrás- resaltar la importancia de definir estrategias de abordaje que reflejen respuestas a las necesidades actuales de la sociedad. La adicción constituye así un proceso en el cual se va perdiendo gradualmente la independencia ante una determinada droga, por lo que el individuo no encuentra otro camino de resolver sus problemas y de ser feliz que no sea la elección por las drogas. 126
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Desde aquí que toda intervención en el campo clínico y social, se considera fundamental la relación profesional- paciente. Los psicólogos en primer lugar, además de todos los profesionales que de una forma u otra están relacionados con el abordaje terapéutico, se enfrentan con la verdadera complejidad de la personalidad humana, debido a la gran cantidad de factores biológicos, genéticos, culturales y sociales que juegan un papel importante en la vida de los sujetos que se encuentran en situación de adicciones. En esta línea es relevante tener en cuenta los problemas éticos que se pueden presentar, siendo los siguientes dilemas éticos que con mayor frecuencia se presentan en el actuar diario del psicólogo que aborda profesionalmente las adicciones. En primera instancia podríamos mencionar el profesionalismo del psicólogo o psicóloga. En este aspecto se juega la idoneidad del profesional en la utilización de herramientas pertinentes en el abordaje de la problemática que asiste al paciente y da cuenta de un marco teórico, metodológico y hasta epistemológico del profesional, es su manera de ver el mundo y que la pone al servicio de esta problemática multicausal. Sin desestimar la idea de un abordaje multidisciplinario, teniendo en cuenta los aspectos médicos y psicológicos, los aspectos sociológicos y hasta espirituales. En otras palabras, para ejercer el abordaje de esta problemática es necesario adoptar una adecuada orientación terapéutica en lo referido a la preparación personal y el enfoque que se utilice, motivando una idónea orientación de las estrategias que utilice el profesional. Como lo plantean Rojas y Nápoles (reflexiones éticas del psicólogo) es conveniente destacar que el psicólogo no solo debe ser competente y profesional en la labor que desempeñe, además debe tener una sólida formación ética y humanística, la cual le permitirá adquirir plena conciencia de su rol profesional y evaluar en cada momento la actuación justa y correcta frente al que solicita ayuda, especialmente en el campo de la salud humana y a la vez convertirse en paradigma de conductas ajustadas para la sociedad. La supervisión resulta otro aspecto de vital importancia en el cumplimiento acertado del quehacer profesional, desde una dimensión ética. Sin una estructura que funcione de manera correcta en el control del trabajo psicológico en la terapia con adictos es casi imposible que se cumpla en su totalidad el trabajo ético que debe desempeñar el psicólogo y por ende el trabajo multidisciplinario. Por otro lado, en el abordaje de sujetos en situación de adicciones, surgen otros posibles dilemas éticos referidos a la medida en que el paciente es capaz de ir ganando autonomía con la colaboración del equipo de abordaje. El principio de autonomía contempla la idea de que a los pacientes se les debe respetar sus voluntades, por lo que es necesario que estén bien informados para su toma de decisión y plenamente capaces desde el punto de vista psicológico. Por último y no menos importante, la confidencialidad es el otro dilema ético que suele surgir y que tienen mayores consecuencias negativas puede traer en el 127
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” abordaje, dado que en el mismo es muy importante tener como premisa el respeto por la intimidad del paciente en situación de adicciones. Para que una estrategia terapéutica dé el resultado esperado, la intimidad debe ser abordada por los profesionales y por los demás miembros de la comunidad terapéutica de forma correcta. No obstante, el profesional debe informarse en cuál es el alcance del derecho del individuo a preservar su intimidad. Una parte de este derecho es el que se refiere a la confidencialidad de los datos de sí mismo, que el profesional y el equipo terapéutico debe preservar celosamente. En este sentido cabe destacar que la red de relaciones que se tejen en el abordaje de esta problemática, no es solamente una relación a la que se aplican estrategias clínicas o se tienen consideraciones éticas, sino que también, y sobre todo se construye una relación basada en la confianza, en la credibilidad y por ende se constituye sobre pilares axiológicos, de responsabilidad y de acceso a la libertad – en algún momento privada por la misma patología-. La interacción del profesional psicólogo con la Ley Nacional de Salud Mental Los atravesamientos normativos que se vislumbran desde la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, constituyen un faro y marco regulatorio en la intervención del profesional psicólogo en las problemáticas de los sujetos que se encuentran en situación de adicciones –en tanto padecimiento mental-. Rescatando la noción de salud mental (Artículo 3) que propone la mencionada Ley, podemos definirla como un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos; cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona. A partir de lo que nos propone Andrea Ferrero, el campo profesional se nutre de una dimensión ética que enmarca las condiciones de accionar del profesional; implicando la vinculación de obligaciones y derechos. Desde aquí la práctica de la psicología (sea cual fuera el campo de actuación), deberá atenerse a las pautas éticas propias de los códigos deontológicos profesionales y las reglamentaciones vigentes pertenecientes al derecho positivo. Y aquí el sujeto que es sujeto de intervención del campo de la salud mental, está amparado por numerosas legislaciones generales y específicas (M. Fariña 1994) y es en ellas que adquiere importancia la reflexión que se materializa de los derechos humanos en este campo de actuación: las adicciones. Desde esta perspectiva y pensando que el profesional de la salud mental debe velar por la bienestar e integridad (que se manifiestan en los principios de la Bioética y Psicoética de Beneficencia, Autonomía y Justicia) de los pacientes y entre las directrices que propone la Ley, es importante rescatar que los profesionales deben garantizar la autonomía de los sujetos, materializándose en la norma de consentimiento informado (Artículo 10), la idoneidad en su actuación (Artículo 13), la 128
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” responsabilidad de preservar como principal contexto protector al familiar (Artículo 14), entre otros; y desde allí generar una Instancia donde se instala el concepto mismo de deontología, su dimensión normativa y de allí la actitud que asume el profesional ante dicha dimensión; es decir su ética puesta de su quehacer profesional. El mismo se va constituyendo desde un efecto singular, donde la relación que hace el profesional con los cuerpos normativos va a ir más allá de lo que la letra escrita propone, sino a la dimensión ética que se va construyendo en su rol que refleja en su cotidianidad, en su quehacer profesional. Conclusiones Pensar que las adicciones están siendo un problema cada vez analizado desde diferentes perspectivas, como una problemática sociocultural, nos permite advertir que no se puede afrontarla desde un solo aspecto, ya que posee múltiples causas que deben ser abordadas por un equipo multidisciplinario e intersectorial, centrando la atención en el individuo, la familia y la comunidad. Además si tenemos en cuenta la historia de las vulneraciones a los derechos humanos en general, y de las personas con padecimiento mental en particular a lo largo de los años, nos parece de vital importancia enfatizar cada lineamiento que apunte a proteger y promover todo lo que respecta al ámbito de la salud mental y los derechos humanos. La promulgación de la Ley Nacional de Salud Mental, aportó una impronta significativa en este camino: desde un cambio de paradigma jurídico en el pasaje de alguien como objeto, a alguien como sujeto humano en su integridad; hasta el lugar, la responsabilidad y el compromiso que demanda en los profesionales de la salud mental desde su letra escrita. Entendemos los lineamientos que propone la ley como aspectos que apuntan a resignificar los lazos sociales, salvando la brecha que existía (y existe) al provocar en las personas con padecimiento mental todas las consecuencias negativas que conlleva el encierro, el maltrato, y las prolongadas internaciones en neuro-psiquiátricas. Y es aquí donde se va dibujando la interacción del profesional de la salud mental (entre ellos los psicólogos) con el cuerpo normativo que analizamos en este trabajo, facilitando la comprensión de los principales aportes de la Ley y de cómo se produce la relación del profesional con la Ley Nacional de salud mental, desde un lugar singular, rescatando la construcción de un rol profesional desde su dimensión normativa; y como es en ese quehacer en distintos niveles de intervención (trabajando con personas en situación de adicciones) que se dibuja su ethos profesional. Referencias Bibliográficas Bauman, Z. (2007) Introducción. Ética posmoderna. Bs. As. Ed. Siglo XXI 129
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Calo, O. (2002) La interacción del profesional con los códigos. Revista argentina de psicología Año XXXIV, N°45. APBA. Cataldo, R. y Hermosilla, A. M. (2013) La Ley Nacional de Salud Mental y la formación de los Psicólogos. Universidad de la Plata. Díaz, E. (2000) Posmodernidad. (Selección bibliográfica). Ed. Biblos Ferrero, A.(2002) Importancia de los derechos humanos en los códigos deontológicos de psicología en la Argentina. Revista Argentina de Psicología. Año XXXIV – No 45- Apba Franca Tarragó, O. (1996) Ética y Psicoética. Introducción a la Psicoética. Cap. 1. El profesional de la Psicología y su Ethos. Montevideo. Ed. Descleé. Ley Nacional de Salud Mental 26.657. López Guzmán, J. (1994) Aproximación al concepto de deontología. Revista Persona y Derecho, 30. Rojas G, Nápoles Y. (2002) Algunas reflexiones sobre la ética del psicólogo. Gaceta Médica Espirituana. Touse, G. (2011) Prevención del Consumo Problemático de drogas. Un enfoque educativo. Ministerio de Educación de la Nación. Editorial Troquel. Vazquez Rocca, A. (2008) Zigmunt Bauman: Modernidad Líquida y fragilidad humana. Revista Nomadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Universidad Complutense de Madrid. 130
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” El quehacer del profesional psicólogo en ámbitos públicos. Entrecuzamientos discursivos. Pimentel, Javier [email protected] Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Tucumán Resumen Los escenarios actuales de la sociedad contemporánea trajeron aparejado para los profesionales psicólogos un creciente y amplio campo de inserción para su práctica. Dando lugar a que el profesional de la psicología realice cada vez más aportes en la gestión y desarrollo de políticas públicas. Desde esta perspectiva, la invitación es recuperar la importancia de rol del psicólogo en la transformación de espacios comunitarios vinculado con el desarrollo sano e integral de los niños y niñas y a la implementación de líneas programáticas de gestión pública. Para ello tomaremos como premisas los atravesamientos del marco legal vigente (Ley de Protección Integral de niños niñas y adolescentes, Ley Nacional de Salud Mental, Reformulación del Código Civil y Comercial, entre otras) y partiremos de la idea de conceptualizar y poner en escenario de debate y reflexión al cuidado de los niños en general y de los niños y niñas en escenarios de alta vulnerabilidad en particular. El poder revisitar estas prácticas heredadas fue una de las tareas encomendadas a los profesionales de la psicología (en sinergia con otras profesiones) y allí surgieron en la Provincia de Tucumán diferentes propuestas, que fueron acompañadas e impulsadas por políticas públicas, como ser los Centros de Cuidado y Nutrición Infantil, desde un enfoque preventivo y de involucramiento comunitario. Esta lectura nos invitó a encontrar dentro de cada escenario social y comunitario estrategias y acciones que respeten la singularidad de sus contextos, a la vez que dio respuesta a la demanda existente en el marco de promoción y garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el territorio de la provincia de Tucumán. Desarrollo La idea de conceptualizar y poner en escenario de debate y reflexión al cuidado no revistió el horizonte de preocupaciones, sino hasta la década de los setenta, donde 131
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” a la vez surgía el posicionamiento crítico de las voces feministas en torno a la perspectiva económica. Desde entonces, se puede trazar una línea histórica de desarrollo y cambio en la conceptualización del tema, desde la visibilización del trabajo doméstico, el debate sobre qué se produce en el hogar y la conceptualización de esas tareas en el estudio de la relación entre los procesos sociales de producción y reproducción, hasta el análisis de los regímenes de bienestar utilizando la noción de cuidado. Hoy casi cinco décadas después, las configuraciones sociales y los escenarios familiares y comunitarios visualizan un cambio significativo en torno a la tarea de cuidado, como eminentemente doméstica. Realidades que se nutren de singularidades, y hacen revisitar las prácticas heredadas desde el estado de Bienestar. Surgen así diferentes propuestas, que fueron acompañadas e impulsadas por políticas públicas, entre ellas los Comedores Infantiles o Comunitarios, que cumplían una misión eminentemente alimentaria. Pero algunos se animaron a más, un poco por las realidades de las comunidades, por las demandas sociales actuales y otro poco por el afán de reinventarse para dar respuesta comunitaria a lo que se teje en los entramados colectivos. Surgen así los Centros de Cuidado y Nutrición Infantil. El proyecto Centros de Cuidado y Nutrición infantil es una propuesta que se encuentra en el marco del programa de Reconversión de Comedores Infantiles, llevado a cabo y acompañado por la Dirección de Políticas Alimentarias de la Provincia de Tucumán. Pensar en esta instancia de reconversión, desde ahora “transformación de Comedores Infantiles” fue una tarea de visualización compleja (y aún hoy lo es) donde aquellas zonas de alta vulnerabilidad social enfrentaban cada vez mayores problemáticas y sus protagonistas eran los niños. Desde esta mirada la presencia de adultos responsables en el cuidado de los niños es prioritaria; tareas que por diversos motivos se dificultada para ser llevadas a cabo por los adultos responsables directos de los niños y niñas en sus redes familiares. Esta lectura nos invitó a elevar la mirada culpabilizadora respecto a la función paterna, y encontrar dentro de cada escenario social y comunitario estrategias y acciones que respeten la singularidad de sus contextos, a la vez que dio respuesta a la demanda existente en el marco de promoción y garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el territorio de la provincia de Tucumán. Tarea que se llevó a cabo por el involucramiento de diferentes actores (estado, sociedad civil y comunidad), siendo acompañados permanentemente por un equipo interdisciplinario; recuperando la importancia de rol de profesionales psicólogos en la transformación de espacios comunitarios vinculado con el desarrollo sano e integral de los niños y niñas y a la implementación de líneas programáticas de gestión pública. Para ello tomaremos como premisas los atravesamientos del marco legal vigente (Ley de Protección Integral de niños niñas y adolescentes, Ley Nacional de Salud Mental, Reformulación del Código Civil y Comercial, entre otras) y partiremos de la idea de conceptualizar y poner en escenario de debate y reflexión al cuidado de los niños en general y de los niños y niñas en escenarios de alta vulnerabilidad en particular. 132
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Esta línea programática se llevó a cabo en diferentes etapas, partiendo de lectura diagnostica y la sensibilización de aquellos referentes y líderes sociales que sostienen espacios comunitarios vinculados a la nutrición infantil. Y así se sentaban los cimientos para la transformación de los características espaciales y simbólicas de cada uno de estos espacios, impulsando actividades de contención y desarrollo de las competencias cognitivas, afectivas y de relación en los niños y las niñas que acudían a los Comedores Infantiles, a la vez que madres, padres y otros actores comunitarios se comprometen e involucran en tareas relacionadas al cuidado de los mismos, fortaleciendo así lazos comunitarios y de solidaridad que se percibían como fracturados. En una primera etapa, nos encontramos con las voces de los actores que hoy conviven con estos niños y niñas, permitiendo encontrar lo común y lo que nos diferencia, esas características de singularidad que definen el marco contextual de cada intervención (que podríamos pensar) en cada comunidad. Sustentado en el ánimo de que el cambio es posible, el poder de construir con otros, recuperando en cada encuentro, en cada visita y en cada acción el espíritu de la propuesta y visualizando lo posible… implico el animarse a salir de la zona de confort y de seguridad en la que habitábamos. El proyecto es una de las alternativas a la oferta formal de la Dirección de Políticas Alimentaria, y centra su atención en el desarrollo de los niños y niñas, cuyo diseño y enfoque se sustenta en generar espacios lúdicos/expresivos/creativos para aquellos chicos que asistan a los espacios; movilizado y captando a los diferentes actores de la comunidad en tareas relacionas a su cuidado, y esto me hace recordar lo propone el antiguo proverbio africano: “Para cuidar a un niño, ha falta una aldea entera”. Conclusiones Si pensáramos ¿en qué consiste el “buen” cuidado? Podríamos ver que no hay estándares definidos al respecto. La idea de lo que implica el cuidado, así como las formas de manifestarlo han cambiado y son contingentes al momento sociohistórico en el que nos encontramos. Se trata de valores e ideologías que están en curso de cambio, y hay una multiplicidad de factores que lo definen, así como miradas al respecto. Todavía predominan visiones maternalistas en relación al cuidado, donde el lugar de la madre sigue siendo el más valorado jerárquicamente, y otras alternativas son visualizadas desde sus expectativas monetarias. Estas ideas, y otros factores, ponen de manifiesto la complejidad de pensar en la generación de espacios de cuidado que sean sostenidos por la misma comunidad estrechando los lazos de solidaridad y confianza. A la vez reviste uno de los desafíos del proyecto, poder motorizar formas de organización comunitaria que apunten a la 133
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” tarea de cuidar a nuestros niños y niñas, tarea que se halla cada vez en auge por las realidades y problemáticas que se leen en el territorio comunitario. Escenario que se tiñe de situaciones de alerta y de complejidad, que van más allá de situaciones de riesgo nutricional (por lo que surgen respuestas como los Comedores Infantiles), se dan por la manifestación de problemáticas de violencia, consumo problemático de sustancias, conductas autolesivas, y otras que muestran un entramado social que requiere respuesta en el aquí y ahora, pero a la vez necesitan que se gesten estrategias preventivas, y en esa lógica pensamos a los CCNI, como aquellos espacios comunitarios que desde el amor, la contención y el cuidado generar entornos protectores para nuestros niños y niñas, dibujando posibilidad de transformación social a la vez que se impregnas de acciones que apuntan a su sano e integral, y que dan cuenta de las posibilidades de una comunidad de hacerse cargo, de hacer frente a una realidad que se presenta como cruel, pero que desde la movilización y el involucramiento comunitario hace que la tarea sea posible, no negamos que es compleja, pero en esa posibilidad es que se gesta en cambio del escenario que deseamos para nuestros niños, un escenario de cuidado. Referencias Bibliográficas Bauman, Z. (2007) Ética posmoderna. Introducción. Bs. As. Ed. Siglo XXI. Bustelo Graffigna, E. Infancia e Indefensión. Rosario, Argentina. Homo Sapiens. Castel, R. (2003) La Inseguridad Social. ¿Qué es estar Protegido? Buenos Aires. Argentina Editorial Manantial. Díaz, Esther (200) Posmodernidad. (Selección bibliográfica). Ed. Biblos. Echeverría, R. (2008) La Ontología del Lenguaje. Ed. Granica Ley de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes 26061 Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Plan Nacional de Seguridad Alimentaria. Oszlak, O (1997) Estado y Sociedad: ¿Nuevas reglas de juego?. Caracas. CLAD 9. Touzé, Graciela (2010) Prevención del consumo problemático de drogas. Un enfoque educativo. Buenos Aires. Troquel. El rol del Acompañante Terapéutico en el fortalecimiento del Yo de residentes de Casas de medio camino Ferreyra, D. M.; Moreira, V. N. [email protected] Resumen 134
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” En el presente trabajo, basado en nuestro Trabajo Integrador Final de la Licenciatura de Psicología, se busca poder transmitir, en líneas generales, los cambios que se están produciendo en el campo de la Salud Mental, y nuevas áreas de investigación que se están abriendo y que necesitan ser profundizadas respecto a los modos en que el acompañante terapéutico, desde su rol como agente de salud, puede realizar un aporte en el apuntalamiento yoico de residentes de una Casa de medio camino. Ésta es una institución de puertas abiertas, en que habitan transitoriamente personas con padecimiento subjetivo, el tiempo que requieran para completar su reinserción comunitaria y su inclusión social. Se busca empoderar a los residentes y promover su autonomía y libertades, brindando herramientas y apoyo. En muchas de ellas, los acompañantes terapéuticos comparten durante gran parte del día la cotidianeidad de los sujetos, realizando un abordaje grupal e interviniendo en la subjetividad individual, de acuerdo a los lineamientos terapéuticos acordados con su equipo interdisciplinario. Para pensar las funciones yoicas que se pueden ver “fortalecidas” o “apuntaladas”, partimos de la Teoría psicoanalítica, y en particular, de los aportes de Bellak, Hurvich y Gediman , que realizan una sistematización de las mismas para su estudio, con la creación de la “Evaluación de las Funciones del Yo”. Introducción En el campo de la Salud Mental, nos encontramos atravesando un cambio de paradigma, del asilar/tutelar hegemónico, al promotor de los derechos humanos. Éste cambio, si bien ha adquirido cuerpo en Argentina a partir de leyes nacionales y provinciales en los últimos años, lleva décadas de gestación. Históricamente, el tratamiento de la locura y los padecimientos psíquicos graves ha tenido como marca distintiva la segregación: los sujetos diagnosticados son encerrados en manicomios, instituciones totales que se expresan en una arquitectura panóptica, vigilante, en una práctica des-subjetivante, represiva, y en una relación social de dominación (Barukel, 2013). Siguiendo a Amico (2005 citado en Ianantuony, s.f.), la institucionalización, se compone por “tres aspectos que cierran en círculo trágico: el juicio de la peligrosidad; la necesidad de control y de vigilancia asilar y la idea de irreversibilidad y cronicidad” (p.5). Progresivamente se fue estableciendo una lucha por la desmanicomialización, que conlleva la sustitución del dispositivo manicomial, con su tratamiento del padecimiento mental basado fundamentalmente en el encierro y la negación del sujeto, por nuevas formas de abordaje y atención (Barukel, 2013). En nuestro país se fueron realizando avances en materia de Salud Mental, hasta llegar en 2010 a la promulgación de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657, y la Ley Provincial de Protección de la Salud Mental 9.848 en Córdoba. Éstas últimas reconocen el derecho de los pacientes a ser tratados con la alternativa terapéutica menos restrictiva de sus derechos, autonomía y libertades, y que promueva la integración familiar, laboral y comunitaria, entendiendo a la internación como una medida 135
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” restrictiva que sólo debe ser aplicada como último recurso terapéutico. Siguiendo esta línea, legitiman a lo largo de sus artículos distintos dispositivos alternativos a la institución manicomial para el tratamiento del padecimiento subjetivo. En los artículos 14, 23, 27 y 40 de la Ley 9.848 se nombran, por ejemplo, las Casas de Medio Camino y el Acompañamiento Terapéutico (A.T.). El Acompañamiento Terapéutico “es un dispositivo que permite diseñar una estrategia adecuada a la singularidad de cada paciente, dependiendo de la situación que el sujeto esté atravesando” (Dragotto y Frank, 2008, p.1). Siguiendo a Nora Cavagna (1996), el acompañante terapéutico (a.t.) se inserta en la vida cotidiana del sujeto, trabajando en un nivel vivencial, no interpretativo, dentro de un equipo interdisciplinario. El Acompañamiento Terapéutico se desarrolla en diversos contextos, adquiriendo diferentes modalidades. Uno de ellos ha sido el dispositivo de Casa de medio camino, en donde los Acompañantes Terapéuticos trabajan con los sujetos que acuden a la misma, o residen en ella. El abordaje es grupal y se interviene en la subjetividad individual de acuerdo a los lineamientos terapéuticos que con su psicólogo, psiquiatra o equipo se han acordado. Tomando como base el Decreto Nº 1022/11 de reglamentación de la ley N° 9.848 de la Provincia de Córdoba, y la Carpeta institucional de Caleidoscopio (s.f.), podemos definir a la Casa de medio camino como un establecimiento que aloja a personas con padecimiento subjetivo que presentan dificultades para convivir con su grupo familiar o en forma individual o independiente. Se ofrece como un espacio de contención que busca facilitar la socialización y la independencia, promoviendo el aumento progresivo de la autonomía y el autocuidado en el sujeto, reconociendo y fortaleciendo habilidades necesarias para la vida diaria. La transitoriedad, de acuerdo a la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones (Argentina, s.f.), es una característica clave, ya que se trata de un servicio de residencia que dura el tiempo que sus usuarios requieran para completar su reinserción comunitaria y su inclusión social. Los Acompañantes Terapéuticos en este dispositivo desenvuelven un rol de referente social inmediato y cotidiano con los residentes, con quienes tienen un contacto diario, y se ofrecen como una propuesta vincular, un vínculo diferente a los existentes en la trama del sujeto. De acuerdo a la Curaduría general de alienados (s.f.), la función terapéutica de la Casa de Medio Camino está sustentada en una cotidianeidad compartida entre el paciente y el acompañante. Claramente las intervenciones del A.T. tienen un efecto en el psiquismo del paciente, por lo que nos preguntamos: ¿Cómo interviene el Acompañante Terapéutico, desde su rol específico, en el apuntalamiento del Yo de residentes de Casas de medio camino? A partir de éste interrogante, planificamos un proyecto de investigación exploratoria a realizar en una Casa de medio camino de la ciudad de Córdoba. Éste consta de tres partes: en una primera, se realizan observaciones participantes en el transcurso de los turnos de trabajo de la totalidad de los Acompañantes Terapéuticos. Se toma como foco de observación sus intervenciones hacia los residentes, el contexto en que se 136
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” realizan, y la respuesta que provocan. En una segunda etapa, se realizan entrevistas semi-estructuradas a la totalidad de los Acompañantes Terapéuticos, tomando ciertos ejes de interés, y pudiendo indagar sobre situaciones relevantes registradas en las distintas observaciones. Por último, se da curso a la sistematización de los datos recolectados en ambas etapas, realizando una discriminación entre las intervenciones que podrían apuntalar el yo de las que no. Para ello, tomamos los aportes de Bellak, Hurvich y Gediman (1973, citado en Gonzalez de Rivera y de las Cuevas, 1992), quienes al observar que los pacientes exhibían diferentes patrones del funcionamiento del Yo, consideraron útil evaluar de forma independiente cada una de las funciones. Para ello, desarrollaron la “Evaluación de las Funciones del Yo”, suministrando una metodología sistemática para el estudio de procesos psicodinámicos, seleccionando 12 funciones: Contacto con la realidad; Juicio crítico de la realidad; Sentido de la realidad del mundo y del sí mismo; Regulación y control de pulsiones, afectos e impulsos; Establecimiento de relaciones objetales o interpersonales; Procesos cognitivos; Regresión adaptativa; Mecanismos de defensa; Filtro de estímulos; Funcionamiento autónomo; Funcionamiento sintético-integrativo y Competencia y dominio. Conclusiones Mediante el presente trabajo buscamos poder transmitir, en líneas generales, los cambios que se están produciendo en el campo de la Salud Mental, y nuevas áreas de investigación que se están abriendo y que necesitan ser profundizadas. A través de nuestro proyecto, esperamos sentar bases para futuras hipótesis e investigaciones, tanto para el desarrollo del Acompañamiento Terapéutico, como para el enriquecimiento de la práctica en el tratamiento del padecimiento subjetivo. Referencias Bibliográficas Argentina, Dirección nacional de salud mental y adicciones (s.f.). Casas de medio camino: qué son y qué rol cumplen. Recuperado de http://www.msal.gov.ar/saludmental/index.php?option=com_content&view=article&id=375 %3Acasas-de-medio-camino-que-son-y-que-rol-cumplen&catid=4%3Adestacados-slide375 Barukel, A. (2013). Estado. Política. Locura. Aproximaciones a la nueva ley de salud mental 26.657. Revista Cátedra Paralela, No. 9, 55-75. Caleidoscopio, casa de medio camino (s.f.). Carpeta Institucional. Ciudad de Córdoba, Argentina: Daglio, M. & Lascano, B. Cavagna, N. (1996). ¿Qué es el Acompañamiento terapéutico? Revista de Psiquiatría Dinámica y Psicología Clínica. Recuperado de http://psiquiatrico- creandonexos.blogspot.com.ar/2011/05/que-es-el-acompanamiento.html Curaduría general de alienados de la Procuración general de la suprema corte de justicia de la provincia de Buenos Aires (s.f.). Programa de rehabilitación psicosocial – Centro de día y casas de convivencia. 137
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” Decreto No 1022/11 de reglamentación de la ley No 9.848. Publicado en Boletín oficial. Provincia de Córdoba, Argentina, 28 de Diciembre de 2012. Dragotto, P. & Frank, M.L. (2008). Acompañamiento terapéutico. Ficha de cátedra de Psicología Clínica. Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Córdoba. Gonzalez de Rivera, J.L. & de las Cuevas, C. (1992). La evaluación psicodinámica de las funciones del yo. Psiquis, 13, 287-324. Ianantuony, C. (s.f.). El Trabajo Social en el campo de la Salud Mental: Prácticas de reproducción y/o prácticas de transformación. Una mirada epistemológica. Ley No9.848. Ley provincial de protección de la salud mental. Publicada en boletín oficial. Provincia de Córdoba, Argentina, 05 de Noviembre de 2010. Ley No26.657. Ley nacional de salud mental. Publicada en boletín oficial N° 32041. Argentina, 03 de Diciembre de 2010. 138
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” El rol del AT en los equipos interdisciplinarios Banszczyk, B.; Gonzalez, K. [email protected] Resumen El presente trabajo tiene como finalidad poder transmitir las posibilidades que devienen de la incorporación del dispositivo de Acompañamiento terapéutico a los equipos de salud mental. El acompañante terapéutico es un agente de salud, que se integra a los equipos interdisciplinarios, es una práctica nacida por los años 60 en la Argentina, como una alternativa a los clásicos tratamientos psiquiátricos dados en la época, surge de un posicionamiento desde la cual se considera que el sujeto que padece alguna problemática en salud mental, no debe ser apartado de su entorno. De esta manera la clínica del acompañamiento se da en la cotidianeidad del paciente, casa, parques, escuelas o lugares que el mismo transite. Los procesos psicoterapéuticos en la infancia imprimen la necesidad de un abordaje multifocal e integral, debido a las aristas que incluyen dicho tratamiento (familia, escuela, equipos compuestos por varias disciplinas, etc.). En estos casos, una estrategia de trabajo interdisciplinaria, la cual incluya Acompañamiento Terapéutico, constituye una herramienta privilegiada a partir del cual se pueden implementar distintas modalidades de intervención. El rol del a.t permite dinamizar la tarea, realizando intervenciones en diferentes escenarios, ampliando así las redes de contención de niños con problemas de salud mental, extendiendo los objetivos terapéuticos a la cotidianeidad del sujeto, lo cual no sería posible sin dicho actor. Además, habilita espacios de intercomunicación con el equipo interdisciplinario, aportando diferentes observaciones, otorgando más visiones sobre cuestiones relacionadas al niño y su entorno, y brindando información al equipo sobre aspectos de relevante importancia. Los invitamos a acompañarnos en el recorrido que realizaremos por los múltiples senderos de este rol tan apasionante. Desarrollo El siguiente trabajo nace de la intención de poder poner de manifiesto el rol del acompañante terapéutico en la psicología clínica, principalmente en el trabajo con niños. En el transcurso del mismo se conceptualiza dicha modalidad y se plasma su importancia en el marco de una estrategia terapéutica. El AT no es sólo un recurso 139
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” técnico o una herramienta de la cual se puede hacer uso, sino que implica una dimensión mucho más amplia, en tanto permite pensar junto a los equipos interdisciplinarios nuevos modos de tratamiento en Salud Mental. Con ello nos referimos a que el AT aporta a la clínica la posibilidad del establecimiento de un abordaje absolutamente singular, pensando en la subjetividad del paciente por sobre el diagnóstico, aunque teniendo presente la importancia del mismo. “El AT es un dispositivo que permite diseñar una estrategia adecuada a la singularidad de cada paciente (….) para ello el acompañante terapéutico se inserta en la vida cotidiana del paciente, donde este se encuentra compartiendo con él “su mundo”, su cotidianeidad. Trabaja siempre inserto en un equipo terapéutico colaborando, siguiendo y expandiendo la estrategia del terapeuta.” (Dragotto; Frank. 2012). El acompañante terapéutico es un agente de salud, que se integra a los equipos de salud mental, una práctica nacida en los años ‘60 en la Argentina, como alternativa a los clásicos tratamientos psiquiátricos dados en la época. Surge de un posicionamiento epistemológico desde la cual se considera que el sujeto que padece alguna patología, no debe ser apartado de su entorno. Lo cotidiano, lo vincular y el trabajo en equipo consideramos que son elementos definitorios de este campo (Dragotto; Frank. 2012). De esta manera es que el acompañamiento acontece en la cotidianeidad del paciente, en los caminos que este transita, cualquiera sean estos (Casa, parques, escuelas, etc.). Esta es una de las principales características del dispositivo, se posiciona en un lugar particularmente ético, de respeto genuino por aquel que padece, y considerando que él es el principal protagonista en la escena de lo que llamamos “tratamiento”. Lo vincular, en tanto y en cuanto es solo en el vínculo, y a través del vínculo, que las intervenciones podrán ser efectivas, y esto hace a su especificidad. El AT se inscribe en el marco de un equipo, y desde allí es habilitado para ampliar y multiplicar las miradas, las escuchas y las situaciones en las que el tratamiento está presente para el paciente. Los procesos psicoterapéuticos en la infancia imprimen la necesidad de un abordaje multifocal e integral, debido a las aristas que implica (Equipos compuestos por varias disciplinas, familia, escuela, etc.). En estos casos, una estrategia de trabajo interdisciplinaria, la cual incluya AT, constituye una herramienta privilegiada a partir del cual se pueden implementar distintas modalidades de intervención, de mayor proximidad al sujeto, y con ello, también a las posibilidades de estar presente mientras las situaciones acontecen, y todo lo que ello permite, a diferencia de los demás profesionales pertenecientes al equipo, que generalmente trabajan con el después de los acontecimientos. El rol del AT permite dinamizar la tarea, ampliando las redes de contención de niños con problemas en salud mental, extendiendo los objetivos terapéuticos a la cotidianeidad del sujeto, lo cual no sería posible sin dicho actor. Además, habilita espacios de intercomunicación con el equipo interdisciplinario, aportando diferentes 140
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” observaciones, otorgando más visiones sobre cuestiones relacionadas al niño, su entorno, y brindando información al equipo sobre aspectos de relevante importancia. Podríamos definir que dentro de las intervenciones que realiza el AT, podemos identificar dos tipos de intervenciones, “cada una con característica particular: por un lado, la finalidad que conllevan y por el otro el plano intrapsíquico al que apunta, es decir para qué se interviene y dónde se interviene” (Benítez; Del Corro. 2014), por ello dentro del campo del acompañamiento terapéutico las intervenciones en la infancia tienen su propio lenguaje, ya que no sólo se interviene a nivel de la palabra, sino que también se trabaja, según la singularidad y la estrategia pensada para el caso, desde: contacto físico, gestualidad, juego, dibujo, paseo, etc. Estos son recursos indispensables en esta etapa evolutiva, generan la necesidad de pensar cómo entran en juego cada uno de ellos para determinado niño, y con qué objetivos son tomados como soporte. Los distintos lugares desde los cuales cada profesional se ubica, dentro de un equipo interdisciplinario, aporta una parte al todo, y es aquí donde el acompañamiento cobra real sentido, ya que su mirada, no es otra que la del paciente, esto posibilitado por el caminar día a día junto al niño, incluyendo los detenimientos en la marcha tras sus dudas, los avances repentinos tras saltar de un brinco un charco de barro, por las corridas repentinas o los descansos necesarios para reponer energías. Así, el AT se da lugar a cuestionar-cuestionarse, lo que le está sucediendo a ese sujeto, el para qué de su conducta, obligándonos a salir del pensamiento lineal, de causa efecto, para entrar en el paradigma de la complejidad, con la posibilidad de habilitar la escucha, pero por sobre todo, dando espacio suficiente a la emergencia de un canal que contiene, sostiene y permite el despliegue de un discurso, a la palabra del sujeto. De esta manera es posible encontrar sentido a eso que a veces no se logra comprender acabadamente, el estar ahí permite dejar de buscar sentidos para comenzar a conocer “el sentido” del síntoma del niño, lo cual es clave para direccionar o redireccionar un tratamiento a medida para este sujeto. A través de un caso clínico, iremos ilustrando lo que venimos plasmando en las anteriores líneas. El caso elegido, un niño de 11 años con diagnóstico de psicosis infantil, llamado de aquí en adelante ‘Manu’. Desde sus inicios escolares Manu debe asistir acompañado a la escuela, ya que sus desbordes emocionales asustan a su entorno. Aquí dejaremos abierta una pregunta: ¿La demanda de AT en ese ámbito surge como emergencia tras el desconcierto y limitaciones con las que se encuentra la institución? ¿O es una genuina necesidad del niño? En muchas situaciones nos encontramos frente a este tipo de encrucijadas, el norte aquí será establecer respuesta a lo siguiente: Más allá de la perplejidad y demanda de ayuda por parte la institución, ¿Existe una necesidad de parte del niño de éste dispositivo, de éste rol? ¿O es pertinente la presencia de otros actores allí? El niño, su necesidad y los objetivos plasmados por un equipo, darán la fidedigna respuesta. Por ello nos remitimos a aspectos que definen nuestro campo: somos un dispositivo, y por lo tanto, cual engranajes de una máquina, formada por diferentes piezas, siempre trabajamos en 141
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” equipo, es ahí donde es posible nuestro accionar, pensando junto a otros, a quien remitirnos como terceridad en los embates cotidianos, por la intensidad que implica el campo de acción, estar allí mientras las situaciones acontecen, no es poca cosa. Por ello nuestra praxis incluye como pilares esenciales: la formación, supervisión, análisis personal y trabajo en equipo. Cuatro patas que sostienen al sujeto que ejerce el rol, al agente de salud como tal, y de allí al niño, según como se oriente el tratamiento. Volviendo al caso ‘Manu’, remitimos a que allí era pertinente un AT, esto se devela en el momento en que se da lugar al análisis de la demanda, encontrando que el rol era el pertinente para el niño, en el transcurso del caso veremos las razones. Comenzado el acompañamiento Manu no demostraba rechazo, pero tampoco aceptación, colocaba entre ambos una distancia desde la cual se dificultaba la construcción de un vínculo. Como señalan Kuras y Resnizky (38; 2013) 'las actitudes dominantes, al comienzo de la relación del paciente con su acompañante, pueden ser de sospecha y desconfianza […] se evidencia un marcado predominio de ansiedades persecutorias que generan conductas tendientes a acentuar la distancia […]”. Lentamente y a través de la ayuda para organizarse con los útiles, con las tareas o acompañando fuera del aula cuando surgían angustias, se produjeron los primeros efectos favorables en relación al vínculo. Así, un día de la tercera semana de acompañamiento, Manu pide ver el cuaderno con el que mantengo comunicación con sus padres -estrategia utilizada por una anterior at, pero que de a poco se pudo suprimir-. De manera lenta lo lee –cabe aclarar que, advertido por el equipo de sus ideas persecutorias, en el cuaderno no quedaron consignadas situaciones que pudieran establecerme en una posición persecutoria hacia Manu (o al menos eso se intentó, ya que nunca podremos saber que será persecutorio o no para él). Luego de leerlo, Manu devuelve el cuaderno diciendo que está todo bien, mostrando después la aceptación del vínculo al incluirme por primera vez dentro de una de sus actividades: en medio de una clase le dice a la docente que él quería jugar sólo con la condición si yo también participaba en el juego. Este fue el momento en donde nuestro vínculo comienza a tomar otra forma: Manu puede dejar de verme como alguien invasivo, como un espía. Al finalizar el día se acerca y me comenta que está feliz de tener un AT varón, ya que «varón con varón se entienden mejor». A medida que transcurre el tiempo de acompañamiento, el vínculo crece. Luego de un mes de iniciadas las clases comienza a notarse el cansancio y aburrimiento que producía en Manu la escuela –o eso es lo que en un principio el equipo me transmitía– , repitiendo constantemente «me quiero ir». Indagado por las razones de su queja Manu solo respondía «no se» o «me quiero ir», ya que tenía mucha dificultad para poder verbalizar lo que le sucedía. En reiteradas oportunidades esta situación llevaba a considerables desbordes, por los cuales debíamos salir del aula. La intensidad de los gritos, insultos y llantos, hacían impacientar a sus compañeros, el malestar que se generaba era insostenible, no solo para la docente y sus compañeros, sobre todo para él. Allí no valía una orden por parte de la señorita, tampoco una reprimenda por parte 142
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” de la directora, ni tampoco la palabra de disponibilidad que pudiese aportar como at, era necesario trabajar desde la contención a nivel físico, “poniendo el cuerpo”. En una oportunidad, entró muy enojado a la escuela –sin saber yo el porqué de su enojo-, por ello le pido que nos quedemos fuera del aula. Se encontraba muy desbordado, en crisis, ante lo cual decido simplemente quedarme a su lado a la espera de una señal que me habilite a intervenir desde sostén, pero en ese momento fue inevitable no recibir de su parte algunos golpes, insultos y gritos, fui soporte, soporte lo que él ya no podía. En un momento lo abrazo fuerte, sosteniéndolo desde el silencio. Pasada la tormenta, y una vez que Manu pudo comenzar a relajarse, trabajamos sobre lo que había sucedido, pudimos dialogar sobre aquello que lo angustiaba, y lo hizo desbordar, también sobre mi enojo ante sus golpes, ya que era posible en este segundo momento establecer ciertas legalidades. Pude explicarle que más allá de los golpes, insultos y gritos recibidos seguiría estando a su lado para acompañarlo, se mostró más aliviado. Esta última intervención mostró su resultado al poco tiempo: el hecho de mostrarle que no me enojaría y seguiría a su lado enfrentó a Manu con un espacio contenedor ante sus desbordes –no de retos– y sucedió que se creó un modo de respuesta diferente, desde otro lugar, que desarticuló las representaciones anteriores, dando espacio a nuevas situaciones y experiencias que parecieron desacomodar la idea que traía Manu, posibilitando nuevos modos de vinculación. Como si algo de lo viejo necesitara esfumarse para convertir ese instante, ese tiempo, en un desierto donde todo puede pasar. Parafraseando a Kuras y Resnizky (2013): la posibilidad de contener al paciente proveyendo de un ambiente que reconozca sus necesidades, las acepte y las tolere. Siendo un sostén, haciendo las veces de soporte o continente de la ansiedad, angustia, miedo del paciente. Siendo quien los escucha y acompaña produce nuevas modalidades de vinculación. Con el transcurrir de los encuentros fui conociendo a Manu, pudiendo establecer intervenciones específicas, las cuales permitían la construcción de bordes a sus desbordes. Las intervenciones tenían siempre dos momentos, y tenían una base tangible, por ejemplo: cuentos, juegos (ta-te-ti, hamacas, etc.), o simplemente caminar a la par. El ritmo e intensidad de cada uno de ellos determinaban las etapas de su malestar y brindaban la información necesaria para poder desde allí intervenir, el contacto físico en segundo momento era clave, le permitía volver a la calma en momentos de mucha ansiedad y angustia. En estos espacios su subjetividad era respetada y se lo acompañaba demostrando que realmente se entendía cuánto estaba sufriendo (empatía). Alcanzado este momento del acompañamiento Manu fue capaz de crear un espacio accesible para trabajar sus crisis. Como dicen Schneeroff y Edelstein (s.d.; 2004): '[...] el trabajo como AT permitiría instalarse desde la presencia y en este intercambio, el paciente podrá acceder a su realidad, ya no tan temida'. En una de las oportunidades que nos encontrábamos trabajando fuera del aula, Manu se animó a contarme por qué le generaba tanta angustia estar en el colegio. Le digo «Manu, te veo mal, estás con todo el cuerpo tensionado, la cara seria y mirando a todos 143
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” lados, ¿qué pasa?'. Él se recuesta en mí pidiendo que lo abrace y dice «es que la escuela me va a matar». Le pregunto « ¿y cómo es que te va a matar? –Demostrando interés en lo que me decía y en su angustia–», y me responde: «para eso Cristina –la presidente de Argentina– creó esta escuela». Luego de su respuesta nos mantuvimos en silencio, no dejando de abrazarlo, haciendo de sostén. Él empieza a relajarse, su cara cambia y salimos a caminar por la escuela, nos sentamos en las hamacas y a través de chistes pudimos comenzar el diálogo. En un momento determinado le devuelvo el registro de que lo noto bien, preguntándole acto seguido si ya podemos volver al aula, a lo que responde afirmativamente. Que Manu haya podido poner en palabras qué le sucedía, no a través de gritos o insultos, permitió conocer mejor las razones por las que se angustiaba tanto, le posibilito poner palabra a aquello que lo atormentaba, sobre lo cual no tenía control, al punto de no poder nombrarlo. No era el simple estar en la escuela o el cansancio como en un principio se creía, sino que para Manu la escuela era un objeto persecutorio en sí mismo. Nominar este temor permitió su consecuente trabajo en conjunto haciendo visible al poco tiempo cómo el compartir esta angustia con otro podía ayudar a disminuir su grado de ansiedad. Pocas semanas después nos encontrábamos nuevamente fuera del aula, como en muchas otras ocasiones. Pero había algo diferente en esta oportunidad: el acompañamiento estaba avanzado y Manu permanecía estable al punto en que ya no era necesario salir todos los días del aula para trabajar la angustia; había dado paso a poder sostenerse desde la mirada o desde el sentarse a mi lado a trabajar, se generó una contención “virtual”, la confianza en el at, la solidez del vínculo hacía que el niño sintiese la tranquilidad y seguridad de que ante cualquier embate psíquico que él no pudiese resolver contaba con el sostén y contención del acompañante, y con la estrategia de salir del aula. En una ocasión, en momentos previos a un desborde, el sub director de la escuela se acerca con la intención de intervenir –a pesar de que en reiteradas oportunidades le solicité que no lo hiciera– pero esta vez no fui el responsable de detenerlo sino que fue Manu, diciéndole « ¡ándate!, ¿No ves que estoy mal? Este es un momento privado, solo quiero estar con Brian». Este hecho resultó muy importante para el proceso que estábamos llevando adelante: Manu fue capaz de defender su espacio y registrar cómo estaba, poniendo en palabras sus emociones, para no desbordarse. También mostró el espacio de contención que Manu encontraba en estos momentos, la posibilidad de compartir con otro que receptaría su angustia y lo ayudaría a metabolizarla. Luego de esta escena le leo un cuento, se relaja e ingresamos nuevamente al aula. Ya habían pasado aproximadamente 3 meses de acompañamiento, era visible la manera en que Manu encontró en el colegio un espacio de contención, donde ya pudo, como en la última escena descripta, anticiparse a sus desbordes poniendo en palabras lo que le sucedía, nombrar el malestar brindaba borde. La cantidad de veces en las que Manu se acercaba a mí –dentro del aula– en busca de contención en momentos de ansiedad elevada, habían disminuido. Sus 144
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” salidas de la clase eran menores y a veces mi simple presencia era suficiente para que él pudiera seguir el día y pasar ese “mal momento”. Como dice Duarte Barreto (2005), el compartir con un otro el dolor o una tarea, arma la posibilidad de generar un vínculo que sostenga, y en las cuales como acompañantes hay momentos en que nos damos cuenta que no es necesario hacer o decir algo, ya que con el sólo hecho de estar ahí, para nuestro acompañado es mucho. Esto fue visible durante esta etapa del acompañamiento, en donde Manu pudo encontrar su espacio para no estallar y sostenerse. A modo de cierre de este trabajo, nos resulta importante resaltar lo necesario que fue en este caso la construcción de un espacio de contención y sostén, ya que junto al vínculo establecido, tuvieron un papel preponderante en el acompañamiento, lo cual no hubiese sido posible sin el privilegiado lugar, no de estar en primera fila, sino a la par del protagonista de la escena, para lo cual el at siempre contaba con las cuatro patas que sostenían el dispositivo, las cuales mencionamos al principio, las reuniones de equipo se convirtieron en espacio, para pensar y repensar próximos pasos, para generar espacios de mayor contención ante esta nueva necesidad. El niño pudo comenzar a construir un lugar en donde pasar de los desbordes indiscriminados, a poder poner en palabras lo que le sucedía, compartiendo con un otro que iba a receptar esa angustia y lo iba a ayudar a metabolizarla, un otro con una posición particularmente ética. Como dice Macías López, la función secretario es elemental, haciendo de testigo soporte, lo que permite el despliegue de un discurso, en donde se dio lugar al sufrimiento de Manu, reconociéndolo, comprendiéndolo, en un espacio- tiempo, con una disponibilidad incondicional, para que su subjetividad pueda constituirse, en donde el tiempo y la escucha, la presencia y permanencia, fueron los que permitieron que él pueda poner en palabras su realidad tan temida. El crear estos espacios hizo que poco a poco las crisis vayan disminuyendo, logrando que en el pasar del tiempo se pueda integrar a su grupo y permanecer en el aula sintiéndose cómodo durante la jornada completa. Manu en un momento previo a una de sus crisis y en los últimos días antes de las vacaciones de mitad de año, se acerca a mi banco, se sienta y hablamos un minuto. Terminada la conversación y justo antes de irse me dice: «Brian, ¿sabes qué?, vos sos como un sostén, para cuando yo no me puedo sostener solo». Termina la frase y se va más tranquilo a su lugar donde puede continuar lo que estaba haciendo de manera más relajada. El AT brinda herramientas para fortalecer funciones yoicas del niño que se encuentran en estadios rudimentarios, o las cuales no son lo suficientemente habilitadas desde el entorno. Referencias Bibliográficas Benitez, F., & Del Corro, R. Posibles intervenciones en el AT. Presentación, X Congreso argentino de acompañamiento terapéutico. Duarte Barreto, K. (2005) Ética y técnica del acompañamiento terapéutico: andanzas con Don Quijote 145
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” y Sancho Panza. Sao Paulo: Sobornost/ Unimarco Editora. Dragotto, P. A.; Frank, M. L. (2012): Acompañantes: conceptualizaciones y experiencias en A.T. Córdoba: Brujas. Edelstein, S.; Scheneeroff, S. (2004): Manual didáctico sobre acompañamiento terapéutico. Introducción a técnicas y estrategias de abordaje clínico. Buenos Aires: AKADIA. Janin, B. (2013): Intervenciones en la clínica psicoanalítica con niños. Buenos Aires: Noveduc. Kuras De Mauer, S.; Resnizky, S. (2013): Acompañantes terapéuticos: actualización teórico-clínica. Buenos Aires: Letra Viva. Macias, M Y Otros (2003): La intervención psicoanalítica y el acompañamiento terapéutico. Ponencia Buenos Aires 146
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” El rol del psicólogo en el ámbito público como herramienta de construcción colectiva Cambiaso, B.; Elias, R.; Savoye, S. Necochea, Buenos Aires Resumen La nueva Ley de Salud Mental ha promovido y enmarcado la tarea de nuestra disciplina en ámbitos de atención de los distintos niveles en Salud, exigiendo la invención de dispositivos que apunten a la concreción de los distintos objetivos planteados por la misma. Cuestión que requiere del trabajo con los pacientes pero, sobre todo, con nosotros mismos y la comunidad, trabajo de intercambio, construcción y derribamiento de muros, de acuerdo a las particularidades del entorno donde ejercemos nuestra práctica. Como integrantes de un Centro de Atención Primaria de la Salud y de un Hospital Especializado Subzonal Neuropsiquiátrico nos vemos con el compromiso de compartir tanto nuestro trabajo como los obstáculos propios y externos que encontramos para realizarlo. Apuntamos a dar cuenta de los diferentes dispositivos que hemos ido construyendo y habitando en tanto psicólogos, pero también a repensar los mismos haciendo especial hincapié en la brújula que elegimos para sostenernos, trabajar y orientarnos en nuestra práctica cotidiana: el psicoanálisis. ¿Qué particularidades tiene el quehacer del psicoanalista en el ámbito público? ¿De qué manera las categorías y herramientas conceptuales, tales como deseo, transferencia, resistencia, inconsciente, operan en los espacios sociales y colectivos? ¿Qué lugar para el analista en el ámbito público? Palabras claves: Ley de Salud mental, rol del psicólogo, comunidad, intervenciones comunitarias, dispositivos y APS. Introducción La Ley de Salud Mental 26657, entiende a la Salud Mental como un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona. Por eso, busca garantizar a través de sus artículos los siguientes derechos de las personas con padecimiento mental: derecho a vivir en comunidad; derecho a la 147
XVI CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA “PSICOLOGÍA Y COMPROMISO SOCIAL” atención sanitaria adecuada; derecho a mantener los vínculos familiares y afectivos; derecho a la no-discriminación, entre otros. Propone para esto el diseño de dispositivos de inclusión social tales como: atención con internaciones breves en hospitales generales, equipos interdisciplinarios en los centros barriales, cooperativas de trabajo, casas de convivencia, centros de día, acompañamiento terapéutico; es decir, distintas alternativas de atención que no alejen a la persona de su núcleo social ni restrinjan innecesariamente su autonomía personal, dispositivos basados en la comunidad en base a la estrategia de atención primaria de la salud en el lugar más cercano a su domicilio. No obstante, se plantea como estrategia privilegiada para asegurar la salud mental de las personas la prevención, que abarca a las áreas de educación, trabajo, desarrollo social, comunicación, entre otras, El Plan Nacional de Salud Mental destaca la importancia del trabajo en y desde la comunidad, a partir de la articulación de diferentes dispositivos, con el objetivo de favorecer la inclusión y revinculación social y comunitaria de las personas con padecimiento mental. A partir de allí, las distintas instituciones deberán adecuarse a tal disposición en función de sus características particulares y recursos disponibles. Nuestro objetivo es intentar dar cuenta de la invención de los profesionales en un Hospital especializado Neuropsiquiátrico y en un Centro de atención primaria de la Salud, situados en la ciudad de Necochea, particularmente desde la perspectiva psicoanalítica. Para comprender los obstáculos que la adecuación a esta ley plantea, es necesario conocer y entender la historia de cada lugar. El Hospital Neuropsiquiàtrico “Dr Domingo Taraborelli”, que abrió sus puertas en el año 1969, comenzó a sentar las bases del modelo de comunidad terapéutica para el abordaje de la Salud mental, formando desde entonces equipos interdisciplinarios e incrementando de manera creciente la dotación de camas. En 1981 se organiza el Hospital de Día como un dispositivo terapéutico que permite a los pacientes el desarrollo de habilidades laborales y el desprendimiento de la tutela hospitalaria, para la incorporación permanente a su medio social. El mismo funciona hasta el día de hoy aunque los objetivos dificultosamente se concreten dadas las características mismas del enfermo psiquiátrico y los fuertes prejuicios existentes en la sociedad respecto del mismo. Se experimentó por parte de la comunidad hospitalaria un muro que, al día de hoy, ha sido difícil de derribar. En dicha línea, en 2009 se inicia el Proyecto de Externación Asistida en la granja que el Hospital posee en un predio suburbano. Sin embargo, no es sino hasta fines de 2014 que en un marco de movilización generado por los plazos estipulados para la adecuación y sustitución definitiva de los dispositivos usuales por otros comunitarios, (proponiendo como fecha límite el año 2020), que comienza a pensarse cómo aprovechar mejor ese recurso, y la necesidad de inventar otros. 148
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